Jack Ryan, de Tom Clancy: El lobo con piel de oveja

Serie de TV

“Jack Ryan, de Tom Clancy”

TÍtulo original: “Jack Ryan”

EEUU

2018

Sinopsis (Página Oficial):

Cuando el analista de la CIA, Jack Ryan, se tropieza con una serie de transferencias bancarias sospechosas, su búsqueda de respuestas lo saca de la seguridad de su escritorio y lo catapulta hacia un juego mortal del gato y el ratón por toda Europa y Oriente Medio, donde se encuentra a un terrorista que prepara un ataque masivo contra Estados Unidos y sus aliados.

Crítica Bastarda:

Da la impresión de que Amazon ha puesto toda la carne en el asador con “Jack Ryan, de Tom Clancy”. La televisión tiene que ser un entretenimiento popular y un espectáculo pasajero determina también, en cierta medida, la calidad del producto. Nos encontramos ante lo que podría considerarse un largometraje de 8 horas de duración donde no falta un villano que desea estar por encima de la media. Tampoco faltan condimentos como un conflicto de nuestro héroe y, sobre todo, los ingredientes necesarios con una historia de amor (algo insuficiente) y otro personaje alrededor de ese analista y Doctor. James Greer (Wendell Pierce) desea conformarse como la otra columna que sea capaz de mantener el interés del show y dibujar un aire de buddy-movie con esa aureola de diferencias en la pareja protagonista. Aquí las apariencias engañan. Jack es un lobo con piel de cordero e incluso el primer encuentro con el villano de la primera temporada se personifica ese interesante cambio de roles. El personaje creado por Tom Clancy funciona como un lobo capaz de meterse en la piel de otros lobos para darles caza y, de este modo, confeccionar el clásico entretenimiento del juego del cazador y una presa que es un hábil e inteligente depredador. “Jack Ryan, de Tom Clancy” pudiera sorprender por la elección de John Krasinski pero, sin embargo, conforma ese juego de un analista encasillado en cubículos de oficina que se convierte en otra clase de héroe sobre el terreno. 

Los ocho episodios, que componen la primera temporada de la serie de Amazon, confían en sus giros de guion y sus revelaciones (muchas veces previsibles) para mantener la tensión y sostener el thriller sin que decaigan los ánimos al otro lado de la pantalla. La confianza en el proyecto con una segunda entrega en la recámara, dibuja un futuro para seguir la estela de la adaptación televisiva al personaje literario. Pero, ¿hay algo más aquí que un efectivo y funcional entretenimiento? Es cierto que la propuesta se mantiene con una estructura clásica y tampoco va a sorprender en tiempos de excelencia de creatividad televisiva. Únicamente pudiera llamar la atención el personaje que interpreta Wendell Pierce, al ser un afroamericano musulmán en la CIA. El show de Amazon dudo que convenza tampoco a islamofóbicos como islamofilicos e incluso mucho tildarán a “Jack Ryan, de Tom Clancy” de panfleto. Aquello que importa aquí es construirse el espectáculo sobre el entretenimiento lo más sustancial posible —jugando siempre con una estructura a contrarreloj— y bajo las normas de la acción con mayor credibilidad posible. Otra cuestión es que podamos exigir más de esa guerra entre el bien y el mal y pasar de puntillas por esos métodos que emplea la CIA como torturas o ejecuciones clandestinas por sicarios del gobierno. Desde el estrés postraumático a las motivaciones del villano, todo es cuestión de una partida de ajedrez tejida por ínfulas funcionales y tradicionales. ¿Suficiente en tiempos en los que “Homeland” sigue estando vigente o la renovación popular como parte de los entretenimientos de calidad? El tiempo lo dirá.

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