American Horror Story. My Roanoke Nightmare (6x03) Chapter 3: Croatoan

Introduzcámonos de lleno en el universo que representa “American Horror Story: My Roanoke Nightmare” para trazar una línea entre el efectismo con el que se ha envuelto el género y esa necesidad de acercarse a un entorno real para el espectador gracias a trucos como el found-footage o el falso documental. La comunión va a servir a Ryan Murphy y Brad Falchuk para servirse de una subrayada alegoría como pieza de inicial originalidad hasta llegar a un golpe definitivo que se antoja surgirá en el sexto episodio. Repasemos las intenciones de esta entrega que pasa por establecer conexiones en cada episodio con una temporada del cosmos AHS. En “Chapter 1” (6x01) la compra de la mansión nos remitía a “Murder House” mientras que el asilo de esas dos enfermeras psicópatas en “Chapter 2” (6x02) pudiera ser el guiño al sadismo divisado en “Asylum”. En “Chapter 3”, tercer episodio de la sexta temporada de “American Horror Story”, van a aparecer ciertos asuntos ‘mitológicos’ junto a un médium llegado de Nueva Orleans interpretado por Leslie Jordan. El actor ya participó en “Coven” y es normal que los rumores surgidos sobre el pasado y orígenes de la familia Mott para conectar con “Freak Show”. Que incluso los personajes en el presente capítulo hablen de ir a un ‘hotel’ nos remite a pensar que esa cronología explotará por los aires con un punto de giro que llegará en “Chapter 6”. De momento, la desaparición de Flora en “Chapter 2” (6x02) va a permitir a los escritores en el tercer episodio de la temporada para adentrarse en otro cliché a la larga lista de los desplegados hasta el momento dentro de ese cúmulo de elementos y conexiones tanto con el pasado del espectáculo de FX como con el propia género sobre el que se recrea. Vayamos a repasar esa pesadilla… 

La desaparición de Flora vuelve a permitir al espectáculo utilizar a la policía como un elemento cercano a la reiterada parodia involuntaria, midiendo ciertos tiempos dramáticos en un conflicto que se establece entre los tres protagonistas. Que las entrevistas se establezcan en solitario, sobre ese plano televisivo que relata la propia serie, permiten pensar en la crónica de una separación o, tal vez, un efecto sorpresa. “Chapter 3” desea servirse de ese suceso para rentabilizar el propio cliché sobre el que se conforma, haciendo que ese desfile de voluntarios y la búsqueda policial sea incluso un macguffin para dar sentido y explicación a esa amenaza que se cierne sobre los personajes. ¿Quién es realmente esa mujer encarnada por Kathy Bates? “American Horror Story: My Roanoke Nightmare” se ampara también en terror real como nueva medida de credibilidad y conexión emocional con el espectador. Tanto el violento suceso que vivieron los Miller, y que hospitalizó de gravedad a Matt, junto a ese tono documental y la desaparición de Flora, permiten hablar de hechos ‘reales’ como el dato de la desaparición de 33.000 niños al año en EEUU. Que Lee haya sido policía facilita esa cronología dramática sobre una cuenta atrás para acrecentar la sesión e ir dosificando las iniciales revelaciones. La obsesión de Ryan Murphy y Brad Falchuk por los cerdos en la presente temporada podría leerse como una broma pesada para los veganos, animalistas y vegetarianos. ¿El nuevo terror de la sociedad es revelar animales despedazados? La idea de la búsqueda de Flora es que los propios protagonistas encuentren en una granja abandonada por sus propios dueños en los que únicamente quedan dos niños que bien pudieran remitirnos al “El pequeño salvaje”. Como los terrenos sobre los que se asentaba la granja estaban ocupados ilegalmente, la primera hipótesis policial es que sus dueños son los secuestradores de Flora y tuvieron que dejar a esos pequeños que lanzarán a grito aterrador esa palabra maldita sobre la que se asienta la presente temporada: Croatan. 

Queda más terror doméstico. La llegada de Mason permite a los escritores sembrar las semillas de la duda en los protagonistas, ya que todo parece indicar que Lee es la única beneficiada por la situación. La amenaza de su ex esposo para revelar a la policía del secuestro acaba con el propio cuerpo de Mason crucificado y carbonizado como esa víctima que presenció Shelby en el episodio anterior. Esa jugada también sirve al espectáculo para trazar esas líneas dramáticas en las que se ampara la telerrealidad hoy en día, subrayando y enfatizando dramas con emociones narradas por sus protagonistas. Las cámaras de Matt harán ver como sospechosa del crimen a su propia hermana, sembrando más dudas en esa familia en descomposición. La llegada de Cricket (Leslie Jordan) nos remite a un homenaje bastardo a Zelda Rubinstein en “Poltergeist”… bajo previo pago de 25.000 dólares. ¡Incluso el FBI paga! El médium es un habitual colaborador de la agencia gubernamental y espera ayudar a la familia recibiendo una merecida compensación a tal efecto. Antes de esa socarrona jugada argumental, Cricket servirá como deus ex machina para arreglar la situación y aclararnos qué está pasando realmente. Tras una sesión de espiritismo marcada por la tensión y ciertos sustos paranormales, aparecerán tanto los primeros flashbacks de la temporada como las iniciales explicaciones. Flora fue ‘secuestrada’ por su amiga fantasmal Priscilla, que murió a finales de 1500, para protegerla de La Carnicera (Kathy Bates). Esa presencia aterradora se dedica a despellejar y asar (en el sentido literal) a toda aquella persona que invade y amenaza su tierra para proteger a su colonia. El enfrentamiento entre los vivos y los muertos nos remite a volver a escuchar esa palabra recurrente en la presente temporada: Croatoan. Pese a lo revelado, a los Miller nos les interesan las tarifas de Cricket y será expulsado no sin antes susurrar al oído de Lee algo… Al parecer, Lee tuvo otra hija (Emily) que también desapareció sin dejar rastro y el médium utilizó su don para revelar a la desesperada madre que podía contar con él y sus capacidades sobre el mundo de los muertos.

Cricket sabe que la única manera de vencer a su enemigo es conocer la historia y La Carnicera es, en realidad, Thomasin White, cuyo marido John era el gobernador de la colonia de Roanoke. Tras una crisis por los alimentos por parte de los colonos, su marido volvió a Inglaterra a por suministros mientras que Thomasin sufrió un motín por el hambre que asolaba la colonia. Resulta que la famosa Colonia Perdida de Carolina del Norte se trasladó al bosque cercano de la casa donde habitan los Miller y, de este modo, se cubrió la leyenda oscura de esos 116 colonos que desaparecieron sin dejar rastro. Thomasin fue desterrada e incluso traicionada por su propio hijo (Wes Bentley), que prefirió mantener su vida a ser fiel a su madre. Antes de que Thomasin muriera en el bosque de hambre y sed, con una máscara infamante cuyo candado estaba en poder de su hijo, su plegaria fue escuchada por una entidad supuestamente mitológica interpretada por Lady Gaga. Liberada de su máscara de hierro hizo un extraño pacto con ese ser del bosque. Alimentándose del corazón de un animal salvaje (¿un cerdo?), su purificación la convirtió en esa Carnicera que acabó con aquellos hombres que la desterraron. Indultando a su hijo a cambio de que jamás osara a contradecirla, la colonia se mudó a esos terrenos que ahora habita. Cricket decide que la mejor forma de que todos obtengan aquello que necesitan, ya sean vivos o muertos, es que los Miller abandonen el lugar (e incluso quemen su casa) y Thomasin obligue a Priscilla a entregar de nuevo a su madre a Flora. Shelby no estaba informada de tales condiciones y descubrirá que Matt no solo las aceptó sino que se encontraba hechizado y fornicando en una orgía con esa diosa o espíritu del bosque (?) con varios paletos alrededor masturbándose. Los rocambolescos encuentros de Shelby en la presente temporada, en definitiva, van a ser en la tercera fase y tan efectistas como ese programa televisivo que conforma “American Horror Story: My Roanoke Nightmare”. El arresto de Lee, junto a esa infidelidad, propicia una ruptura a todos los niveles de los protagonistas debido a esa falta de confianza entre los mismos. La pregunta, no obstante, pudiera ser otra: ¿dónde narices está Evan Peters? Continuará...

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