“La cabaña en el bosque”
Título
original: “The Cabin in the Woods”
Director: Drew
Goddard
EEUU
2011
Sinopsis (Oficial):
Cinco amigos van a
una remota cabaña en el bosque.
Cosas malas suceden.
Si piensa que usted
sabe esta historia, se equivoca.
De dos fans como Joss Whedon y Drew Goddard llega “La
cabaña en el bosque”, una increíble película de terror que vuelve al género
del revés. Producida por Whedon y
dirigida por Drew Goddard la película
está protagonizada por Kristen Connolly,
Chris Hemsworth, Anna Hutchison, Fran Kranz, Jesse Williams, Richard Jenkins y Bradley Whitford.
Dolor supervivo caro.
Dolor sublimus caro.
Dolor ignio animus.
Llevábamos
tanto tiempo aletargados y atrapados en la inmensidad del tiempo que no nos
acordamos del ayer. ¿Cuándo fue la última vez que sentimos de verdad el miedo?
¿Cuándo nos engañaron para que nos alzáramos a aplaudir el mayor de los
terrores? La película que ha revolucionado el género y marcado un antes y
después ha sido objeto de compulsivo culto y polémica, víctima de la
indiferencia de la distribución patria y aupada en la Muestra
de Cine Fantástico de Syfy de 2013. “Posesión infernal” de Sam Raimi va a ser
agarrada por la piel y arrancada brutalmente para que veamos sus entrañas y los
mecanismos que maquinaron el género, que sirvió de articulación entre Wes Craven y Tobe Hooper y la comedia de terror ochentera. Joss Whedon y Drew Goddard
lo tienen claro: se trata de experimentar y desmitificar, de marcar los hilos
que dirigen a los personajes del cine de terror para explosionar la perspectiva
bajo el mandato de lo macabro y divertido. Los códigos en la historia del
género siempre han sido reformulados pero “La
cabaña en el bosque” desea exponerlos en vitrinas y condensar la complicidad
del público desde una figura voyeur.
Nos
conocemos los trucos, las trampas, los puntos de giro, cada sorpresa y los
estereotipos. Nos hemos convertido en
títeres de un sistema mayor sobre el que todo orbita. Nos hemos sentido mártires de las hormonas, de tintes de pelo, de juegos de roles impuestos y de
accidentes químicos… partícipes de una orquestada y clónica mentira. Hemos sido
siempre víctimas de un guión que tenemos presenciar una y otra vez delante de
nuestros ojos… Nos hemos convertimos en espectadores de la misma historia y
repetición: pedimos sangre y tenemos sangre… para ser contentados… pero sabemos
que nos engañan y nos adormilan, nos han conducido a un eterno letargo. Todo es
una mentira y falsa, una conjunción de elementos en el que las víctimas son
siempre las mismas y simplemente se modifica el verdugo. Los mismos viajes, los
mismos fatídicos fines de semana, ¿la misma diversión? La estadística se
impone… pero la repetición y las trampas conllevan el perfeccionamiento y
también el conocimiento: sabemos todos los oscuros rincones por muchas vueltas
que dé el cubo; las mismas caras y soniquetes, los mismos colores y
combinaciones…
“La cabaña en el bosque”
no sólo es capaz de evocar la más genial sombra de Joe Dante sino que replantea todo el género vivido… Se trata de la
invocación de la insolencia, de sentirse como un antepasado que ve todo pero
está inmovilizado por un género que se ha convertido en pesadas cadenas. Es
momento de manifestarse y emerger, de golpear y destruir. Las marionetas no sólo
deben revelarse sino los amos y espectadores... porque los espectadores somos
realmente los dioses del séptimo arte y ahora podemos liberarnos de nuestro
encierro. Podemos resucitar. Es momento de salir de la oscuridad para alzar
nuestras garras y golpear el celuloide, de sobrevivir a la vieja carne
cinematográfica y que regrese al encuentro de nuestra alma. Es momento de
despertar definitivamente para poner el punto y final a nuestro reclusión y
castigo y reinar sobre el mundo del que habíamos sido apartados. ¡Levántate! ¡Rompe la
pantalla! ¡Es momento de despertar!
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