Serie de TV
“My Hero Academia”
Título original: “Boku no Hero Academia”
Japón
2016
Sinopsis (Página Oficial):
Izuku Midoriya quiere desesperadamente ser un héroe, pero es uno de los pocos en su generación nacidos sin una singularidad. ¿Conocer al héroe número uno, All Might, podría cambiar su destino?
La esperada adaptación del manga escrito por Kōhei Horikoshi se convirtió por méritos propios en uno de los nuevos animes destacados de 2016 y las aventuras de Izuku Midoriya están condenadas, desde luego, a formar parte del santo y seña de los fans de la animación japonesa serializada. Vayamos directamente a esa responsabilidad que engendra todo gran poder. “My Hero Academia” nos transporta a un universo en el que el 80% de la población desarrolló superpoderes y héroes y villanos se enfrentan constantemente como parte de una práctica asimilación absoluta por parte de la población. Tal batalla y contienda se ha convertido, además, en una especie de competición para todos aquellos que desean proteger a los inocentes de peligrosas amenazas y la selección natural para aquellos que tienen singularidad está a la orden del día. Solamente los mejores podrán ser esos héroes que la sociedad necesita y, evidentemente, han de preparase concienzudamente para conseguir ser el objetivo del objetivo mediático. En cierta medida, la idea es que todo gire y pivote sobre un cosmos en el que la heroicidad lo es todo y en el que veamos la evolución de Izuku por tratar de transformarse en un héroe pese a carecer de una singularidad y dejarnos claro que tal vez para convertirse en uno haya que ‘hacerse’ y no nacer como tal. La serie se ciñe a unificar ya aglutinar muchos elementos e ideas del propio subgénero y dudo que pueda sorprender a un espectador familiarizado con un tema tan explotado como redundante. La cuestión es, por el contrario, convertir lo gastado y supuestamente marchito en un aliciente para explorar a los superhéroes desde un tono humorístico y estrafalario marcando su propia ‘singularidad’ dentro del subgénero, como si también los fans (como el propio protagonista) consiguieran salvar a sus ídolos y símbolos. Los fans ganará la batalla y el menos increíble puede acabar siendo el más increíble como parte de esas esencias de superación personal y desarrollo implícitas en una propuesta que lidia acertadamente con la problemática expuesta sobre la saturación.
La trama se focaliza principalmente en ver cómo Izuku es entrenado por All Might para ser digno de portar su poder y, de este modo, entrar en esa academia de superhéroes donde tendrá que aprender a convertirse en uno. El interés de tal premisa es que el fondo mantenga la llama de la épica emocional mientras en la forma surgen los delirios y elementos satíricos. Como no existe equilibrio del yin sin el yang, el egocéntrico Katsuki Bakugou se constituye como el principal antagonista de Izuku elevando ese tono de rivalidad que se entrelaza a través del crecimiento de ambos. “My Hero Academia”, no obstante, trata también de jugar sus bazas conjugando el humor un tanto caricaturesco con la epopeya que se constituye en el relato. Ese viaje de metamorfosis de los alumnos no quita que la acción se introduzca durante los trece episodios que componen su primera temporada y junto a las lecciones y entrenamientos (generalmente físicas) aparezca otro tipo de componente más peligroso que acaba por explotar en sus últimos episodios. No es que se le pueda pedir “My Hero Academia” que arriesgue más allá de ese toque excéntrico y un tanto ridículo que engloba a los superhéroes que aparecen en la serie de animación, donde una acertada banda sonora respalda ese sentimiento heroico. Pero, en realidad, la idea es que la propuesta bascule la burla con la épica y el espectador pueda reírse, emocionarse o sentirse impactado con las aventuras de Izuku y sus nuevos amigos y futuros aliados. Lidiando con infinidad de clichés y personajes bidimensionales y conflictos elementales que se convierten en un mero escaparate y excusa, el espectáculo encuentra un espacio para crecer gracias al arco argumental que cierre la temporada con la liga de los villanos, dejándonos en el proceso algunas líneas abiertas de cara a una continuación. ¿Es peligroso abrazar el ‘hype’ respecto a un entretenimiento, de momento, pasajero? ¿Es excesivo que el público la haya situado entre las nuevas mejores series de 2016? Puede que la idea instaurada sea la de crear una nueva “Naruto” aunque considero que hay que entender “My Hero Academia” como la respuesta en formato anime (y un tanto infantil/adolescente) de “Kick-Ass”. O tal vez todo sean estigmas y tanto el manga de Kōhei Horikoshi como la serie de anime obtengan el mismo crecimiento y perfeccionamiento de su protagonista, sirviéndose de un icono y mito como All Might para construir su propio legado y leyenda.
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