Páginas Bastardas

martes, 1 de septiembre de 2015

The Strain (2x08) Intruders: Y Kelly Goodweather comenzó a participar en ‘Tu cara me suena’…


Volvemos a esa terrible espiral en la que suele acabar “The Strain”, similar a un plató de ‘Sálvame Deluxe’ o ‘El Chiringuito de Jugones’: parece que se monta un pollo tremendo y de memoles pero, al final, cada uno a su casa (y seguramente acaben todos juntos de fiesta). Desde este bastardo ‘bloj’ nos imaginamos a todos los personajes —y bandos enfrentados— reunidos al cierre de cada capítulo para irse a la discoteca más cercana a ponerse al día, a abrazarse por los efectos del alcohol y bailando al ritmo del último ‘jit’ de David Guetta. Y la rata muerta que yacía sobre la cabeza Corey Stoll es la DJ del local… Por supuesto. En “Intruders”, octavo episodio de la segunda temporada de la serie creada por Guillermo del Toro y Chuck Hogan, volvemos a llegar un clímax y avance para regresar rápidamente al mismo punto en el que sentimos que no ha pasado nada y todo comienza de nuevo. Desde que nuestro roedor favorito abandonó el show de FX, nadie en Nueva York (y EEUU) levanta cabeza… y mucho menos esa folclórica alcohólica mentirosa con un hijo insoportable en la edad del pavo que necesita ser enviado por una patada de Hulk en el culo a Siberia y que se quede allí hasta el final de la serie. Tampoco hay mucho nivel alrededor. Abraham Setrakian cada vez chocheando más, Vasiliy Fet atrapado en líos tórridos de bragas lésbicas, Nora de chacha mexicana y madre ‘sustiputa’ con una cornamenta que llega a la punta del Empire State… El plantel por parte de los villanos también es bastante desalentador. Gabriel Bolivar se ha convertido en el jarrón de los gusanos de El Maestro mientras que el nazi de Thomas Eichorst llora sus penas en performances de Sara Montiel y Eldritch Palmer ha introducido a Coco Marchand en un crossover de “NEKRomantik” y “Escenas de matrimonio”. Drama, drama y… más drama tróspido. Por si fuera poco Kelly Goodweather entra a participar en ‘Tu cara me suena’ patrocinada por un nazi. Ahora comprendemos por qué decían que “The Strain” era un drama pre-apocalíptico… Drama, drama y… más drama tróspido. Ahora lo entendemos. Repasemos “Intruders”

Todo se resume en el drama que vive Mr. Quinlan al toparse con tanto drama barriobajero e incompetencia en su llegada a Nueva York. Después de huir del chocheo de Setrakian y su pupilo moja-bragas de lágrimas de bollería, ahora toca visitar a Gus Elizalde. El latino se encuentra muy ocupado poniendo el flujo a punto de nieve de Aanya Gupta y buscando una figura paternal en Angel Guzman Hurtado para que todos juntos huyan de Nueva York. Normal que aparezca Quinlan por ese restaurante condenado a la desaparición para poner las cosas claras. ¡EN ESTA SERIE FICHARON A ESTOS PERSONAJES PARA DAR HOSTIAS COMO PANES, NO PARA SERVIR PANES EN UN RESTAURANTE DE MALA MUERTE O HACER DE ESPALDAS MOJADAS! Quinlan no tarda ni cinco segundos en convencer a Gus y esperemos que éste coja prestado el traje de Angel para que comience el show… ¿Hype en 3, 2, 1… o volvemos a crear expectativas que se irán a la ‘mielda’? Realmente el título de “Intruders” hace referencias a unos intrusos en un par de tramas fundamentales para entender esa lucha de plató de ‘Sálvame Deluxe’ o ‘El Chiringuito de Jugones’ entre los buenos y los villanos de la serie. La búsqueda del Occido Lumen y la entrada de Kelly Goodweather en ‘Tu cara me suena’, para reconciliarse con su hijo tróspido, son los motores de un capítulo que puede mostrar las virtudes y carencias de “The Strain”. Comencemos por ese insoportable retoño de la borracha mentirosa de la serie. Recordemos que Eph lanzó su apuesta —después de beberse todas las botellas de whisky del bar cutre de mala muerte de enfrente del escondite de los ‘güenos’— para acabar con Eldritch Palmer de una vez por todas. Fet conoce a un asiático que tiene un rifle para acabar con el multimillonario que desea dominar el mundo y es una buena oportunidad para que los guionistas utilicen el conflicto paternal de Eph y, así, reencontrarse con su insoportable retoño.


La otra trama la engendra las reuniones del codicioso cardenal McNamara, primo hermano de Fabio McNamara, tanto con Eldritch Palmer como con Abraham Setrakian para encontrar el mejor postor del Occido Lumen. El problema es que la intromisión de Eichorst va a meter a los Strigoi en el asunto y el cardenal tiene sus horas contadas… y también el comienzo del vodevil necrofílico entre Coco y Mr. Palmer. Abraham sabe que McNamara va a cantar ‘Satana, S.A.’ y están dispuestos a entrar en el ‘palacete’ del cardenal para adelantarse a los chupasangres. El problema es que el libro no está allí salvo que el secreto inconfesable del nombre del propietario. Eichorst le mete gusanos hasta por el recto para que cante pero allí aparecen Setrakian y Fet para que el nazi tenga su momento Agente Smith y salga corriendo como una fan de One Direction al entrar en uno de sus conciertos. Últimamente Abraham decapita hasta al apuntador y ese cardenal no va ser menos tras revelar el nombre del propietario del Occido Lumen: Rudyard Fonescu, el niño tróspido del monasterio vienés que conoció hace 563 años… Más o menos. ¿Tenemos un avance o nos hemos quedado como Coco Marchand?


Eichhorst también hizo sus maldades —aparte de trollear a Palmer y recibir la puntilla de éste por no ser el elegido por El Maestro— patrocinando a Kelly Goodweather para ‘Tu cara me suena’. Maquillada, vestida y pintada como una puerta cual Carmen de Mairena, la madre del insufrible Zach, comprobará que no todo es tan fácil como ponerse una peluca y maquillaje de saldo. ¡Se necesita más que una rata muerta para triunfar en esta serie! Primero Kelly tiene que controlar el ‘párkinson’ que te deja eso de tener tantos millones de gusanos asesinos recorriendo tu cuerpo serrano. Luego están los gorjeos y trinos de hiena salvaje y, por supuesto, hablar como un ser humano y recitar de memoria el último ‘jit’ de Ylenia. Mientras que Kelly pasa los controles junto a dos niños ratas ilegales en su maletero, Eph y su hijo tendrán que trabajarse conseguir el rifle asesino del taller de reparación de barcos que visitan. Antes de que lleguen, el lugar fue asaltado y el propietario herido gravemente por un agujero en su vientre cual programa animado de Tex Avery. Su hija les pide ayuda y aunque Eph se ha bebido 8.696 litros de whisky, ron y ginebra consigue realizar una operación improvisada gracias al material que tienen allí del ‘todo-a-chien’ del mercado negro. Eph sale de lugar con el rifle en agradecimiento y con su hijo con el título CEAC de enfermería. Por allí pasarán los niños-ratas- chihuahuas de Kelly para que nos hagamos varias preguntas. ¿Cuántos niños-rata se crearon? ¡NO CABÍAN TANTOS EN ESE AUTOBÚS! ¿No da la impresión de que salen ‘repetidos’? ¿Para qué narices quiere Eph un rifle si no sabe manejarlo? No hagan demasiadas preguntas y déjense guiar por la estupidez generalizada y sobre todo de ese mocoso llorón inaguantable. Eph tendrá que sincerarse con Nora y desvelar todo lo sucedido en Washington D. C. como que es una borracha folclórica mentirosa asesina gafe de la muerte. Nora queda impactada al darse cuenta del pedazo cornamenta que lleva sobre su cabeza y echa en falta los viejos tiempos en los que compartía alcoba con la rata muerta encima del melón de su amado. Mientras tanto, Kelly llega al lugar para tratar de convencer a su hijo de que le abra la puerta y éste, como es gilipollas integral, hace lo contrario de lo que dice su padre alcohólico. Con Kelly en el interior y los dos niños-tróspido-ratas da la impresión de que va a comenzar el desastre o un cover de Lady Gaga. Lo suyo era dar a Zach a su madre por su esforzada interpretación en ‘Tu cara me suena’ y FIN DE LA HISTORIA. Adiós Zach, no te queremos aquí. ¡A LA MIERDA Y A PONER COPAS EN LA DISCOTECA DE EL MAESTRO! Pero no, no, no y no. Que si un niño rata tratar de relamer los tacones de Nora, que si lo empalo, que si disparo 869 balas y no acierto nunca, que si cuando disparo la bala buena se pone en medio el otro niño rata en plan Clint Eastwood de “En la línea de fuego”… Y que si escapo antes de que mi retoño me vea como a un lagarto de “V”. En fin, que si se acaba el capítulo y, al final, no pasó nada salvo la bronca de rigor del ‘Sálvame Deluxe’ ‘El Chiringuito de Jugones’ antes de los créditos finales y la promo de la próxima semana.

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2 comentarios:

  1. Lo prometo solo sigo esta serie para leer tus reviews, por que me retuerzo de risa. Enhorabuena bastardo.

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  2. Ese muchachito malcriado me produce acidez estomacal cada vez que aparece, como dicen los argentinos: "me tiene las b...llenas!!

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