Episodio quinto de su primera temporada y ladrido que clama al mismísimo cielo canino (y de los televidentes): “Wilfred” quiere ser la sitcom del verano. Y después de convertirse en el mejor estreno en dicho formato que nunca había tenido la cadena FX los datos de audiencia se mantienen. Es cierto, no obstante, que la segunda temporada de otra sitcom de la cadena, “Louie”, se ha ganado el beneplácito de la crítica norteamericana pero con ambas puede que FX de otro punto de color a la concurrida parrilla de telecomedias americanas. “Wilfred” también ha estado en la Comic-Con y el público ha reaccionado con risas y sustos porque el tabú en la serie que monopolizan Elijah Wood y Jason Gann es ladrido de cada día. En este quinto episodio, “Respect”, se atreven incluso con la eutanasia y suicido ‘asistido’ como ejecutor del gag. David Zuckerman fue preguntado en la Comic-Con por una segunda temporada: dijo el sí quiero… así que esperemos que esas buenas huellas del can prosigan en el boca-a-boca que habita al otro lado de la pantalla y que se haga voz la frase de motivación con la que se inicia “Respect”:
“Busca el respeto sobre todo de ti mismo, por lo que ocurra primero desde dentro
Steven H. Coogler
Llega el showtime. Desde luego este quinto episodio nuevamente se centra en el abuso canino de medicamentos y en no desear demasiado porque cuando se cumple se cumple de verdad. Y es que Ryan ha llegado a un punto muerto donde no sabe ni el día de la semana que es y donde se replantea realmente lo que está haciendo con su vida. Ya no es abogado pero realmente ahora no hace nada salvo compartir con la audiencia sus peripecias con Wilfred. Y ver temporadas completas de “The Wire”, claro. Mientras come con Jenna tiene un encuentro fortuito con el héroe local de la semana para el canal donde trabaja: Nick pasó un año en África construyendo casas para los pobres y haciendo zapatos para los niños. Ryan no tiene réplica posible y más cuando te confunden con un vagabundo (perro en el pack y hablar con el mismo).
Descubriendo los nuevos dones de Wilfred |
Es hora de hacer labor social y colaborar en el tiempo libre. Es hora de ir al hospital South Venice y ayudar a los ancianos necesitados de apoyo en sus instantes finales en el voluntariado. Wilfred no comparte en absoluto el arribismo benéfico de Ryan y únicamente ve interés en robar medicamentos e intentar conseguir queso. La responsable de allí no se fija en ellos hasta que Wilfred acompaña en sus últimos segundos de vida a un paciente… como si fuera un aliento final. La encargada es Rashida Jones e interpretó a la abogada del bufete que trabaja en la defensa de Mark Zuckerberg en “La red social”. Aparte, claro, de haber colaborado activamente en “The Office” o “Parks and Recreation”, ambas nominadas a la mejor serie de comedia de este año en los Emmys.
Wilfred y la Muerte |
A partir de ese momento “Respect” se convierte en una parodia sobre el suicidio asistido ya que el propio Ryan ve que los méritos de Wilfred para ver la muerte que acecha a los mayores podrían estar y pasar por la asistencia asistida, por almohada, de suicidio. Eutanasia o no Wilfred y Ryan se convierten en héroes locales y Jenna lleva las cámaras allí para hacer un reportaje. Ryan quiere zanjar el asunto pero ya se ha ido de las manos mediante la irreverencia religiosa incluida, ya que Wilfred queda dibujado como un Salvador a lo Jesucristo que elige al próximo vejestorio en morir. No para Ruby una enfermera afroamericana que cogió un terrible temperamento desde que su familia completa murió en un terremoto.
¿Los perros pueden tener complejo de Dios? |
Locura o no, Ruby pone cierre con su suicidio (no se sabe si asistido porque Wilfred estaba en la azotea con ella aunque deja una nota… que Ryan pide que se revise su caligrafía por si es animal…) y la noticia pasa a enfermera que roba medicamentos (ella era la única que tenía la tarjeta de acceso aunque el ejecutor fuera Wilfred) se suicida por los remordimientos. Ryan aprende una lección terrible: ¿Qué es mejor: un perro con complejo de Dios o el sensacionalismo de la televisión que podría clausurar una buena obra por tener una noticia suculenta? Sea lo que sea “Wilfred” no se quiere suicidar y seguirá con nosotros más semanas de vida, televisiva o no, tocando la fibra de la religión, drogas y eutanasias con una perspectiva peluda y ácida.
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