Serie de TV
“Bull”
EEUU
2016
Sinopsis (Página Oficial):
“Bull” es un drama inspirado en los inicios de la carrera del Dr. Phil McGraw, el fundador de una de las empresas de consultoría de juicios más prolíficas de todos los tiempos. Brillante, descarado y encantador, el Dr. Bull es uno de los mejores maestros de marionetas ya que combina la psicología, la intuición humana y datos de alta tecnología para conocer los gustos de los miembros del jurado, los abogados, los testigos y el acusado. Bull emplea a un equipo envidiable de expertos en el ‘Trial Analysis Corporation’ para dar forma a defensas de éxito teniendo en cuenta hasta el último detalle.
Si bien el género procedimental está exprimido hasta niveles ridículos —y tendiendo hacia el delirio de la ciencia ficción— hemos llegado a una fase en el que el absurdo se ha apoderado de las series de televisión. “Bull” no sabemos si está inspirada al 1% en los comienzos de la carrera del Dr. Phil McGraw o al 2% porque aquello que sí podemos confirmar que todo ese revoltijo de corte fantasioso y espectral tiene menos credibilidad que “El exorcista” o “Cazafantasmas”. Pensemos que este nuevo procedimental para CBS solamente puede ser entendido como una comedia de corte psicológico en el que un experto tiene un nutrido equipo donde no faltan ex detectives de policía, futuros Premios Nobel de física, hackers y, por supuesto, estilistas. ¿Y cuál es su objetivo? Emular y controlar todos los detalles del juicio y, sobre todo, del jurado para conseguir veredictos favorables. Aquí entran en juego ciertos galimatías dignos de la mejor ciencia ficción con todo tipo de datos técnicos y sensores (incluso genitales) para detectar cualquier alteración en la biometría psíquica del jurado. Por supuesto no faltan las redes sociales para trazar los perfiles psicológicos y cualquier concepto del pasado de los implicados para explotar cualquier brecha emocional en su propio beneficio. Si “Bull” fuera un capítulo de “Black Mirror” tendría su interés dentro de ese juego de espejos que define a la sociedad, satisfaciendo réplicas de los jurados en otras personas prácticamente idénticas en lo que psicología y reacciones se refiere. No somos tan especiales como creíamos pensar… sino replicantes y patrones. Eso sí, como procedimental de CBS da vergüenza ajena. Mucha.
Prediciendo cuáles miembros del jurado votarán a favor de un veredicto, el Dr. Bull y su equipo parecen aprendices de Sandro Rey intuyendo a través de energías primordiales y místicas los efluvios y corrientes de la probidad. Bull no solamente va a conseguir la libertad para sus clientes sino que va a embutir hasta el escroto o cavidades interiores el aliento de la justicia. Eso quiere decir que humillará a los abogados altivos y prepotentes, dará una oportunidad a los desfavorecidos, se dejará guiar por su esquizofrenia aka instinto para poner una voz interior del jurado y, por supuesto, hará que todo ser a diez kilómetros a la redonda supere todos sus traumas o salga del armario si es propicio para la investigación. Por si fuera poco, Bull sacará un rato libre en el epílogo para pescar al verdadero culpable del crimen y ponernos los pelos como escarpias ante su complejo de dios controlador y repartidor de justicia cual Telepizza en modo sirenas de policía. Y si todo lo anterior es un piloto imagínese las curvas que están por llegar… El nuevo procedimental de CBS, en definitiva, define a la perfección aquello que es la pseudociencia aplicada al argot científico y el aluvión de absurdos como control sobre la población. Ni los tipos del CSI llegaron tan lejos en el sentido de la autoparodia y el implícito ridículo… ni nos hicieron perder tantas neuronas por minuto. Lo dicho, una «bullshit»… aunque no quiera hacer leña del árbol caído ni ser tan obvio que el espectáculo creado por Paul Attanasio y Phil McGraw.
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