(2011)
EEUU
Director: David
Frankel
Título original: “The Big Year”
Sinopsis (Página Oficial):
En la película “El gran año”, Steve
Martin (Stu), Jack
Black (Brad) y Owen
Wilson (Kenny) se
encuentran en una encrucijada: uno atraviesa una crisis de mediana edad, otro
pasa por una crisis de tercera edad y el último, por una crisis existencial. En
la vida todo el mundo busca algo, y Stu, Brad y Kenny
están decididos no solo a encontrar ‘su algo’, sino a ser los mejores en la
tarea. Al igual que este intrépido trío dispuesto a trotar por el continente,
casi todos nosotros soñamos con ser los primeros. Puede tratarse de cualquier
cosa, pero debe ser algo que te apasione. Para Stu, Brad y Kenny, es
ser el mejor observador de aves. En “El gran año”, una
carrera pasa a convertirse en un viaje reparador para estos tres hombres, que
recorren Norteamérica en un año para ver quién observa más especies de pájaros.
Los datos no paran de piar: pocas películas han dado
protagonismo a los observadores de aves (que no ornitología). Algo extraño
teniendo en cuenta que los estudios afirman que un 20% de los norteamericanos
se declaran como observadores de aves y su dedicación (y fanatismo) a tal fin
proporciona miles de millones de dólares a la economía de EEUU. Se entiende que
ese es el motivo por el que un gran estudio apostó con 41 millones de
presupuesto para adaptar la novela de Mark Obmascik y
con las figuras de Steve Martin, Jack
Black y Owen Wilson. Con
secundarios de lujo revoloteando también alrededor para atrapar en sus redes a
esos millones y millones de ‘observadores’. Después del fiasco y decepción,
tanto de público como de crítica, se denota que el ‘birdwatching’ es únicamente
para fuera de las pantallas o para una imposible segunda parte de “Poultrygeist:
Night of the Chicken Dead”.
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Buscando el mayor número de aves... |
Sheldon Cooper (Jim
Parsons) tenía fobia a las aves (ornitofobia) en la sitcom
que monopoliza y aquí es el mayor defensor y fanático de las mismas. No
obstante, sus apariciones, aparte de contadas están bastante desaprovechadas.
Más allá de ese contador de pájaros en pantalla para marcar el número de
especies vistas, el problema de “El gran año” es
que han buscado una comedia y su argumento podría apuntar a un drama. Ese
choque de conflictos personales con la afición que practican se convierte en el
discurso y centro dramático. Los sacrificios personales y laborales marcan ese
baremo entre el éxito personal y el fracaso familiar. Pero esa supuesta comedia
está ‘amenizada’ por prácticamente ningún chiste funcional y menos un gag
absurdo. Como si ese absurdo estuviera implícito en el propio argumento y
competición que envuelve la cinta. Pensemos que “El gran año” es
una película que no quiere reírse del que podría ser su público potencial pero,
al mismo tiempo, ha colocado un casting que da la impresión de lo contrario.
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Sheldon, dos secuencias y una web |
La película se mueve entre lo previsible y lo obvio
el contraste sobre sus motivaciones y el optimismo que les proporciona su
hobby. Dejémosla como una película para pasar el rato… observándola, aunque no
sean necesarios los prismáticos para acercarse a esos personajes a los que se
les ve el plumero desde la distancia. El guión queda obviamente a la deriva: ni
se aprecia la belleza que podría transmitir encontrar una especie difícil de
hallar, ni tampoco se perfila como un drama de grandes escenarios naturales.
Como si los tres protagonistas fueran simples secundarios de las historias de
los otros. No está mal escuchar ‘I like birds’ de Eels o ‘Viva
la vida’ de Coldplay,
aunque nos encontremos ante la enésima revisión del precio moral del éxito
personal dentro del american-way-of-life. Nos sentimos aleteando entre lo
sentimental y lo cursi y viendo desde el cielo el patetismo de esos personajes
que parecen que no quieren poner sus pies en el suelo.
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