Páginas Bastardas

miércoles, 9 de agosto de 2017

The Strain (4x04) New Horizons: Nuevos Horizontes


“New Horizons” es el cuarto episodio de la cuarta última temporada de “The Strain” y en su título se revela parte de la estrategia de los Strigoi y el Amo para dominar definitivamente el planeta. Tras inocular un invierno nuclear que les permitiera ser la raza absoluta, su plan pasa por transformar el mundo en una distopía con tintes nazis en la que los seres humanos sean simples animales a su servicio. ¿Un mix con vampiros de los ya visto en “El planeta de los simios” y “Zombie Wars”? En cierto modo, podemos sacar la calculadora a lo Thomas Eichorst y un calendario para imaginar que la inmortalidad favorece un plan a largo alcance. Suponemos que la idea es hallar en la Asociación una vía de confianza en los supervivientes al apocalipsis para dar un golpe certero y que futuras generaciones sean simple ganado a los intereses Strigoi. Por esta vía, el mayor enemigo que ha tenido el Amo a lo largo de su existencia quedaría con un mero producto para seguir produciendo sangre con la que subsistir. O eso, o inventan ‘True Blood’. A nivel argumental, la despedida de la adaptación ‘La Trilogía de la Oscuridad’ ha supuesto cierto distanciamiento con otras series de televisión que llegan a su temporada de cierre. La idea, hasta el momento y de manera general, era integrar y unificar todas las tramas y personajes de cara al clímax pero, por el contrario, el espectáculo de FX ha decidido mostrarnos todos los focos de interés de ese nuevo reino postapocalíptico y distópico a través de la separación de todos los protagonistas. En “New Horizons” Eph seguirá siendo una constante y volveremos tanto a Dutch como a Gus para posicionar otro tipo de acercamiento a este universo tróspido que se despide de nuestras pantallas. 

No sabemos si “New Horizons” es el episodio más sólido de esta temporada o simplemente una vía para ofrecernos ese mundo distópico desde varias perspectivas. Mientras Dutch nos introduce en cómo los Strigoi piensan transformar a la humanidad en simple ganado condenado a mataderos, Eph mostrará los intentos de los rebeldes para seguir combatiendo la plaga zombie-vamp. Por parte de Gus, veremos que las bandas siguen teniendo sentido en cualquier variación de civilización y desconocemos cómo va a encajar esa relación de amor/celos/odio entre el hispano y Alonso Creem. Aquello que sí nos revela el capítulo es cómo viven los colaboradores (como Sanjay) y los beneficios que tiene traicionar a su propia especie. Su esposa da la impresión de estar asqueada del precio por mantenerse en la cúspide de la pirámide social y su pérdida de apetito es consecuente con la llegada de un nazi a su mesa. La humanidad está claro que ha muerto y prueba de ello son esas fábricas de bebés en seis meses completamente amorales y sin sentimientos que valgan. Quizás aquí los animalistas utilicen este material para voltear el lado de la mesa y cambiar el plato de carne sanguinolenta por su propio consumidor. Incluso sería más interesante ver cómo se va a reconstruir una sociedad completamente quebrada si nuestros protagonistas acaban con el Amo. ¿Qué va a quedar?


Quizás ese tono espeluznante, por su carácter numérico, sea más aterrador que ver a Dutch meterse en una de esas fábricas que vimos preparándose en temporadas anteriores. Nuestra protagonista, tras varios pormenores y dilemas morales, consiguió escapar de uno de esos partos, a los que asistió como apoyo emocional, utilizando al propio Sanjay como escudo humano. No obstante, no hay salida en una fábrica de la muerte y podemos pensar en esos infiernos de los que hablaba que el sirviente del Amo y Eichorst. ¿Volvemos a la primera casilla del juego? Algo parecido ocurre con Eph en Filadelfia cuando su grupo es atacado brutalmente y solamente él y Alex consiguen escapar. La muerte de Jason no deja de remarcar esa sensación de una serie que utiliza a sus personajes secundarios como simple moneda argumental de cambio. El hermano de Alex, recordemos, fue el elemento para unir a Eph con esa rebelde y volver a encender su luz interior revolucionaria. Tras conseguirlo, Jason se despedirá tras mordido por un Strigoi y ser incapaz Alex de apretar el gatillo. Eph ya tiene experiencia en ese asunto llamado FAIL… e incluso confesará a Alex que su hijo fue aquel que detonó la bomba atómica con la que empezó todo. Eph dejó, además, de ser una folclórica borracha de ese día. Da lo mismo que se desea lavar la imagen de Zach como un joven que no sabía lo que hacía porque el peor personaje de la ficción televisiva que se recuerda no puede hacer ya nada para caer bien a la audiencia. Eph y Alex, en sus pesquisas, descubrirán que los Strigoi están trasladando a la población al exterior de las ciudades. Desconocemos si existe una analogía con los campos de concentración o, por el contrario, están rearmando una gran infraestructura para sus planes venideros. Gus, por su parte, tendrá que formar a Raul para sobrevivir en un mundo inhóspito en el que incluso tienen enemigos entre sus aliados. Sabemos que esa banda es un polvorín por la lucha de poder y liderazgo entre Gus y Alonso. Prueba de ello es una nueva crisis para acabar con un grupo de oficiales de la policía de Nueva York, que acabaron con un miembro de su banda para robarle el material. La venganza se sirve fría y el escondite de esas violentas y codiciosas ratas será tomado gracias al inteligente plan de Gus. Eso sí, nadie agradecerá a Alonso en su momento Tony Montana… “New Horizons” decide acabar, por el contrario, con un punto argumental álgido al seguir los pasos del descubrimiento de Dutch en su fuga. La protagonista quedará congelada y estamos seguros que se trata de una artimaña de guion para volver a unir sus pasos a los de Abraham Setrakian. Al fin y al cabo, Dutch es la única que sabe dónde se encuentra el Occido Lumen y el provecto judío aquel que puede descifrar el secreto para acabar con el Maestro de una vez por todas. Si no acaba Zach con nosotros y con toda la humanidad antes, claro. 


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