Páginas Bastardas

martes, 28 de febrero de 2017

Supergirl (2x14) Homecoming: ¿Nos podemos fiar de Jeremiah ‘Brody’ Danvers?


No se puede pedir peras al olmo y todos sabemos que “Supergirl” no debe ser considerada más allá de un entretenimiento pasajero aunque, no obstante, deberíamos exigir los mínimos a los que han llegado el resto de espectáculos de The CW. Los riesgos de convertirse en una telenovela barata a través del romance de Mon-El y Kara Zor-El van a pasar a otra fase en “Homecoming”, decimocuarto episodio de su segunda temporada. El regreso de Jeremiah Danvers (Dean Cain) va a suponer un punto de giro para todos los personajes provocando un enfrentamiento directo entre ellos debido a la posibilidad de que el padre de Alex y Kara puede estar trabajando para Cadmus. ¿Se pueden fiar de él? ¿Hacemos un juego de palabras entre el título del episodio y “Homeland? El primero en sospechar va a ser Mon-El (el que tiene algo que ocultar y bien sabe de eso) y va arrastrar a varios protagonistas a esa idea en la que Jeremiah pueda traicionarlos a todos. ¿Se está autospoileando con sus acciones? Esa guerra de bandos despierta un conflicto familiar suponiendo un claro enfoque argumental sobre el que pivota el episodio. “Homecoming” nos confirma cierto rumbo al drama familiar con pulpa romántica sobre el que quiere juguetear “Supergirl” para dar cierto sentido a unas estructuras y mecánicas cercanas a la telenovela hasta que aterrice esa esperada vuelta de tuerca. Cadmus es ese gran enemigo que seguramente ocupe la parcela argumental hasta el desenlace y el episodio desea posicionar sus piezas. Repasémoslo. 

Kara y Mon-El han comenzado su relación y toda esa nube de azucarado algodón sirve a los escritores para plantear situaciones divertidas como la revelación pública a todo el DEO de su romance. El problema aquí es la burocracia norteamericana aunque nos gustaría ver los contratos de trabajo que tienen Supergirl y Mon-El. ¿O es que son becarios o trabajan en negro (y para el negro)? Cadmus va a hacer su primer movimiento tras el escape de la pérfida Lillian Luthor y el tesoro que van a encontrar Supergirl y J'onn J'onzz va a ser a un ensangrentado y encadenado Jeremiah Danvers. Está hecho polvo pero bien afeitado, que conste. Ese cúmulo de emoción y felicidad va a ser reconducido por los guionistas como una especie de homenaje a Homeland actuando Mon-El como Carrie Mathison. ¿Se pueden fiar todos de Jeremiah sin sospechar nada de su rocambolesco y oportuno regreso? ¿Se pondrá Mon-El una peluca rubia y dejará de tomarse su medicación? Pensemos en que Cadmus va a ser inteligente en sus siguientes pasos y que la posibilidad de que el padre de Kara y Alex trabaja para esa pérfida organización terrorista tendría cierto sentido. Con una bomba de fusión nuclear, utilizando la radiación de la visión de calor que Cadmus robó a Supergirl, “Homecoming” plantea rápidamente sus núcleos dramáticos y de acción. Entre celebraciones y sospechas los mecanismos de tensión se establecen para que Kara y Mon-El tengan su primera discusión por el para nada extraño posicionamiento del de Daxam. ¿Es que allí se ha vuelto todo el mundo loco es normal que en Tierra-38 la gente sea estúpidamente confiada? Con el germen de la discordia sobre la mesa veremos que Jeremiah parece saber el secreto que esconde Mon-El. ¿Quién es realmente? ¿Es casualidad esa referencia a su padre y el odio que siente por él? Corramos un estúpido velo y vayamos al leitmotiv del episodio.



Sea como fuera, “Homecoming” juega con los personajes sospechando de Jeremiah en aumento hasta que éste les conduce a una trampa tras recuperar su trabajo en la DEO sin ninguna clase de examen psicológico serio o médico. ¡Qué más da, tenemos a superhéroes trabajando para nosotros sin contrato de trabajo y por amor al arte! Que Kara y Alex se distancien por las decisiones de la primera no dejan de marcar la crónica de una traición anunciada. Jeremiah deseaba infiltrarse en la DEO conocedor de que la familia era la kryptonita para su familia y círculo de amigos. Allí son muy confiados, superadlo. No importa, además, que actúes de modo sospechoso… simplemente puedes acceder sin problemas a la sala de servidores para descargar los archivos que quieras con completa impunidad con tu tarjeta de acceso dorada entregada en mano por Willy Wonka. Nada raro allí. Tierra-38 es el paraíso de los estafadores. Descubriremos que el señor Voy a traicionar a mi familia tiene en su cuerpo las mismas mejoras cibernéticas que Cyborg Superman sin que sepamos si solamente su tuneado y poderoso brazo es una arma perfecta para acabar con marcianos verdes o el tipo tiene suerte de que J'onn J'onzz  sea una llorona sentimental. Sea como fuera, Winn hizo los deberes y plantó un localizador en ese cuerpo del delito para que las hermanas se enfrenten por enésima vez a esos villanos (Cyborg Superman y Lillian Luthor) que se han hecho con el favor de su padre. No hay nada como poner en peligro a inocentes para que Supergirl opte por la retirada mientras que los escritores posicionan a padre e hija ante una peliaguda situación. ¿Matamos a papá o le dejamos huir? No sé, podría dispararlo en una pierna... Digo. Alex nunca podrá apretar ese gatillo y la traición de Jeremiah destroza a sus hijas completamente dejando a ambas en un modo Bridget Jones. Es obvio que los ficheros que robó el nuevo villano de la función esconden un plan de Cadmus que pasaba por hacerse con todo el registro de alienígenas de la DEO para un propósito digno de un villano de James Bond. ¿Están construyendo una gran arca espacial para montar a los humanos y arrasar con todo el planeta? ¿Otro plan en mente digno de HYDRA? ¿Qué trato hizo Jeremiah con Lillian? ¿Desea salvar a sus hijas a pesar de todo? ¿Hasta cuándo durará el romance de Lyra y Winn? ¿Sospechamos también de que aquí hay gato intergaláctico encerrado? Pensemos, de momento, en que “Homecoming” funciona bien como un episodio amparado en las emociones, reutilizando esas capas de superficial romance hacia un posicionamiento más oscuro con un secreto cada vez menos inconfesable. ¿Qué esconde Mon-El? ¿Encontrará Winn su verdadera vocación como asesor de parejas en problemas? ¿Invertirá la DEO algo de pasta en máquinas de rayos X como homenaje aDesafio Total? Fuera como fuese, “Supergirl” ha encontrado tal vez aquí ese juego entre luz y oscuridad que podía faltarle en anteriores entregas y esperemos que tales conflictos se encaminen hacia un explosivo desenlace. O eso esperamos.

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