Fuego abierto: Tema controvertido, fórmula vista

Miniserie de TV

“Fuego abierto”

Título original: “Shots Fired”

EEUU

2017

Sinopsis (Página Oficial):

Nueva serie dramática sobre las peligrosas consecuencias de los tiroteos con carga racial en una pequeña ciudad de Carolina del Norte. Un investigador experto estudia los casos junto a un fiscal especial. Juntos deben navegar por la atención de los medios de comunicación, el debate público y el malestar social que acompaña a estos casos tan volátiles, buscando justicia antes de que el pueblo dividido estalle. Su investigación es manipulada por Eamons, la primera mujer gobernadora en el estado, que se encuentra en una dura lucha entre su reelección y ser el centro de atención nacional debido a los recientes tiroteos.

Crítica Bastarda:

El conflicto racial en EE.UU. se ha convertido en un tema candente y recurrente para la ficción norteamericana y “Fuego abierto” pudiera parecer una propuesta más en una larga lista. Reggie Rock Bythewood y Gina Prince-Bythewood han creado un drama sobre una vuelta de tuerca: un hombre blanco es en esta ocasión el asesinado en un control de tráfico rutinario realizado por un agente de policía afroamericano. Las investigaciones del Departamento de Justicia no se hacen esperar y tanto el fiscal como una experta investigadora llegan al lugar para esclarecer los hechos en paralelo a otro asesinato de un adolescente afroamericano que parece no querer ser indagado por la policía local. La serie de FOX amplía sus mecanismos revelando los poderes políticos al tener que lidiar con la crisis la actual Gobernadora del estado (Helen Hunt) y establecer en el género otro foco de atención. No es que la ficción de FOX sobresalga con algún concepto original porque cae en ciertos estereotipos y se siente cómoda en esas superficies dramáticas prototípicas. “Fuego abierto” nos habla desde la corrupción policial hasta la discriminación racial con ciertos tonos políticos y sus defectos. La cuestión es que la miniserie presente las luces y sombras de sus protagonistas y nos sitúe en un territorio que invite al debate. Nada de lo que se va a ir desvelando, a través de los giros de guion, va a ser fácil o digerible al otro lado de la pantalla y Reggie Rock Bythewood y Gina Prince-Bythewood van consolidando un entretenimiento equilibrado que no despunta por su calidad sino por su efectividad. Los diez episodios que componen la ficción van hilvanando sus diferentes historias utilizando el eje que supone Ashe Akino (Sanaa Lathan) y su dicotomía de hacer lo correcto o sumirse en las sombras y grises morales. Esos matices se trasladan al discurso final, tratando de lidiar un tema tan serio con un tono conciliador y armónico. ¿Arroja luz a tan oscuridad o sus tintes ceñidos a estereotipos empañan sus intentos narrativos? Sea como fuere, “Fuego abierto” se puede disfrutar como pasatiempo. 

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