R.O.T.O.R. : “Terminator” por Terrence Malick

“R.O.T.O.R.”

Director: Cullen Blaine
EEUU
1989

Sinopsis (Oficial):

Un científico es asesinado. Su proyecto, un robot destinado al servicio de policía había sido alterado; sufriendo una transmutación que le convirtió en un ser humano. Programado para combatir el crimen y la corrupción, su orden principal era ser juez, jurado y ejecutor, pero las alteraciones en sus circuitos le convirtieron en víctima de su propio destino.

Crítica Bastarda:

Unos asombrosos títulos dejan a los de “Star Wars” en algo de aficionados:

Titulares del día: asesinatos, violaciones, robos y estafas.

¿Solución del mañana?

R.O.T.O.R.

Robotic

Officer

Tactical

Operations

Research

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Si Terrence Malick hiciera un remake de “Terminator” sería y se llamaría “R.O.T.O.R.”: un ejemplo de pureza, un ejemplo de magnificencia narrativa y visual, un ejemplo de dirigir actores y un ejemplo de contemplar la vida misma. Muchos pensamos que Cullen Blaine es el seudónimo que utilizó el director de “Elárbol de la vida” porque solamente se puede explicar así la belleza y poesía de estas imágenes impregnadas en lucidez cinematográfica, que se quedan grabadas en la retina… para toda la eternidad.  

Como el cine clásico la acción se desarrolla desde un gran flashback. Es una interesante lectura de “Persona” de Bergman con un superpolicía robot y un científico que resulta también ser superpolicía entre donjuán guaperas, machote de frases rápidas, karateka y cowboy de media noche. Nos encontramos ante una lucha de identidades radiografiada en una sociedad mecanizada y deshumanizada, condenada a aprender artes marciales como supervivencia. Muchos critican el viaje temporal del protagonista al comienzo de la cinta pero es un homenaje digresivo a Fellini que enlaza con el mejor Ford y Wilder en ese caballo que bebe café y la inventiva de vocabulario técnico. “R.O.T.O.R.” es una obra capital del séptimo arte y aquel que no lo vea debería replantearse su gusto y conocimiento sobre cine.

Entre la fiereza y la genialidad, aparecen frases memorables como «Haré más ruido que dos esqueletos haciendo el amor en un ataúd de hojalata» o «Donde come uno comen dos… si uno de ellos se abstiene», el filme de Terrence Malick Cullen Blaine encuentra los mecanismos para unir brillantemente el western, el cine de artes marciales y todo el espíritu fílmico de los 80. Desde “Cortocircuito” a “Terminator”, pasando por “Blade Runner” y “Toro salvaje”, la cultura de los 7 dígitos, el aeróbic-chasis y una única orden para programar al espectador: ¡juzgar y ejecutar!

Lo dicho: 

 ¡Juzgar y ejecutar!

En cinecutre.com realizaron un trailer que condensa en apenas 3 minutos la genialidad visual y talento narrativo de Malick y el robot más malickón de la historia. 

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