(2012)
EEUU
Director: Asger Leth
Título original: “Man on a Ledge”
Sinopsis (Página
Oficial):
“Al
borde del abismo” (“Man on a ledge”)
nos relatará la historia de un ex policía que ingresa en la cárcel tras ser
acusado de cometer un crimen en el que asegura no haber participado. El hombre
escapa de la prisión y se sube a lo más alto de un hotel de Manhattan, lugar
desde el que amenaza con tirarse. Pero su comportamiento tal vez sea una
estratagema para despistar a las autoridades mientras unos ladrones llevan a
cabo un importante atraco.
La premisa es la
siguiente: ¿hasta dónde llegarías para desenmascarar a quién te lo ha quitado
todo? Tu honor, familia… ¿Qué harías? En
la vida real te aguantarías sin respirar hasta morir… o te harías satánico para
practicar la magia negra contra tus viles enemigos. Pero esto es una película de Sam
Worthington y toca sufrir… o lanzarse al vacío. ¿“Al borde
del abismo” quiere que el espectador también se suba a una azotea y amenace
a Hollywood con tirarse si siguen haciendo películas como “Al borde del
abismo”? ¿O quieren que nos hagamos satánicos y les pongamos dos velas
negras?
Como es una película de Sam Worthington hará lo que haga
falta por recuperar su honor y vengar la muerte de su tamagotchi. Pero este
chico no es tonto… ¡Tiene un plan! Y llegan los giros y más giros… venganzas
del pasado y heroínas por medio y para que el héroe las dé por todo el medio. Entre
la comedia involuntaria y la tomadura de pelo la repisa aquí la pone las
neuronas del espectador. En sí, “Al borde del abismo” se describe a sí
misma desde su argumento: una acumulación de distracciones absurdas para
ofrecernos el final ‘tontuno’ de siempre.
Los libros de historia cinematográfica dirán de esta película: «Tienes menos carisma que Sam Worthington…» y «No sé por qué ponen los dientes largos al espectador al desear que el protagonista salte de la azotea a los cinco minutos de subir en la misma».
Menos mal que hay
grandes diálogos que dejan a Wilder y Lubitsch en paños menores del
tipo:
—Pegas
como una niña. ¿De dónde eres? ¿De Jersey?
—No, soy del Bronx
Sí, estoy siendo
irónico… Y un poco de ironía no le vendría mal a esta película.
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