Páginas Bastardas

domingo, 15 de febrero de 2015

El destino de Júpiter: El ADN de la ciencia ficción

“El destino de Júpiter”
Título original: “Jupiter Ascending”
Directores: Andy Wachowski, Lana Wachowski
EEUU
2015

Sinopsis (Página Oficial):

Channing Tatum y Mila Kunis protagonizan “Jupiter Ascending”, una aventura épica de ciencia ficción original de los directores Lana y Andy Wachowski. Jupiter Jones (Kunis) nació bajo el cielo de la noche, y las señales apuntaban a que estaba llamada a grandes cosas. Ya mayor, Jupiter sueña con las estrellas, pero se topa con la fría realidad de su trabajo como limpiadora de casas y un sin fin de rupturas problemáticas. Y no empieza a ser consciente del destino que le estaba aguardando hasta que Caine (Tatum), un cazador ex militar genéticamente modificado llega a la Tierra para perseguirla; y es que su firma genética la señala como la continuación en la cadena de una herencia extraordinaria que podría alterar el equilibrio de todo el universo.

Crítica Bastarda:

Fusilada y descuartizada a discreción, “El destino de Júpiter” apunta a ser el otro lado de un espejo llamado fracaso en la propia filmografía de los hermanos Wachowski. Un prototipo y reflector condenado a ser el reverso de aquello que ya divisamos en 2008 con “Speed Racer”. En la cinta, que adaptaba la franquicia anime de Tatsuo Yoshida, los directores de “Matrix” trataron de realizar un monumento sobre lo etéreo mucho más sofisticado, profundo y pop queAvatar pero se encontraron con la dura realidad: su revolución virtual estaba maldita y muerta al encajar en los mismos horizontes consumistas de la propia audiencia tanto en cómics, videojuegos, internet, televisión como parques temáticos. Aquella película que quería conjugarse como la nuevo “Tron” del Siglo XXI fue uno de los mayores fiascos de su respectivo año. El aterrizaje de “El destino de Júpiter”, siete años después, ha despertado los mismos e idénticos fantasmas apuntando directamente a unos de los mayores hundimientos y descalabros del 2015. Puede que los orejones picudos que luce Channing Tatum nos den las correctas señas para digerir la prótesis superficial sobre piel hollywoodiense; sobre esa condena, basada en los mismos adjetivos, y la petición de firmas de rigor reivindicando a los Guardianes de la Galaxia para salvar a la audiencia de esa caótica interconexión de referencias bajo una trama esquemática proto-típica/tópica. Intentar lanzar un discurso para defender “El destino de Júpiter” implica discutir sobre un ‘fairy-tale’ intergaláctico amparado en el cine de aventuras e incluso coronado en ínfulas clásicas pasadas bajo el filtro (y cameo) de Terry Gilliam. Y es que si el director de “Brazil” ya te da el sincero pésame puedes pasar directamente a tu propicio funeral… Entre pinceladas de ‘La cenicienta’ y ‘La bella y la bestia’ en su versión más zoofílica-folclórica —o el enunciado de envidia y rencor «Yo a ésta que va de reinona la ponía a levantarse a las cinco menos cuarto de la mañana a limpiar baños y escaleras»— los Wachowski construyen su lienzo bajo un estilo de rococó digital, visual y referencial, donde el steampunk permite a los cineastas introducir grandes catedrales en aeronaves fastuosas. “El destino de Júpiter”, en definitiva, desea ser una resurrección y, al mismo tiempo, un impuesto funeral por el propio contexto.


Los clásicos de la ciencia ficción tienen su propio ADN y siempre se ha buscado mediante la clonación o los híbridos genéticos una copia perfecta que brille y reine sobre las demás. El destino ha condenado a Andy y Lana Wachowski a volver eternamente y por todos los tiempos a “Matrix”, a esa pieza angular de su filmografía y combinación de ADN clave del (y para el) género. En “El destino de Júpiter” se encuentran todos los monolitos y pilares de la ciencia ficción e incluso cualquier significativa piedra o fragmento que su memoria quiera recopilar. Se trata de que el ADN fluya como la materia oscura en el universo de los Wachowski, que la luz sea la propia visión y perspectiva del espectador. Esclarecida la alocución de los autores, llega la recurrencia y reencarnación. Hay más por encima y debajo de esa epidermis plástica e incluso digital de una obra condenada a vagar en el imperecedero y diferencial amor y odio. Es evidente que esas orejas nos remiten a la referencia, a Spock como eje icónico y base de una conexión hacia Han Solo, Kyle Reese, Korben Dallas e incluso a Marty McFly. Aparecen las réplicas, conexiones y mutaciones. El aerodeslizador de “Regreso al Futuro” se ha transformado en botas voladoras que nos envían a surfear en cielo y sobrepasar la gravedad. Los directores de El atlas de las nubes desean ir más lejos. Se trata de entablar un discurso sobre la propia ciencia ficción y la necesidad intrínseca en la filmografía de los Wachowski de replicar una nueva “Matrix”. He ahí una crítica y jugosa lectura dirigida a la propia audiencia y a todos aquellos espectadores —e hijos de las reinas del Sci-Fi— que tratan de dilapidar, conspirar e incluso asesinar cualquier reencarnación que contenga el idéntico y exacto ADN antes de que pueda reivindicar el trono. Nadie ni nada puede interponerse en esa dinastía clausurada de obras maestras. No importa que la clonación sea perfecta y que hasta las ‘abejas’ reverencien la realeza genética sino que es el punto de vista y propio nacimiento aquel que condena esa obra ‘resurrecta’.


Todo es posible en un cosmos en el que incluso los universos fantasiosos de Tolkien y R.R. Martin tengan cabida —y el misticismo vampírico y faraónico— se impongan como estilo arquitectónico para retratar a esa realeza ambiciosa que desea sobreponerse al tiempo. No cambia la forma sino la perspectiva de declinar la eternidad como un modelo de negocio piramidal, donde el estafado (e ignorante) paga con su propia vida. Pero la moraleja final del cuento es que el ser humano (y universal) está condenado al aburrimiento y a los prejuicios. Depende únicamente de usted divertirse, distraerse y dejar de odiar su propia vida, ya sea la reina del universo que excreta oro a chorros o aquella que tiene que dejar tazas del váter como los chorros del oro para ganarse la vida. Usted, al fin y al cabo, decide poner un adjetivo a los orejones picudos que luce Channing Tatum en “El destino de Júpiter”, a este cuento espacial de ángeles que buscan sus alas y en el que el infierno se halla al otro lado de la pantalla.


No se trata de un SPOILER sino de una felicitación. Sean Bean llega vivo al final de la película. Repito: Sean Bean llega vivo al final de la película y los títulos de crédito. Seque sus lágrimas de emoción y continúe leyendo porque usted era uno de muchos que pensaba que no viviría lo suficiente para ver a Sean Bean subsistiendo en una ficción. Realmente la supervivencia de Sean Bean convierte a “El destino de Júpiter” en la ‘película acontecimiento’ del año. No se la pierdan, ya sea para odiarla a muerte y tratar de asesinarla, conspirando contra la misma, o amar irremediablemente unas orejas picudas y esa boca de Mila Kunis que no para de salivar pensando en su ‘perro’. ¿Y quién no ‘ama’ a los perros? ¿Al final el cuento habla sobre que la zoofilia es la mejor catarsis para poder reinventarse (y sentirse reina) o sobre el deseo freudiano de gran parte de la audiencia para que Channing Tatum se tire a su cuello… y le lleve el periódico por las mañanas? Los roles parecen haber cambiando y la audiencia es aquella que se ha convertido en una jauría de perros enrabietados que no acabarán su festín hasta completar su masacre. Descansen en paz Andy y Lana Wachowski. Requiescat in pace, eviscerada “El destino de Júpiter”.

Reseña redux de la publicada en Cinema ad Hoc

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6 comentarios:

  1. Madre mía menuda crítica gafa pasta te has marcado.creía que estaba leyendo fotogramas.los wachoski sólo han hecho bien la primera de matrix y V de Vendetta , que tampoco tiene mucho mérito porque es difícil estropear ese comic

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  2. sé que me van a odiar por esto, pero a mí me gustó, bueno no la amé ni declaro que es una obra de arte o que reinventaron la ciencia ficción.. es entretenida y da para pasar el rato, eso sí, me parece fabulosa la puesta en escena que es algo por lo que se destacan siempre los hermanos.. no soy critica de cine ni nada por el estilo, pero, es mi impresión y es han mezclado un montón de subgéneros? como que quisieron abarcar mucho? mi humilde opinión de simple espectadora ;)

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  3. Menuda decepción. Con ese presupuestó y con tan malos actores. Simple mente no se entiende. La audiencia ya no come vidrio no mas Channin Tatum de guerrero no mas Ben Afflec de Batman, no mas George Clooney o Orlando Bloom en roles principales de películas de acción. Señores directores pongan a actores de acción reales como alguno de la WWE o de la UFC o alguno reconocido.

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  4. Lo mas gracioso que me pareció en la pelicula es que mostraban escenas en la tierra en Rusia y hablaban Ruso, mostraban los extraterrestres en jupiter hablando ingles !!

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