Las aventuras de Peabody y Sherman: De por qué los perros tienen que adoptar niños

“Las aventuras de Peabody y Sherman”

Título original: “Mr. Peabody & Sherman”

Director: Rob Minkoff

EEUU

2014

Sinopsis (Página Oficial):

Peabody, el perro más inteligente en el mundo, y su niño travieso Sherman, utilizan su máquina del tiempo -Ir Pa Trás- para seguir las aventuras más extravagantes conocidos por el hombre o un perro. Pero cuando Sherman toma la máquina para un viaje de placer para impresionar a su amiga Penny, ellos accidentalmente realizan un agujero en el universo, causando estragos en los eventos más importantes en la historia del mundo. Antes de alterar por siempre el pasado, presente y futuro, el Sr. Peabody debe venir a su rescate, en última instancia frente al reto más difícil de cualquier época: encontrar la manera de ser un padre. Juntos, el trío viajero en el tiempo, dejan su huella en la historia.

Crítica Bastarda:

Gracias a películas como “Las aventuras de Peabody y Sherman” esperemos que se inicie un debate entre las primeras naciones del mundo y se legalice la adopción de niños por parte de perros. ¿Quién mejor puede ser un padre que un perro con un Premio Nobel siendo más inteligente que Sheldon Cooper, mejor cocinero que Ferran Adrià, un inventor que deja a Thomas Alva Edison en aficionado y con cualidades necesarias para desarrollar el avance de la humanidad y la tecnología? No todos los perros son así pero tampoco todos los seres humanos que adoptan son Obama o Einstein. 

Yo lo tengo claro: los gobiernos de todo el mundo deberían establecer la igualdad de oportunidades para que se considere tanto el matrimonio de las parejas formadas por animales como que éstos puedan ser padres adoptando a niños y garantizado una idónea educación. Van a ser mejores padres que muchos padres biológicos. No es una teoría sino un hecho objetivo. Es incompatible que a los más pequeños les muestren el mundo de “Peppa Pig” como pedagógico y no encuentre un paralelismo o aproximación en el mundo real. En el caso de los perros, está demostrado científicamente que no tienen que establecerse como pareja, por lo que considerar la adopción teniendo el requisito del matrimonio resulta obsoleto. Los perros son mucho más evolucionados que los seres humanos a todos los niveles: inteligencia, sentido de la responsabilidad, capacidad de oler un trasero, etc. Existen muchos niños nacidos en lugares con extrema pobreza incluso dentro del primer mundo. ¿Por qué, entonces, se niega la adopción a los perros? ¡GUAU! GUAU! ¡GUAU! GUAU! ¡GUAU! GUAU! ¡GUAU! GUAU! Los perros están motivados y comprometidos, son el mejor amigo que puede tener un niño y más si éste no tiene hogar, son tan inteligentes que la reducción del fracaso escolar es incuestionable, fomentan la tolerancia y el HAMOR y los niños están encantados con la situación. ¿Por qué, entonces, seguir con esa injusticia mundial y lacra social nacida de la cinofobia?

“Las aventuras de Peabody y Sherman” nos revelan todas las anteriores situaciones y el conflicto del niño protagonista es crecer y admitir que su padre (perfecto) es un perro. Se les va la mano con tanto viaje en el tiempo con Tutankamón y Leonardo Da Vinci, desacreditando a Dan Brown, pero el film de Rob Minkoff queda hundido por mezclar la Revolución Francesa con George Washington y la guerra de Troya. Es un acto repudiable y de mal gusto. De muy, muy mal gusto… como olor de sobaco griego. Para todo lo demás, un film pionero sobre por qué los perros tienen que adoptar niños. Esperemos que sea un realidad en breve y todos los animalistas sean coherentes con su posicionamiento ético y moral: los perros han de tener derechos y, por lo tanto, obligaciones (como ser padres de niños humanos).

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