(2012)
EEUU
Director: Wes Anderson
Sinopsis (Página Oficial):
Ambientada en una isla de la costa de Nueva
Inglaterra en el verano de 1965, “Moonrise Kingdom” cuenta
la historia de una chica y un chico de doce años que se enamoran, hacen un
pacto secreto y se escapan a terrenos selváticos e inexplorados. Cuando varias
autoridades intentan perseguirlos, se forma una violenta tormenta en la
costa... y la comunidad de la pacífica isla se verá trastornada irremediablemente.
Bruce Willis interpreta al sheriff local. Edward
Norton es el jefe de tropa de los Scouts. Bill
Murray y Frances McDormand son
los padres de la niña. En el reparto figuran además Tilda Swinton, Jason
Schwartzman y Jared Gilman y Kara
Hayward como los niños protagonistas.
Da lo mismo el tipo de graduación de gafas que
tengas, si son de pasta gruesa o de liviana montura, si llevas lentillas o no
tienes cataratas. Da lo mismo que veas esta película bizco o haciendo el pino,
que te pongas el parche o te hagas un piquete de ojos. Da lo mismo que la veas
a dos kilómetros de distancia, que estés en primera fila o saques tus prismáticos
y apuntes a la pantalla… porque siempre verás lo mismo:
Y es que el autor de “Fantástico Sr. Fox” vuelve a la ficción en retroceso narrando, entre bellas imágenes y una estética inmortal, un cuento sobre el amor adolescente: imposible, loco e indivisible. Su estilo es siempre inconfundible en su reparto coral y conexiones anteriores, en su banda sonora y la utilización y reivindicación del vinilo. “Moonrise Kingdom” es como si Peter Pan se vistiera de un boy scout nerd y se pusiera gafas de pasta gruesa para ligarse a una depresiva y solitaria Wendy. Desde la presentación de la heroína, como si viviera atrapada en una casa de muñecas con una familia disfuncional (marca de la casa) esperando que su príncipe por correspondencia la lleve al País de Nunca Jamás, llueven las referencias al detalle y al mundo de los libros entre páginas, barridos y precisas panorámicas.
La batidora está lista para triturar el pasado, para reconvertir el tren de “Viaje a Darjeeling” en una canoa con destino a una playa de ensueño, para transformar a “Life Aquatic” en el Diluvio Universal fuera y dentro de un escenario teatral que no tiene nada que envidiar a “Intolerancia” de Griffith, para reinventar los valores familiares de “Los Tenenbaums. Una familia de genios” y para reivindicar el papel cinematográfico de Bill Murray desde “Academia Rushmore”. Pero sobre todo para que gritemos entre prismáticos y butacas: ¡Oh, Dios mío… han matado a Snoopy! ¡Hijos de puta!
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