Mr. Robot (2x11) eps2.9_pyth0n-pt1.p7z: Mente despierta, cuerpo dormido…

Existe una opinión ciertamente generalizada sobre el análisis de esta segunda temporada de “Mr. Robot” dividida en dos actos y seis episodios cada uno. En su primera parte muchos espectadores se sintieron decepcionados y defraudados con la serie de USA Network, clamaron su malestar e incluso abandono ante una partida de ajedrez cuyo tablero había sido modificado para propulsar la vuelta de tuerca que presenciaríamos en “eps2.5_h4ndshake.sme” (2x07): Elliot se encontraba en prisión lidiando con sus demonios personificados en su enfrentamiento contra su álter ego y posterior asimilación. Es coherente, por lo tanto, señalar que la artimaña formaba parte del leitmotiv del espectáculo para su segunda entrega: el control es una ilusión. Tal pista siempre ha formado parte de “Mr. Robot”, dando cierta sensación al televidente de dominio sobre los arcos argumentales y esencia narrativa del espectáculo pero, por el contrario, dejando siempre claro en momentos determinados (y determinantes) que Sam Esmail es aquel que lleva las riendas y que es capaz de provocar grandes terremotos o intencionadas omisiones para satisfacer su influencia sobre el relato. Si desnudamos, en definitiva, la serie de culto la podríamos entender como el camino de la venganza de unos niños (Elliot Alderson, Angela Moss y Darlene) frente a ese gran gigante e inexpugnable molino de viento que realmente los convirtió en aquello que son ahora mismo. En ese viaje de crecimiento es evidente un influjo sobre los justicieros e incluso la superhéroica en un juego de identidades y la necesidad de aliarse con otros monstruos y gigantes como el Ejército Oscuro (Dark Army) para derrotar definitivamente a ‘Evil Corp’ y borrar del mapa (global) a esa entidad que domina el mundo. “Mr. Robot” nunca nos ha dado respuestas claras más allá de sus proposiciones y vagas ideas que nunca acaban de materializarse, como si el juego de cajas chinas ofreciera un tono alucinógeno cimentado en la paranoia. Y, de este modo, llegamos a las maquinaciones del álter ego de Elliot junto a Whiterose/Zhang para una Fase 2 que complete sus planes respecto a los ataques Cinco/Nueve que convulsionaron el mundo. De este modo, desconocemos si todo formaba parte de una maniobra consentida por Phillip Price (guiado por Zhang) para el completo control gubernamental o, por el contrario, Whiterose y Elliot tenían planificado y previsto el movimiento de la cabeza y cerebro de ‘Evil Corp’ para asestar el coup de grâce antes de que el gran villano de la historia propicie el suyo. En realidad “eps2.9_pyth0n-pt1.p7z”, undécimo y penúltimo episodio de la segunda temporada de “Mr. Robot”, recurre a mecanismo habitual de la serie para no contestar preguntas previas (¿qué pasó con Darlene?), y plantear muchas nuevas incógnitas que esperamos sean resueltas en su season finale. Repasemos el capítulo. 

Aunque “eps2.9_pyth0n-pt1.p7z” quiere hacer honor a su vocación de ser el paso previo al escalón final argumental de la temporada, la idea de la entrega es sumirnos a ese estado preapocalíptico y las maquinaciones de todos los frentes abiertos tanto para descubrir la verdad como para completar sus objetivos. Dentro de ese conglomerado, la auténtica historia, que se ve reforzada por el tono, es que Elliot se dé cuenta de que Mr. Robot siempre ha sido ese observador silencioso que siempre ha ido un paso por delante de él. ¿Y si Elliot pudiera cambiar tal situación y convertirse en aquella sombra que siga en un halo de invisibilidad a su álter ego? ¿No podría hallar así todas las respuestas que desea conocer? Elliot recuerda las lecciones de un viejo amigo sobre una técnica que le permitía inducir sueños lúcidos en los que pudiera estudiar mientras dormía. Elliot nos anima, por lo tanto, a acompañarlo en ese nuevo viaje repitiendo «Mente despierta. Cuerpo dormido» como una cuenta hipnótica en regresión. Y, en ese estado, poco o nada importa qué ocurrió con Darlene si el propio narrador desconoce las acciones del Ejército Oscuro por silenciar a Cisco. Ese tono onírico con cierta consciencia impuesto se traslada al resto de tramas del episodio, centradas principalmente en Angela Moss y en Dominique DiPierro, títeres de conspiraciones mayores que siempre han tenido como telón de fondo una lucha en ciernes de Phillip Price y el Ministro del Gobierno Chino Zhang, que formalizó la alianza de fsociety y el Ejército Oscuro para tumbar a ‘Evil Corp’.

Vayamos a una nueva entrega perfilada por la paranoia, el suspense y lo surreal. Esa pareja que vimos que se posicionaba enfrente de Angela conduce a la joven en una furgoneta a un destino incierto. Anteriormente los intentos de la protagonista por derrumbar a ‘Evil Corp’ desde dentro se alternó con el material con su lucha interior para autoreafirmarse en su nueva condición. Angela personifica una esencia trágica al ser manipulada por otros a lo largo de esta temporada. Desde Phillip Price hasta Antara Nayar pasando por fsociety, la arribista e inteligente heroína se ha ido dando cuenta de que es una marioneta en grandes conspiraciones que se están moviendo a su alrededor. ¿Y cómo puede reivindicar su valía y revelarse? Su gran mérito es seguir en pie en el eje de ese gran huracán… y sobre todo viva a estas alturas del relato. “eps2.9_pyth0n-pt1.p7z” se ciñe a su tono lynchano y también inspirado en un extraño film que hubiera dirigido Richard Kelly. Su llegada a una casa aparentemente residencial nos hace fijarnos en los detalles, en ese universo cotidiano que esconde ciertas pistas de un contexto macabro y oscuro. Esos retratos familiares censurados con pegatinas de colores, por ejemplo, son parte de unas baldosas amarillas que de ir conectando Angela hasta encontrarse con el Mago de Oz. Pero, antes, nos queda un extraño y kafkiano encuentro con una niña a la que aparentemente han golpeado y castigado para seguir unas instrucciones que pasan por un interrogatorio a modo de videojuego en un Commodore 64. Tierra de Ecodelia es parte de una fantasía y prueba que refleja ciertas metáforas en ese pez dentro de una pecera que se queda cada vez sin agua para poder sobrevivir. ¿Es usted una jirafa o una gaviota? ¿Se encuentra la llave en la habitación? ¿Cuál es la clave? Posiblemente esas pistas se encontraran en referencias y ecos a Stanley Kubrick (el ejemplar de ‘Lolita’ o el teléfono rojo) o, posiblemente, la intención es que la referencia sirva de instrumento para amoldar el escenario a la historia. Esa ensoñación está condenada a acabar en pesadilla… o alguien haya descubierto que Angela pudiera ser el arma perfecta para derrotar a Philip Price. ¿La Lolita y amor prohibido de un hombre condenado a la violencia? 

Algo similar ocurre con Dominique DiPierro, percatándose que el Ejército Oscuro tiene atadas sus acciones junto a la agencia que defiende y representa. En el último tiroteo varias personas han muerto (¿Cisco y otros clientes del restaurante mexicano?) y aunque DiPerro es conocedora que el gobierno chino está involucrado, junto a un aspecto conspiranoico respecto a un acto de guerra, los 2 trillones de dólares de un rescate de China sobre ‘Evil Corp’ a modo de préstamo sin intereses (y sin precedentes) ha provocado que nadie quiera azuzar el avispero. A los políticos poco o nada importan la vida de civiles e incluso agentes gubernamentales si el cielo (chino) se abre y se obra un milagro… ¿De verdad que es una trampa? ¿Ahí entran los planes de Elliot y Whiterose o los propios de Philip Price por rehacer su imperio con más fuerza y contundencia bajo una nueva moneda única? ¿Y esa entrevista de la que hablan junto a su superior es la prueba de que Darlene sigue viva? ¿No es Dominique DiPierro una especie de Casandra dentro de la historia que nos está relatando “Mr. Robot” y se nos recuerda su interés por saber cuándo el mundo será destruido? No sabemos si el personaje va a ser capaz de caminar entre las minas y no a través de las mismas… teniendo en cuenta que es un imán para esos artificios explosivos que planta en el argumento Sam Esmail. A DiPierro únicamente le sirve paliar sus intentos de descansar servirse de la compañía de Alexa y esa variación entre Siri y Samantha de “Her” para darse cuenta que tal vez vive en esa ilusión que genera un inexistente control. Mente despierta. Cuerpo dormido… 

A Phillip Price poco o nada le importa aquello que es inconstitucional o el trabajo del gobierno federal. Sus planes pasan por construir e implantar su propia moneda para solventar una crisis que seguramente fue permitida y facilitada para llegar a este preciso momento. En resumidas cuentas: deseaba forzar la situación para poder librarse del influjo de Zhang y los chinos en sus aspiraciones de dominar el mundo. ¿O quién puede fiarse de una gran corporación que controla el planeta y es capaz de subyugar al supuesto país más poderoso? Da la impresión, además, que la idea instaurada ahora mismo en “Mr. Robot” es buscar un enfrentamiento entre ‘Evil Corp’ y el Ejército Oscuro, entre el Bitcoin y el ECOIN. Veremos cómo evoluciona todo esto con las cartas ya puestas sobre la mesa…

Vayamos a uno de los momentos más esperados del capítulo. El encuentro entre Angela y Whiterose no es que nos sirva para responder preguntas sino para plantear que los 28 minutos dedicados por el extraño personaje adorador del misterio alrededor de las puertas, dejando de nuevo claro esa vocación del espectáculo de cajas chinas que van abriendo otras hacia nuevas posibilidades. Whiterose, en realidad, estaba probando a Angela, su credulidad y empatía, sus preferencias ante un test un tanto surreal. Creo que aquí se ve manifestada de nuevo la lucha de Whiterose y Price, teniendo a Angela como un comodín que pueden utilizar ambos. Posiblemente la idea de la cabeza pensante de ‘Evil Corp’ fue manejar y manipular a la joven para que pensara que tenía el control de la situación y que, finalmente, liberara esa información sensible con la que se hizo trabajando en la corporación para revelar algo que Whiterose deseaba mantener oculto. Angela se ha mantenido con vida 90 días sobre los cálculos realizados por Whiterose y existe cierto interés del enigmático personaje con aquella mujer que se ha situado en todos los frentes de la serie. Es, ciertamente, ese pez que se sigue respirando incluso sin agua dentro de la pecera en la que yace atrapado. Whiterose no cree en los accidentes y su idea es que el propio destino condujo a Elliot y Angela a convertirse en aquello que son, dejando también el germen de que su madre y padre hicieron un sacrificio mayor del que imaginábamos. ¿Y hubo algo más entre ellos? ¿Y si ambos plantaron una semilla que ahora está germinando en los planes en los que se han visto envueltos Angela y Elliot? ¿No sería una jugada maravillosa por parte de Sam Esmail? ¿Tendremos flashbacks de aquello que realmente ocurrió en los 90 en la planta de Washington Township? ¿Qué secretos todavía nos aguardan allí? Whiterose no quiere asesinar a Angela sino que se una a su legión y crea en ese bien mayor que hará transcender a la sociedad actual a un nuevo nivel dejando aparcadas sus necesidades vengativas personales. La transformación de Angela no sabemos si está marcada por la supervivencia o por dejarse llevar por el mal menor de todos aquellos que acechan su ser. Angela rompe todos los lazos con Antara Nayar, acrecentando esa sensación de suspense en la puesta en escena (el apagón, el vehículo poderoso y oscuro que aguarda en el exterior). Todo lo anterior nos lleva a plantearnos si Angela ahora es una creyente de la causa del Ejército Oscuro y de todo aquello que reveló Whiterose y que, naturalmente, desconocemos…

¿Y dónde queda el destino de nuestro protagonista? Elliot acabará transformándose en un fantasma respecto a Mr. Robot, siguiendo a éste en sus intentos de hallar la resolución de un mensaje cifrado. El álter ego de Elliot deseaba volver a su apartamento porque allí se encontraría la pista que necesitaba en un panfleto publicitario. De un algoritmo ROT13 a los números de Perrin surge un número de teléfono que deja una instrucción y lugar de encuentro. Elliot decide seguir a Mr. Robot en ese confuso y extraño juego que sigue protagonizando ambos hasta que el propio cuerpo despierta y retoma el control de la mente. ¿O no resulta absurdo que Elliot siga rechazando la idea de que en su mismo cuerpo habita su álter ego? No obstante, la idea es que Mr. Robot represente una parcela de su mente a la que no puede acceder o, lo que es lo mismo, esa puerta tal vez cerrada con llave de la que hablaba Whiterose y que facilita cualquier interpretación posible. Esa suma de referencias (el sueño extracorporal o las puertas) son una tónica frecuente en los mecanismos del episodio y, precisamente, ese taxi que espera a Elliot conforma la alegoría perfecta. ¿O no resulta idóneo que nuestro protagonista acceda por una puerta pero se olvide que otra permite el acceso al vehículo? ¿Y quién será su nuevo acompañante? Estaba claro que uno de los grandes misterios de la temporada era saber qué ocurrió realmente con Tyrell Wellick y que éste se una a Elliot en ese taxi, en el que el desaparecido personaje marca el destino, no deja de reformular las mecánicas del espectáculo. Como siempre ha hecho “Mr. Robot”, la resolución de una pregunta esconde nuevas preguntas y Elliot sabe que no puede fiarse de su mente, como si estableciera también un sarcástico diálogo con esa audiencia que nos hemos convertido en su amigo imaginario. ¿Es Tyrell una persona real u otro invento de su imaginación? En sus intentos desesperados de que el conductor del taxi resuelva sus preguntas, llegamos a ver a ambos fuera del mismo y con la necesidad de maniobrar rápidamente antes de estar expuestos. Pero, volvamos al punto anterior: ¿es todo real o una ilusión?

Otro de los mecanismos a los que siempre ha recurrido Sam Esmail ha sido posicionar a la audiencia al mismo nivel que los descubrimientos de Elliot y su ‘olvido’ completo sobre aquello que está planteando Tyrell nos transporta a un mar de dudas que seguramente no sean resueltas del todo en su season 2 finale. ¿Sabremos por fin en qué consiste la Fase 2 que elaboró Mr. Robot con la ayuda del Ejército Oscuro? ¿Los clásicos tienen la respuesta a todo? ¿O por qué esa nueva cita a “Casablanca”? ¿Estamos ante el principio de una hermosa amistad? ¿Cuál fue el regalo recibido por Joanna Wellick y no son las intenciones de utilizar esa dirección culpar y responsabilizar a Scott Knowles de algo que ya se ha puesto en marcha? Tal vez todo consista en un juego de percepciones tanto de los personajes como de la audiencia, como si los temas escogidos (‘Night Train’ y ‘Earth Angel (Will You Be Mine?)’ de Marvin Berry, ‘Ballad of Davy Crockett’ de Fess Parker o ‘Time Bomb Town’ de Lindsey Buckingham) ofrecieran algunas respuestas respecto a sus letras y conexiones. ¿O no es casualidad la elección de un tema incluido en “Regreso al futuro”? Tal vez los clásicos tengan las respuestas y tengamos que abrir esa puerta planteada para saber si está abierta o cerrada o, por el contrario, tengamos que seguir soñando despiertos viendo esta gran serie. Mente despierta, cuerpo dormido… 

Historias Bastardas Extraordinarias by Maldito Bastardo is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.