Páginas Bastardas

viernes, 17 de febrero de 2012

Young Adult: Cinta Rayada

“Young Adult”
(2011)
EEUU
Director: Jason Reitman

Sinopsis (Página Oficial):

La oscarizada actriz Charlize Theron interpreta a Mavis Gary, una escritora de libros para adolescentes que vuelve a su pueblo natal para revivir sus días de gloria e intentar recuperar a su amor del instituto (Patrick Wilson). Cuando todo parece ir de mal en peor, Mavis se encuentra con un antiguo compañero de clase que tampoco ha triunfado al terminar el instituto.

“Young Adult” reúne a Jason Reitman, nominado a los Oscars por “Juno”, y a la ganadora de un Oscar, la guionista Diablo Cody.

Crítica Bastarda:

De la reseña para Cinema ad hoc.

Uno de los ejemplos recurrentes de la eficacia de los pases que hace el mainstream al público antes de ese final cut y distribución de cualquier película con vocación de blockbuster es “La boda de mi mejor amigo” de P.J. Hogan. En la cinta que, aparte de inaugurar el Festival de San Sebastián en 1997, fue uno de los mayores éxitos de la comedia romántica en el box office norteamericano y resucitó el siempre inmortal ‘I say a little pray for you’ de Aretha Franklin. Todo el mundo recuerda que en el filme que protagonizaban Julia Roberts y Cameron Diaz el punto de vista elegido era el de la villana de la historia de amor. Pero el personaje, que encarnaba la novia de América en aquel entonces, inicialmente provocó al público bastante rechazo por su inquebrantable fe en romper la felicidad y candidez del inicio de un matrimonio. Se tuvo que grabar una nueva secuencia en la que se enfrentaban la buena y la mala de historia, o sea, la Roberts y la Diaz, en unos baños en una pelea de gallitas… y donde la villana aceptaba la derrota por el amor que nunca pudo romper. El inicial y desagradable personaje finalmente se ganaba a la audiencia. “La boda de mi mejor amigo” sigue siendo una de las quince comedias románticas que más han recaudado en EEUU y los productores se ciñen a dicha secuencia para justificar su manipulación final sobre el producto antes de ser puesto a la ‘venta’.

Negación a la madurez sin caer en la idiotez
Repasando las últimas tentaciones de la comedia, ya sea romántica o no, y sin salirnos de año de producción de “Young Adult” de Jason Reitman nos encontramos en ese ‘embrutecimiento’ del género por lo políticamente incorrecto pero siendo moralmente correcto. Véase “Carta blanca” de los Farrelly donde el matrimonio queda más unido que nunca pese a un lapsus de libérrima liberación sexual, Resacón 2, ¡ahora en Tailandia!de Todd Phillips en la que la boda llega a buen puerto pese a una penetración anal (con eyaculación) por una travesti y, sobre todo, “El cambiazode David Dobkin, donde la transgresión sobre una típica comedia de cambio de cuerpos era tan desproporcionada, irreverente y guarra como inversamente proporcional a su puritanismo moral, social y familiar. Por no hablar de “Bad Teacher” de Jake Kasdan con una Cameron Díaz finalmente domesticada y sus paralelismos con el personaje que interpreta en “Young Adult” Charlize Theron. Pero también estamos presenciado como los protagonistas de la nueva comedia americana son treintañeros al borde del abismo de la crisis de los cuarenta y necesitan crecer y madurar: “Paul” de Greg Mottola o “La boda de mi mejor amiga” de Paul Feig son notables ejemplos. Incluso esa juventud indie y moderna se enfrenta a esos mismos conflictos sobre la imposibilidad de detener el avance de los años y su incapacidad de cambiar y madurar en El futuro de Miranda July.

Bad Girl
Juntando todo lo anterior llegamos a “Young Adult” de Jason Reitman como punto de inflexión respecto a los planteamientos de argumentos de casi-cuarentones que se niegan a florecer pero también de una villana, tan atractiva como desordenada, compulsiva, neurótica y alcohólica, cuyo objetivo pasa por romper un matrimonio, ya establecido y con un recién nacido de por medio, para recuperar a su ex novio de instituto. Inicialmente el póster de “Young Adult” me trajo a la cabeza el personaje de ‘retrasada’ que interpretó en la genial “Arrested Development” pero aquí su rol, aunque viva anclado en la infancia, tiene mucha inteligencia y, sobre todo, mala leche. Mavis Gary, personaje interpretado brillantemente por Charlize Theron, es además una escritora de libros (en la sombra) para adolescentes (sección Young Adult en las librerías anglosajonas) que vive en esa perpetua infancia pese a acercase ya a los cuarenta, tener un matrimonio fallido y, sobre todo, tener que finalizar esa serie de novelas adolescentes que han dado pie a su vida adulta (ropa, televisión y modo de vida) que la ponen en un precipicio existencial.

Intentando romper la moralidad habitual de la comedia estadounidense
Es momento de avanzar… pero para Mavis el progreso es puro retroceso. La suma de tópicos iniciales con esa vuelta al pueblo de sus orígenes para recuperar a su novio de toda la vida (adolescente) y sus mecanismos narrativos trillados son, ante todo, poco apetecibles. Pero la clave está en que su personaje principal nos resulta tan antipático como atractivo. Queremos, al igual que sucedía en “La boda de mi mejor amigo”, que fracase y que dicho desengaño la haga recomponerse y purificarse, a modo de catarsis, para evolucionar y madurar. Pero el guión de Diablo Cody, que supone una nueva colaboración con Jason Reitman después de “Juno”, quiere y pretender ir por otros derroteros más oscuros e inteligentes. Esta vez hay frases ácidas pero sin saturación, hay una gran metáfora en ese sucio Mini Cooper que conduce su protagonista y al que le ‘rompen la cara’ pero sigue en movimiento. Aquí no hay moralismos que hagan tambalear al personaje principal como sucedía en “Up in the Air” ni buenas intenciones como en la cinta que protagonizó Ellen Page. Lo interesante de “Young Adult” es que ‘The Concept’ de Teenage Fanclub (mucho mejor y más acertado que el ‘Hold on’ de Wilson Phillips escogido en La boda de mi mejor amiga), al igual que su vida, será esa cinta rayada que se rebobinará para volver a empezar desde el mismo punto. “Young Adult” no gustará al gran público por su consecuente cinismo; del mismo modo que tampoco convenció su polo opuesto en el 2011: “Convención en Cedar Rapids” de Miguel Arteta. Por fin, la no evolución (y coherencia), supone un avance para un director que había perdido acidez desde su mejor película y ópera prima, “Gracias por fumar”.

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