Páginas Bastardas

lunes, 2 de enero de 2017

Sherlock (4x01) The Six Thatchers: ¡Sherlock ha vuelto!… pero, ¿estará a la altura?


Bienvenidos al esperado retorno de “Sherlock” a nuestras vidas aunque para ello tengamos que lidiar con esa complicada tarea de contentar a propios, extraños y grandes feligreses de una religión catódica que no parece tener fin. Podemos tratar de entender el regreso del personaje que ha hecho suyo Benedict Cumberbatch desde la perspectiva de hacer simple lo complicado como santo y seña de los métodos del detective más inteligente sobre la faz del planeta. Precisamente esta nueva toma de contacto tras Sherlock: La novia abominablevuelve a remarcar que la posibilidad del regreso de Jim Moriarty ha absorbido completamente a Sherlock Holmes y guía sus pasos ante una nueva eventualidad de resolver el caso más difícil al que se ha enfrentado. El pasado vuelve para atormentar a los personajes… pero no como podíamos esperar… ya que, en realidad, las intenciones de “The Six Thatchers” (aparte de recrearse en la destrucción de la ‘imagen’ de Margaret Thatcher delante de los británicos) son dar cierto sentido a algunos arcos argumentales que arrastra el espectáculo desde tiempo atrás. Sabíamos que la relación entre Sherlock y John Watson estaba sostenida por esa promesa y voto que realizó y en la que se introducía a Mary en la ecuación. Nada es azaroso… y las variables pueden ser incluso la propia vida privada de los personajes que componen la serie. ¿O es que la separación de Martin Freeman y Amanda Abbington pensaban que no iba a traer consecuencias dentro del relato y la ficción? La probabilidad matemática tiene truco y aquí el público puede sentirse atrapado en un ritual donde algunas explosiones tratar de mantener el ritmo. Todo también bien pudiera sintetizarse en esa fabula en la que se recrea en distintos pasajes el propio episodio en el que la muerte es un destino del que el protagonista se niega a escapar… hasta encontrarse cara a cara con el inevitable encuentro. ¿Es posible escapar de la muerte o al hacerlo uno puede estar completando un destino impuesto? ¿Podrá reescribir la fábula y volver a hacerlo Sherlock o está condenado a atraer a la parca a su entorno con consecuencias nefastas? Repasemos “The Six Thatchers”

¿Es realmente Moriarty ese (sirviente del) mercader que aparece una y otra vez en la fábula que narran varios personajes? ¿Realmente su escape de su funesto destino es simplemente parte de un relato condenado a un destino y fin? ¿O si todo fuera un testamento oscuro y macabro del antagonista de Sherlock para atraerlo a una trampa y forzar su desaparición? Sea como fuera, el supuesto regreso de Moriarty sirve a nuestro protagonista para conseguir una segunda oportunidad y escapar irónicamente de la muerte y misión suicida que le esperaba en ese viaje en avión que fue finalmente abortado en pleno vuelo. Si bien la ‘versión oficial’ se servirá de la tecnología para alterar la realidad en una grabación —y que la opinión pública no vea a su héroe asesinar a sangre fría a Charles Augustus Magnussen—, Moriarty podría haber utilizado la misma arma para regresar de entre los muertos y escapar del encuentro de la muerte. Todo es una farsa al fin y al cabo. “Sherlock” cuenta ya con un bagaje para potenciar las relaciones de los personajes, en especial la dependencia del personaje principal con su hermano Mycroft y, evidentemente, con ese matrimonio que espera un retoño y que ha dado sentido a la vida de Holmes. Ese «Miss Me?» da la impresión de cerrar un círculo en la vida de Holmes durante el episodio pero esa interpretación de la muerte/resurrección bien pudiera ser simplemente definitorio como acto testamentario. Es decir, Sherlock va a tener que buscar las respuestas en nuevas preguntas y, por supuesto, nuevos casos alrededor del proceso de la defunción. 


Ese encadenado no es más que el material para comenzar un nuevo juego entre Moriarty y Sherlock en el que se entrecruza el pasado de otros personajes y con el que los guionistas se decantan por coger ritmo gracias al humor (y la adicción al móvil de su héroe o su vocación de niñera) mientras que van introduciendo poco a poco una senda de un gran enigmático misterio que le lleve a el eje argumental de “The Six Thatchers”. La conexión de esas estatuas de Margaret Thatcher también nos revela las trágicas circunstancias que traen de nuevo a la muerte como elemento primordial de todos los argumentos del episodio, como si fuera un recordatorio siempre presente en cada movimiento y paso de Sherlock Holmes. Pensemos que ese final inesperado por parte de ese joven que pretendía dar una sorpresa de cumpleaños a su padre no deja de remarcar lo fatal y absurda que puede ser muchas veces la muerte como acto inesperado y fortuito. Holmes siempre se ha encargado de dar sentido a la probabilidad y el caso esconde otro secreto que se ha puesto en su camino dirigiéndole a Samarra… El episodio trata de rentabilizar evidentemente el backstory a los guiños referenciales sobre Moriarty aunque las consecuencias y revelaciones son completamente distintas. Sherlock desenmascara a aquel que pensaba que iba a ser su gran enemigo y némesis (u ofrecer respuestas) descubre, en realidad, uno de los rostros de la muerte para recibir el impacto de una revelación con la que no contaba: una unidad de disco que lleva las iniciales de A.G.R.A. aparece al destruir el busto de Thatcher. Ciertamente Sherlock está atrapado en una historia en la que no es el protagonista sino que el pasado de Mary Watson hace acto de presencia. Ese ladrón escapará tras la pelea para confirmar que sus pasos son dar caza y acabar con Mary por traicionarlo y, de este modo, surgen las respuestas de aquello que significa el acrónimo y ese equipo de agentes secretos que tenían tal confianza los unos en los otros que compartieron todos sus secretos con cada una de sus iniciales. Hace seis años una misión para liberar a rehenes en Georgia salió mal y Mary pensaba que era la última superviviente hasta la aparición de Ajay… Aunque la cuestión está sobre la mesa: ¿traicionó Mary a su compañero o realmente hay un tercer intérprete que provocó la nefasta situación? 


Sabemos que la promesa de Sherlock también está sobre la mesa pero que Mary tiene un as en la manga para escapar y tratar de dar sentido a ese nuevo encuentro con su ex compañero y hallar respuestas. Mycroft ofrecerá también a Holmes detalles de esa misión en la que se contrató a A.G.R.A. y la posibilidad de una traición es expuesta… Por supuesto Mary no podrá evitar que Sherlock dé con su paradero (con uno de los golpes de humor del episodio) y que su esposo se una en esa cita final (?) con la muerte en Samarra. Como sabemos que no estábamos en el acto conclusivo la idea es que Ajay revele a punta de pistola cómo sobrevivió a los terroristas y sus torturas y que escuchase por boca de ellos que una ‘mujer inglesa’ perpetró todo el plan y felonía. Con la muerte de Ajay surgen nuevas preguntas y los escritores también aprovechan para presentar una trama al servicio de Holmes y un encuentro/aventura que le llevan a un sinuoso territorio de cara a la audiencia. Mientras tanto, Sherlock intuye que el nombre clave utilizado por los terroristas responde al nombre clave de Lady Smallwood… hasta que la bombilla se enciende sobre el detective más famoso de Inglaterra para dar sentido a la solución del rompecabezas. El auténtico cerebro de la traición era Vivian Norbury y manipuló en secreto a su jefa (Smallwood) para cometer sus fechorías y comprarse una casa de campo en el proceso. Aunque Sherlock intuye que todo era acto del egocentrismo y trata de acribillarla con sus palabras y detalles alrededor de su vida para acorralar a la bestia. Para su disgusto, Norbury decide apretar el gatillo pero no para suicidarse sino para tratar de acabar con la vida de Sherlock. En cierto modo, aquí Sherlock recibe la respuesta que él mismo engendró cuando decidió acabar con la vida de Charles Augustus Magnussen sin importar las consecuencias. Será Mary aquella que salte (literalmente) sobre esa bala que conduce a la muerte a toda persona a la que toque y, evidentemente, no va a ser una excepción en esa cita con Samarra. El fallecimiento de Mary cierra un acto y plantea un punto de inflexión en la relación de Holmes y Watson con consecuencias para ambos tras quebrar Sherlock su promesa de proteger a la esposa de su mejor amigo. Holmes esquivó nuevamente a la muerte pero el precio a pagar fue demasiado alto. Las respuestas, no obstante, puede que las tenga Moriarty y su cita «Miss Me?» pero no como el protagonista podía esperar sino que se encuentra de lleno con un mensaje póstumo de Mary para resolver el caso más difícil de la carrera del detective. Lamentablemente para Holmes va a estar solo tras la negativa de Watson a tener nada que ver con él. Y, precisamente, descubriremos que tal misión es salvar a Watson. ¿Ha sido, no obstante, todo ese proceso demasiado aburrido pese a su impactante giro final? ¿Estamos ante la mejor versión de “Sherlock” o, por el contrario, no ha estado a la altura de las circunstancias? ¿Ha dejado en el aire esa lectura política sobre el odio que despierta Margaret Thatcher o ha sido una atinada metáfora de cambiar esos seis Napoleones por aquella que fue la primera ministra de Reino Unido? ¿El flirteo de Watson apagó las posibilidades dramáticas de la muerte de Mary o no era casualidad la utilización de esa trama y flashbacks? ¿No parecía todo una fantasía erótica de ciencia ficción o parte de un anuncio de una clínica de disfunción eréctil? ¿O mejor todo se resume en esa peluca barata y nefasta interpretación de esa supuesta superespía? ¿O el pelo de su marido era todavía más inverosímil? Sea como fuera Sherlock ha vuelto y tiene un caso que resolver. ¿Podrá hacerlo o todos los caminos (que tome Holmes) conducen a Samarra?

Licencia de Creative Commons
Historias Bastardas Extraordinarias by Maldito Bastardo is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lea antes los Mandamientos de este blog.