The Walking Dead (8x13) Do Not Send Us Astray (No nos hagas extraviarnos): Karma

“Do Not Send Us Astray (No nos hagas extraviarnos)”, decimotercero episodio de la octava temporada de “The Walking Dead”, nos arrastra irremediablemente a la decadencia del espectáculo de AMC pese a sus desesperados de intentos de llamar la atención mediante la sorpresa de acabar con supuestos e intocables protagonistas. Esos ratings de diecisiete millones de espectadores, viendo en EE. UU. en directo la adaptación del material de Robert Kirkman, ya son pasado. Se han evaporado. Los números del ‘show’ han caído a los mismos niveles de la segunda entrega tras la muerte de Carl y el giro de guion no ha supuesto una clara mejora tras su mid-season finale. Es cierto que “The Walking Dead” ha de transformarse en algo distinto pero, sin embargo, la desidia y falta de interés al otro de lado de la pantalla sean determinantes a cualquier tipo de propósito. Las propias visitas de estas reviews o el cierre de comunidades en internet son otros indicadores de que existe una ausencia de atención considerable. ¿El mundo ya se dispone para abandonar esta serie definitivamente? En cierta forma, “Do Not Send Us Astray (No nos hagas extraviarnos)” nos obliga a repasar mentalmente de nuevo esa proposición de futuro en las visiones de Rick Grimes. ¿La metamorfosis de Simon en un villano despiadado obedece a vender las bondades para que Negan se integre en el espectáculo como otro regular? ¿Será tal acto la clave? ¿O es todo, por el contrario, una tomadura de pelo? Quizás el propio karma en el que se ha envuelto la serie sea su propia perdición. Por un lado, tocaba rendir cuentas ante los cómics de Kirkman y acabar con Glenn mientras que, sin embargo y finalmente, poco o nada contaba vivir o no en el material original. Repasemos el capítulo.

☠ “Do Not Send Us Astray (No nos hagas extraviarnos)” arranca con el primer plano de Morgan Jones delimitando una visión e su propia locura. La lucha contra los fantasmas del pasado se personifica con la llegada de Gavin al espectro de su psique. La realidad, no obstante, viene delimitada por un claxon y una cadena ya inicidada. Una alarma… alguien se acerca. ¿Podrá defenderse Colonia Hilltop de la inminente amenaza? ¿Henry es ya una máquina de matar? Siddiq se tiene que hacer con el control de una enfermería que espera pacientes ante el inaplazable ataque. Llega la noche. Maggie y las radios marcan los tiempos y Colonia Hilltop se dispone a combatir ante esa guerra que ha tomado forma con numerosos Salvadores. Maggie Rhee, la viuda, trata de sacar provecho de los 38 rehenes y ella misma se encargará de acabar con los mismos disparando 38 balas si es necesario. Allí sabemos que está Gregory como eterno contraste del pasado/futuro de Hilltop pero, sin embargo, Simon desea justificar su fin con cualquier clase de medio. Esos 38 rehenes ya son prescindibles…

☠ Por suerte ante ese golpe del destino, Daryl pasa al ataque y la acción llega al episodio. Carol va a tener que lidiar con la posible muerte de otra cara conocida y el asedio a Hilltop va a hilvanar todo tipo de piezas en las que nos quedaba por ver la psicopatía asesina de Simon, que planifica una masacre en toda regla y la elección de bando por parte de Dwight. Maggie ha urdido, por su parte, un plan para que todos los protagonistas de la serie vayan tomando el control del escenario y que los golpes de efecto se produzcan como lo mejor del capítulo. De las visiones de Morgan Jones pasamos a la imagen de Rick y Maggie como parte de la síntesis actual de la serie: los dos líderes aferrados a su desesperada sed de venganza por matar a todos esos Salvadores que han vuelto a huir (subidos a sus autos). Nos sabemos toda esa puesta en escena y liturgia recurrente en los enfrentamientos de esos bandos desde hace un par de temporadas. Nada nuevo.

☠ El segundo acto de “Do Not Send Us Astray (No nos hagas extraviarnos)” nos prepara para el diálogo y el desarrollo de las escasas líneas que proponen los personajes en los nimios guiones actuales del espectáculo. ¿Qué harán Daryl o Tara ante Dwight? ¿Podrán perdonar sus intentos de ayudarlos a ganar o, por el contrario, se encuentran atrapados en un bucle de venganza asesina? Esa esencia podría trasladarse al resto de conversaciones y movimientos dramáticos del episodio. Michonne y Rick han de lidiar con los actos del pasado y cómo el padre de Carl se está alejando de la ‘promesa’ que realizó a su hijo. Maggie, por su parte, ha de tomar la decisión sobre los rehenes y gestionar sus deberes como líder de una comunidad y, al mismo tiempo, hacer frente a los costes de toda acción tomada. Esas contradicciones entre los efectos que desatan los planes, nos lleva a amoldar la capa dramática para que también Carol tenga un margen en el que tomar el protagonismo que merece una voz en off para remarcar la lucha del bien y el mal en una secuencia de montaje en el que Henry va a hacerse con un arma automática. La tragedia se acerca…

☠ El episodio decide concluir con esas heridas abiertas que lleva arrastrando la temporada. Los encuentros de Siddiq y Rick empujan esa imagen de Carl reflejada en el doctor y su implícita promesa. Sabemos que ahora todo en Rick es un no… hasta que las obligaciones en el guion digan lo contrario. Es evidente que el plan de Negan por utilizar vísceras de caminantes en sus armas nos va a llevar a un concepto similar al de un film de terror, en el que la transformación de los heridos en muertos vivientes y las cronología de unas horas nos vayan arrastrando a la imagen de otro tipo de asedio dentro de Colonia Hilltop. Es la pulpa más difícil de asimilar por su credibilidad argumental, aunque no sea un elemento nuevo dentro de la serie. Siempre que ha interesado, los caminantes han sido tan silenciosos como ninjas y ese recurso será utilizado por los escritores para planificar una gran tragedia en el corazón de Hilltop. Era evidente que la posibilidad transformación de Henry en una máquina de matar va a estar respaldada por otro golpe de efecto: no era más que el recurso de guion para que los Salvadores que han servido como rehenes estos episodios puedan escapar ante la imposibilidad de que ese niño pueda saber quién mató a su hermano. Los gritos dentro de la casa principal del lugar nos llevan a ese horror que se va ir desatando otra parte, siendo esa musical celestial en los oídos del desagradable Jared. Entre Henry en el suelo debido a su estupidez y otro caminante-ninja dentro de la mansión Hilltop, la desdicha se reproduce con una estela de caos. Carol se verá obligada a dar muerte a Tobin aunque el material ya no es potente a estas alturas del relato tras su separación. El bate de Negan tiene las respuestas y, tal y como revela Tara, el karma es una putada. ¿Son todos hipócritas o condenados a la bipolaridad? El precio a pagar es el letimotiv del cierre con todos esos muertos a los que tiene que enfrentarse la conciencia de Maggie (y de todo líder) y el único halo de esperanza para la viuda es saber que algunos de los Salvadores, que eran sus rehenes, no escaparon ante la incompetencia de un desaparecido (?) Henry. Los fantasmas (y las caras bonitas) van a seguir aquí… y Morgan necesita urgentemente medicación junto con el resto de protagonistas. ¿Algo nuevo bajo el sol de “The Walking Dead”?

[Por falta de tiempo y para evitar la desaparición fulminante de ciertos análisis episódicos, el presente post pertenece a un nuevo formato de review de Historias (Bastardas) Extraordinarias en el que se expondrán reflexiones y líneas argumentales. La idea es también invitar al lector a comentar y compartir sus propias sensaciones del capítulo tratado.]

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