Riddick: ¿A la tercera va la vencida?

“Riddick”

Director: David Twohy

Estados Unidos

2013

Sinopsis (Página Oficial):

Traicionado por los suyos y dado por muerto en un planeta desolado, Riddick (Vin Diesel) tendrá que luchar con la raza alienígena de depredadores más letal que jamás ha conocido. Su única vía de escape pasa por activar una baliza de emergencia, atrayendo a una serie de mercenarios y cazarrecompensas que no se irán del planeta sin la cabeza de Riddick como trofeo. Pero lo que ninguno de ellos sabe es que Riddick es más peligroso y temible que nunca… escenas. La edición en BD incluye la versión estrenada en cines y el montaje del director con 8 minutos de material inédito.

Crítica Bastarda:

La tercera aventura de Riddick, tras “Pitch Black” (2000) y “Las crónicas de Riddick” (2004), da la impresión de ser un ‘back to basics’ del antihéroe del género fantástico (con toques de terror) encarnado por Vin Diesel. El survival horror, como tal, va a disponer de dos actos en los que el protagonista tendrá que adaptarse a un planeta repleto de peligrosos depredadores para complementarse con una serie de sucesos más similares a la primera entrega. De esta manera la historia de resistencia de un rey destronado y su perro se convierte y revuelve, cual bestia de ese planeta infecundo, en un capítulo que nos remite al pasado del protagonista dentro de esa lucha de supervivencia con (y por) mercenarios y cazarrecompensas. Que “Riddick” quiere consolidar la franquicia con un héroe intergaláctico netamente macarra es tan evidente como la falta de concreción de la propuesta. 

Mientras que una única set-piece de la mancillada “Machete Kills” podría dar forma a la completa cinta de David Twohy, da la impresión que los ojos brillantes de Riddick, en ese planeta abrasado y desértico, no son suficientes para bascular entre el amor, odio y aburrimiento de la propuesta. Desde el comienzo, “Riddick” nos señala la concepción de la cinta remitiéndonos a la continuación de “Las crónicas de Riddick” y dejando claro que el antihéroe es el más duro de matar de la galaxia. Con la supervivencia ratificada con esos escorpiones gigantes llega el punto de giro que abre una nueva película. Me interesaría más una cinta experimental que sometida a los cánones del mainstream, con la incursión de cazarrecompensas enmarcados en el cliché y en frases jocosas propiciadas por el personaje que interpreta Jordi Mollà. El filme de David Twohy, por lo tanto, parece quedar atrapado en tierra de nadie, entre dos mundos que basculan entre una cinta exploitation y otra mainstream sin acabar sintetizando qué quiere ser finalmente.

Ese conflicto interno de la propia obra entre una revisión en su variante de ciencia ficción entre “La presa desnuda” de Cornel Wilde y “Soy Leyenda” de Francis Lawrence sumada al complemento de otro segmento similar a la propia “Pitch Black”, no deja claro tanto las intenciones de la cinta como la del propio antihéroe. ¿Es bueno o es malo? ¿Todo se resume en echar un polvo aéreo con ese juguete sexual que interpreta Katee Sackhoff o un recopilatorio de chulería de la franquicia? Sea como fuera, las extensiones están moldeadas para propiciar una comedia negra de terror fantástico con algunas imágenes presumiblemente plasmadas cinematográficamente desde ilustraciones y viñetas imaginarias de cómics. Pudiera interesar que el clímax final quiera ser un auto-homenaje al cierre de su primera entrega estilando transiciones y conexiones con sus personajes y villanos. Al final de “Riddick” el propio espectador sigue atrapado en ese mundo extraño y árido en el que tampoco entiende su ecosistema de lluvias, barro lleno de bichos asesinos de la muerte y dignos callejeros sin calles que valgan ni tampoco cómo se sobrevive allí si no eres un chulo con ojos brillantes. Desconocemos la próxima parada del chulo pero su último chiste se ha convertido en un objeto tan estéril como estirado.

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