Tiempo al Time

Perdonen pero este post llega tarde por falta de TIME. Al grano antes de que se pase la hora. Esto es lo que venía en un papel que se auto-inmoló:

“Ron Lalá presenta “Time al Tiempo” después de haber creado “Mundo y Final” y “Mi Misterio del Interior”… Lo hace con una mezcla de Humor, Teatro y Música y con la siguiente carta de presentación: 

Tic-tac, Tic-tac, Tic-tac… 

Ron Lalá presenta TIME al tiempo. STOP. Un espectáculo en tiempo real que dura diez segundos, cien días y mil años. STOP. Una “tempestad” de carcajadas en torno a los tiempos que corren. STOP. Ji-ja, ji-ja, ji-ja… STOP. Apague el móvil, encienda su cronómetro y que nadie le TIME. STOP. Este programa de mano se autodestruirá en un segundo. PUM.

Perdonen mi desconocimiento pero yo me quedé con la competencia. Me quedé con Yllana. Me quedé con “Star Trip” y “666”… Simplemente me quedé. Para los que tengan tiempo y time y quieran interesarse pueden proseguir con este post; para el resto que no pierdan su time que es oro… oro choni, oro español u oro del que cagó el moro… pero oro, al fin.

Ron Lalá tiene una fórmula para ganarse la simpatía y carcajada del espectador: humor y teatro van acompañados de música en directo como si de actores-humoristas-orquestas se tratase. Pero en sus gags habita cierta crítica ácida contra el sistema o nuestra forma de vida, habita un humor peculiar y estilo que ellos mismos han definido como lalá. Ellos son Juan Cañas, Miguel Magdalena “Perilla de la Villa”, Iñigo Echevarría, Daniel Rovalher “Boli” y Álvaro Tato. Ellos lo hacen todo y todo bien, todo en un escalofriante directo. Es cierto que en tiempos de crisis el ‘time’ cuenta el doble: se te puede acabar el paro o el contrato en menos que canta un gallo, se finaliza los plazos para pagar deudas en menos de un telediario… El time es ‘asín’, con su humor ‘crítico y cítrico’: canciones, números y sketches que ellos definen para ‘poner en hora los tiempos que corren’.

Teatro. Música. Humor

No es que tenga mucho tiempo de ser creativo como Ron Lalá e incluso podría decir que esto está escrito a contrarreloj para evitar que estas bastardas palabras pero la pregunta es simple: ¿merece la pena? Bueno, yo tengo que decir que iba ‘invitado’ y que esa misma tarde se produjo un acontecimiento que me redujo el time de mi tiempo estimable de vida. Había quedado en la céntrica plaza de Callao y con el motivo de las fiestas del orgullo habían plantado un escenario… Miré al mismo y creí reconocer a la artista que estaba allí… encima… con unas gafas de sol que cubrían prácticamente todo su rostro… Y, entonces, comenzó a cantar:

Uo uo uo uo 

Uo uo uo uo 

Ahora que me quiten,

que me quiten lo bailao

Uo uo uo uo uo

Sí, era Lucía Pérez y su éxito de Eurovisión. Salí corriendo pero creo que habré perdido mucho time de vida por someterme a semejante e inesperada tortura pública. Sumando ambos traumas y ventajas el saldo es que mi perspectiva sobre “Time al Tiempo” de Ron Lalá es de agradecido y entretenido espectáculo humorístico. Bueno, son músicos y los sketches están construidos sobre el ritmo y la partitura (in live). A veces uno toca y el resto actúa. Otras, actúan todos y tocan a la vez. En algunas ocasiones tocan… pero la fibra al público. No hay tiempo ni time para más explicaciones. No se asusten: no se la tocan en público ni al público.

Parodia al mundo clásico de las margaritas y abezZzjas

Todo está visto aquí desde la perspectiva del tiempo: la crisis financiera con esos bancos devoradores de vidas, la evolución temporal de la narración teatral-musical (de la retórica al politono), el comercio del time cuando vas a perder tu vida al tiempo, la vida de las plantas y las margaritas bajo el prisma del clasiciZzZmo, el tránsito de la vida y sus pesadillas ‘lampareras’… El show va de menos a más y de ese más a menos… como si el tiempo traspasara la barrera del sonido musical y rompiese el equilibrio de espectáculo. ¿Es recomendable? Sí, pero si te invitan mejor.

Siguen en cartel en el Teatro Alfil por si les interesa aunque desde luego y personalmente la obra con la que más me he reído (y he salido con un increíble dolor testicular para nada pasajero) en dicho teatro, donde permiten beber botellines en plena butaca, ha sido “Las Marionetas del Pene” (también eran hombres-orquesta-contorsionistas si consideramos el aparato reproductor masculino como zambomba). Simplemente revuelve y conciencia interiores. Yllana, por cierto, regresa a Alfil próximamente con su nuevo espectáculo “Zoo”: de lo que se entera uno cuando le falta el time.