La cuarta temporada de “Arrow” ha arrancado a un buen nivel del mismo modo que “Supergirl” nos ha sorprendido gratamente introduciendo a Superman y revolucionado todo alrededor de la vida de Kara Danvers. Contrariamente a lo que podíamos esperar entre los espectáculos de The CW, es “The Flash” el show que no ha aprovechado (de momento) ese gran comodín que suponía el arco argumental alrededor de ‘flashpoint’. “The Recruits”, segundo episodio de la quinta temporada de la serie que narra los intentos de Oliver Queen por salvar Star(ling) City, confirma que las intenciones para esta entrega son ganarse de nuevo a los seguidores que estuvieron disconformes con las decisiones pasadas de los escritores sobre el Team Olicity. La primera estrategia ha sido jugar con la idea de que no sepamos si la historia que nos está relatando es la de un vigilante que ejerce como alcalde por la mañana o la de un alcalde que tiene un álter ego enmascarado por la noche. La segunda se focaliza en los intentos de Green Arrow por confeccionar un equipo ante el adiós de Arsenal, Speedy y Spartan y la muerte de Black Canary. Y, dentro de ese nuevo orden, volvemos a la dicotomía del héroe por ser Oliver Queen o Flecha Verde al arrastrar un pasado y transformación amparada en la supervivencia más dura y brutal. “The Recruits” desea también dar sentido a las tramas del resto de personajes que se volcaron en dotar de sentido sus vidas fuera de la mascarada y las identidades secretas. John Diggle, Thea Queen o Quentin Lance no han dicho su última palabra en el Arrowverso y su metamorfosis les va a llevar a enfrentarse con sus demonios personales. Por ejemplo, Diggle se va a encontrar sin aliados tras una operación militar en Chechenia en la que una encerrona le posiciona a enfrentarse a un tribunal de guerra. Mientras que Oliver tendrá que ejercer como un líder ante esos nuevos reclutas que necesita para no enfrentarse solo a múltiples peligros. Repasemos “The Recruits”.
¿Quién dijo a Oliver Queen que sobrevivir cinco años pasando algunos de ellos en una peligrosa isla o siendo una marioneta de algunas organizaciones gubernamentales y/o criminales fuera sencillo? El final del camino va a ser mucho más violento y duro que incluso en anteriores entregas y, tal vez, el secreto de esa temporada de “Arrow” pase por una cruda violencia y oscuridad que se apodera de todas sus tramas. Ser miembro de la Bratva veremos que fue la crónica del dolor desde esos pulgares dislocados hasta una herida de arma blanca en su abdomen para someter a los candidatos a un entrenamiento de vida o muerte… No es que Oliver vaya a aplicar tal correctivo a esos nuevos reclutas que desea que formen su equipo sino que el sentido de trabajar unidos nazca de ellos mismos. El problema es claro: ¿el (violento) fin justicia los medios? ¿El terror es el único sentido de la autoridad? ¿Qué llevó a Thea, Diggle, Laurel o Roy a formar parte del Team Arrow? ¿Lo hizo la cruzada de Oliver Queen o la del justiciero enmascarado que conformaba su álter ego? “The Recruits”, no obstante, sigue siendo un episodio de presentación de los nuevos personajes y de ese villano (Prometheus) que acapara el epílogo de cada entrega. Ese misterio enemigo tiene viejas cuentas pendientes con Oliver Queen y estamos seguros que esos flashbacks en la Madre Rusia irán aportando un halo de luz a esa venganza en ciernes… Y Prometheus no quiere que otro villano (como Tobias Church) ose acabar con Green Arrow… Solamente (y todo) para él. ¿Por qué?
En “Arrow” muchas veces los episodios supuestamente de transición han generado conceptos más interesantes que otros climáticos y James Bamford vuelve a tomar las riendas de la dirección para demostrar que los planos secuencias o algunas potentes escenas de acción van a formar parte del material elemental. Evidentemente ese juego de engaño se personifica a la perfección la introducción del supuesto villano episódico que no es otro que un nuevo y poderoso aliado para la cruzada de Green Arrow. Ragman es uno de los superhéroes del Universo de DC Comics más misteriosos y extraños y su llegada a Star City pasa por vengarse de los miembros de una corporación como Amertek, responsables de las bombas que utilizó Damien Darhk en Génesis y que acabaron la vida de muerte de decenas de miles de personas tras su intento de acabar con Monument Point. Una ciudad cercana, como Havenrock y por decisión desesperada de Felicity, se vio sometida a esa lluvia de fuego que arrasó (literalmente) con todo ser viviente… Menos con Rory Regan, protegido por su padre con unos antiguos harapos de la era de Devarim. Ese vestuario místico de Ragman, al parecer, también se alimentó de las almas (en la onda de Darhk) para dotarlo de grandes poderes y una sed de venganza sobre aquellos que cubren su propio cuerpo. No sabemos si Ragman es el Ghost Rider del Universo de DC Comics pero, al menos, pudiera ser utilizado para dotar de sentido su lucha frente al mal y ayudar a Oliver Queen / Flecha Verde a conseguirlo en Star City. Felicity, además, va a aportar ese toque de conciencia que necesita el propio Oliver para no perder a esos nuevos reclutas que no comparten los métodos utilizados para entrenarlos. Tal vez no tenga sentido replicar los errores que convirtieron a Oliver en un justiciero sino en que cada uno de ellos encuentre su propio camino. Y ese camino es el que van a marcar los tiempos de la metamorfosis de Curtis Holt, Evelyn Sharp o Rene Ramirez (Wild Dog) mientras que Thea desea hallar una vía para que John Diggle mantenga su sobriedad y dote de sentido ese arco argumental alrededor del ayuntamiento de Star City. No todos los héroes necesitan antifaz y la idea es que Thea descubra que puede ayudar a otros sin someterse a las maquinaciones del psicópata de su padre.
Ese cruce de política y superhéroica es parte de los condimentos del actual espíritu de la serie, donde los personajes han de hallar los motivos por los que en el pasado funcionaron las mecánicas, como la confianza y el respeto que tenían todos sobre Oliver Queen… hasta que volvieron las mentiras cuando llevó un doble juego para convertirse en Ra's al Ghul. Esa mella en la confianza del grupo acabó quebrando todo y, mientras que a Ragman le sirven los antifaces, el legado paternal y la oscuridad, el resto necesita ver la ‘mortalidad/carnalidad’ del justiciero de la ciudad. Al fin y al cabo, “Arrow” siempre ha sido una serie que ha tratado de la familia y ahora uno de sus miembros va a meterse en problemas. Hablamos de Diggle y su regreso al ejército para descubrir que confiar en los suyos no fue lo satisfactorio que él pudiera pensar. Su hermano tiempo atrás pasó al lado oscuro a cambio de enriquecerse y ese virus sigue presente cuando hablamos de poderosas armas nucleares con las que hacer grandes negocios. Diggle va a ser utilizado como chivo expiatorio y podemos entender “The Recruits” como un capítulo bastante sombrío sobre ciertas organizaciones militares o criminales, donde trabajar en equipo es sinónimo de que solamente el más fuerte y listo sobrevivirá. Oliver fue la prueba de ello y Diggle vivirá en sus carnes esa lenta transformación que rechazó en la pasada temporada. Las piezas ahora están expuestas e incluso pudiéramos pensar que el novio de Felicity tiene un sentido o por qué… Al menos, para ver la comisaría de Star City sigue en pie (y que el dinero que se gastaron en los decorados en años previos no fue en vano)… Aunque el lugar por el que tendría que pasar la rubia que se niega a llevar antifaz es por un confesionario para declarar ese gran pecado (Havenrock) que pesa duramente en su conciencia. Veremos ahora cómo enfocan los escritores todo ese sumatorio de materiales, personificados a la perfección en los harapos de Ragman.
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