Cada año “True
Blood” llega para hincarnos el diente con una nueva entrega de afilados
colmillos, pecho-lobos, litros de sangre, sexo y desnudos descontrolados. Alan
Ball dejará de ser el showrunner de la serie que creó guiado por la
novelas de Charlaine Harris esta quinta temporada. Tal vez el cansancio
le aleje de una serie cuyas credenciales seguramente estén cubiertas por la HBO
sin problemas en el futuro. “True Blood” es la serie más exitosa
(en cuanto audiencia) de la cadena de cable y hará todo lo posible por
mantenerla en antena. Ball, además, tiene el camino común con la HBO
para continuar nuevos proyectos juntos. Alexander Skarsgard sube como la
pólvora la libido femenina (ya es imagen de fragancias de Calvin Klein) y Joe
Manganiello se ha convertido en uno de los hombres más deseados por salir
más descamisado que Jacob en “Crepúsculo”. Los cinco millones de
espectadores que han recibido el primer capítulo de la quinta temporada de “True
Blood”, “Turn! Turn! Turn!”, dejan la gran audiencia de “Juego de
Tronos” en un simple juego. Es cierto que al igual que ocurre con la
exitosa “The Walking Dead” para la AMC las cadenas de
cable necesitan éxitos para poder ceñirse a la calidad de otra de sus
propuestas. “American Horror Story” de FX parece formar la
terna de series de terror incrustadas en la contemporánea televisiva actual sin
censuras ni ausencia de colorantes.
Las tramas de “True
Blood” quedaron tan abiertas como heridas y cortes que todavía sangran en
el cierre de la cuarta temporada. Sookie está en peligro y tanto Bill
como la nueva señora de la limpieza llamada Eric lo detectan. Para Eric
(que vuelve a ser Eric) el feo que les hizo a ambos fue tan
menospreciante que le da lo mismo lo que le pase a su hada camarera. Por fin,
parece que hay personajes que pasan de la petarda con fragancia irresistible. Bill
no puede contenerse y acude en su ayuda. Unas redes de plata le atrapan junto a
un Eric también con la guardia baja. ¡La Autoridad les ha capturado! Todos
sabemos que Debbie Pelt, aparte de zorra
loba siciliana, quería cepillarse a Sookie por venganza. Tara
salva la vida a la rubia de bote y Sookie le vuela los sesos a la
perraca en respuesta de ese ojo-por-ojo. Lafayette se despierta con el
escándalo-público aunque sigue más perdido que la médium rociera y viuda de Bon
Temps en la que se convirtió en la pasada temporada. Pam, que pasaba por
allí para ver si podía disculparse con su Eric, se encuentra con el
tinglado y por petición de Sookie bajo promesa inicia el proceso convertir
a Tara… Tara odia a los vampiros y a Pam a muerte y Pam
va a salvarla de la muerte a cambio de las dos cosas que más odia en el mundo…
Crónica de una camarera traumatizada y la viuda de Bon Temps |
Jason descubre dos revelaciones:
Steve Newlin, el líder de La Comunidad del Sol, se ha convertido en vampiro y ahora es gay y
está loco por él. Jason agradece el detalle pero es hetero así que Steve
intenta penetrarle con sus colmillos… Jessica aparece para reivindicar
que es suyo y que ahora ella es la Reina… Jason, además, revoca su
invitación a su casa a Newlin. Todo parece ir bien pero en “True
Blood” la sangre fresca se seca rápidamente: en Merlotte’s Hoyt y el
resto de ex compañeros de Jason le ridiculizan como el ‘follanovias’.
Por la noche descubre que Jessica, la nueva reinona, está con otros jóvenes
como ella divirtiéndose (¡jugando a la consola!) e intentado ligar con otro
chico. Jason también puede ligar… pero a la chica con la que está en el
coche le revela algo importante: quiere dejar de ser ese gilipollas que la ha
dado una imagen de libertino-donjuán.
La eterna virgen adolescente |
Dientes, dientes, eso es lo que les jode |
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