Páginas Bastardas

lunes, 11 de mayo de 2015

Mad Men (7x13) The Milk and Honey Route: El viaje final de Don Draper


Cada vez más cerca del adiós y con el corazón más encogido. “The Milk and Honey Route”, decimotercer episodio de la séptima temporada de “Mad Men”, es un capítulo digno antes de un series finale y con una capacidad desoladora para perdurar y sintetizar el arte de la escritura televisiva. La visión de Matthew Weiner respecto a su creación cada vez se asemeja a la de la caída del sueño americano llegados a los 70 y su reinvención en las siguientes décadas de un esplendor más gris y auto-consciente. ¿Esa es la gran metáfora de los créditos de la serie? Los asesinatos de Charles Manson, que tanto han metido con calzador en los diálogos del show, enterraron el movimiento hippie y la perspectiva de la burguesía más progresista tampoco en esa década llegó a buen puerto. Puede que cuando finalice “Mad Men” completemos el propio drama con una filmoteca donde seguramente incluyamos “La tormenta de hielo” de Ang Lee a modo de epílogo. En dicho film tres generaciones y planteamientos de futuro se daban cita dando cierre a esa vertiente liberal e incluso soñadora de una sociedad ya desintegrada en la que Richard Nixon pondría el colofón y funeral a una era para el olvido. El idealismo ( y sueño) prácticamente murió y el viaje final de Don Draper nos lo confirma junto al tema de apertura de Merle Haggard, ‘Okie From Muskogee’. “The Milk and Honey Route” es un capítulo que sirve de redención pero no solamente al protagonista sino a otros personajes principales de una serie con la que seguiremos soñando eternamente. 

Don Draper siempre fue un idealista y sabe que no hay futuro en un mundo alienado y corporativista como el de McCann-Erickson. Los tiempos cambian pero no es que Mister Draper se niegue a evolucionar porque realmente él siempre fue la reinvención personificada. Pero también la representación de la libertad. La soledad impuesta, por todo el camino vital que ha recorrido, le va a llevar a plantearse su propia redención personal al tener presente que siempre será perseguido por su pasado y mentiras. La secuencia onírica que abre “The Milk and Honey Route”, con ese policía ‘que ha estado buscándole’ y detiene su auto, representa la psique del personaje y un temor del que nunca podrá desprenderse: es y será un desertor. El capítulo va a dejarnos claro que Don Draper nunca podrá volver a ser Dick Whitman aunque tendrá que lidiar con las equivocaciones que cometió a lo largo de toda su vida. Que Don siga manteniendo contacto con su hija Sally y narre su hoja de ruta nos deja claro los sueños de ambos y conexión. Sally quiere ir a España y el tema de Europa creo que no aparece por casualidad a lo largo del episodio. ¿Decidirá Don reinventarse en nuestro continente o los sueños simplemente sueños son? El viaje de Don se ve interrumpido por el destino. Su coche se avería y acaba en un motel de carretera. Haga lo que haga todos los elementos que han conformado esa vida falsa que decidió labrarse se van a dar cita en el capítulo. Tenemos el cuerpo del deseo en la piscina —y recuerdo de su estancia en Italia—, una televisión rota que le lleva a recordar su trabajo con la máquina de escribir (y cómo aprendió mecanografía) e incluso la aparición de un ‘doble’ con aspiraciones y sueños en ese joven, que es el encargado de limpiar las habitaciones del lugar. Todo allí son señales e incluso sabemos que esa reunión con otros veteranos de guerra no es fruto de la casualidad. Nunca lo puede ser en un libreto de Matthew Weiner. Don va a simpatizar con ese joven (Andy) que le lleva whisky y libros de bolsillos (guiño al ‘El padrino’ incluido), que le recuerda que él es rico y que no necesita trabajar más en la vida. ¿Significa que nunca volverá a McCann-Erickson? ¿Hay alguna metáfora en esa máquina de Coca-Cola que el dueño del motel, y también veterano de guerra (Floyd), se niega a cambiar por una nueva? ¿Nos remite a que Don nunca podrá escapar de la magia publicitaria? En “The Milk and Honey Route” aparece un discurso sobre las sustituciones o sobre la posibilidad de reinventarse. Sabemos que toda la finalidad de ese viaje de Don atravesando EEUU simboliza una catarsis que busca o, al menos, una señal que marque y guíe su nuevo camino.


Un apagón nos llevará a otro y a dar sentido también la redención de Pete Campbell y ofrecer cómo se las ha apañado McCann con la renuncia (?) de Don Draper. Pete revela, a través de un encuentro con Duck Phillips, los rumores sobre si Don se llevó un par de millones de dólares para liberarse de ataduras contractuales. Pete se puede decir que ha mantenido a flote el espíritu de SC&P trayendo de vuelta a Burger Chef y recuperando a Avon tras la marcha de Joan. Duck está realmente allí para ofrecer un futuro profesional a Pete siendo él el objetivo de una oferta laboral suculenta. El capítulo supone un gran avance también para el futuro familiar de Mister Campbell. Una amiga de Trudy nos da señales sobre su estado emocional respecto a su ex marido, como si quisiera mantenerle como tal sin envenenar la relación de ambos y, sobre todo, de él con su hija. Learjet es el futuro y toda esa sucesión de encuentros y desencuentros con su hermano, esposa y Duck nos lleva a un cambio de ruta y conciliación de todo. Trudy realmente sigue amando a su ex marido y éste nunca dejó de hacerlo. Planteemos que “Mad Men” desea plantar aquí la semilla del éxito y fracaso del sueño americano, de por qué una generación inculcó a otra buscar siempre algo mejor. Learjet es ese elemento etéreo que representa las aspiraciones de Pete, como recuperar a su esposa en ese deseo de cumpleaños de su hija hecho realidad. Trudy no consentirá que Pete vuelva a hacerla daño y sabemos que no sucederá, ya que el personaje encontró su propia redención y acabará volando en el cielo con su jet privado como posiblemente el techo más alto que podrá alcanzar a todos los niveles. El gran arco argumental a lo largo de toda la serie, alrededor de Pete, nos ha llevado junto a él desde el infierno (y odio) de la primera temporada al cielo (y amor) como desenlace en la última.


El ‘happy-ending’ para los Campbell contrasta con las brutales líneas melodramáticas alrededor de Betty Francis. La ex mujer de Don Draper se nos va… aunque no es un recurso improvisado sino una concepción de largo alcance. No es la primera vez que surge el asunto de la salud de Betty en el show aunque, en esta ocasión, sí será la última por doble obviedad. Betty tropezará en las escaleras de la universidad y el médico revela, por las radiografías, que sus lesiones son más graves que una costilla rota. Cuando Henry recoge a su esposa y, tira su paquete de cigarrillos violentamente al asiento de atrás del coche, sabemos que es algo malo. Otro doctor lo confirma con uno de esos planos característicos de “Mad Men”, donde el personaje conforma el plano pero el fondo instaura el contexto y la información. Se trata de un cáncer de pulmón agresivo y avanzado. Le quedan pocos meses de vida y los tratamientos tampoco añadirán mucha más esperanza. Es el fin aunque Betty mirará al pasado para saber que ha sido una mujer afortunada y es consciente de ese adiós irremediable. Aquí pudiéramos sacar jugo al asunto, pretender que esa alegoría de la inminente muerte de Betty es también la del show que protagonizó. Además, ¿alguien esperaba que uno de los protagonistas no muriera de cáncer de pulmón si se han pasado toda la vida fumando? Ahora entendemos que todo ese juego de sustituciones a lo largo de este tramo final de la serie respecto a la vida de Betty eran sobre la propia Betty: Don tendrá que estar allí para sus hijos y, sobre todo, Sally tendrá que coger su legado. Ambas, al fin y al cabo, era personajes prácticamente idénticos: niñas testarudas en apariencia, demasiado adultas en su carácter y ser. En realidad, cuando Sally se entera por su padrastro de la noticia supone una liberación emocional para ese hombre que necesita llorar y revelar el cambio de roles con la hija de Don Draper. Ella es la madura en esa habitación. Betty expone a Sally los motivos para no tratar su cáncer debido a que vio morir a su madre y no quiere que sus hijos repitan el doloroso proceso del que ella fue víctima. Los mantendrá al margen. No es una cobarde pero su lucha en la vida necesita ese último paso para despedirse dignamente. ¿De verdad que todo esto no es un alegoría del adiós de la propia serie? Como “Mad Men” es un gran melodrama clásico estilizado por la contemporaneidad, Sally recibirá una carta póstuma de su madre con las instrucciones precisas tras su muerte. Sabemos que ese sobre será roto antes de tiempo y las palabras de Betty nos remiten a la elección de montaje de Matthew Weiner, viendo cómo esa mujer mantendrá sus sueños hasta el último suspiro de su existencia. Y da lo mismo lo empinada y tortuosa que pueda ser esa escalera tanto para ella como para sus maltrechas piernas. Ella la subirá cueste lo que cueste y mantendrá su imagen impecable en el proceso. La vida de Sally será una aventura, esa es la esperanza de su madre. Si usted no lloró como Sally en esa despedida es que no tiene corazón. 


A veces nos olvidamos que “Mad Men” no es sólo Don Draper y “The Milk and Honey Route” es una digna despedida de muchos de sus icónicos personajes. Digamos que el series finale será el adiós definitivo pero nos han dado numerosas señales del viaje final de Don Draper y de todos los protagonistas. La reunión de Don con los veteranos para recaudar fondos trae de vuelta al pasado, encuentros que pudieran revelar su identidad y farsa… pero, todas esas líneas de suspense sirven para que Don exponga su conflicto —entre copa y copa— a esos hombres que comparten heridas que nunca se cerrarán. Todo ese territorio nos lleva a otro material más satisfactorio. Nada en la guerra fue agradable para ninguno de esos personajes porque todos tuvieron que cometer sacrificios e innombrables pecados para sobrevivir y volver a casa. Si alguien habla de canibalismo tu conflicto y trauma queda en mera pose y postureo. Don admitirá ante esos hombres que mató a su superior por accidente e hizo que éste volara en pedazos. Fue parte de su destino y el precio para regresar… como un nuevo hombre pero sigue instaurado en la mentira ya que nunca podrá reconocer a ojos de otros hombres que es un desertor y mentiroso. Pasaremos, por el contrario, de la confraternización a un acoso físico en la habitación del motel donde dormía Don. No sabemos si quieren robarle su dinero… aunque rápidamente entra en juego la verdadera historia: alguien se hizo con los fondos de los veteranos y sospechan que Don sea un estafador. ¿Es que ya nadie podía triunfar en EEUU a principios de los 70? Se quedarán con su coche si no aparece el dinero y Don descubre rápidamente que ese chico con sueños, que limpiaba su habitación (y que se encontraba en el lugar del crimen), es el ladrón. Andy quiere huir de la ciudad y necesitaba efectivo pero Don le hará recapacitar sobre el precio de ser otra persona y no poder volver nunca a su hogar. Mentir, en definitiva, es un camino sin retorno. Don devuelve el dinero al dueño del motel y no pagará por su habitación por las molestias (y golpes con una guía telefónica) ocasionadas. Don acercará a Andy a la parada del autobús pero decide redimirse concediendo una oportunidad al sueño (americano) de ese joven dándole su coche y ‘esa carta de despido’ que yace en su guantera. Veremos a Don esperar sentado en la parada de autobús con apenas equipaje. Necesitaba perder de nuevo todo para volver a la esencia de sí mismo y saber qué desea hacer en la vida que le queda por vivir. Una bolsa con algo de dinero y ropa es la metáfora de su completa desaparición, como si Don necesitara redimirse desprendiéndose de todas aquellas mentiras que dieron forma a esa vida vivida frente a los fantasmas de las no vividas. Don Draper necesitaba esfumarse. Yo lo ha hecho y, ahora, está preparado como nosotros para el desenlace final. Hay un discurso de relevo generacional en “The Milk and Honey Route” en esos padres de la serie. Don ofrece un camino alternativo y sabio consejo a ese joven mientras que Betty instaura en su hija Sally esa necesidad y lucha de vivir su vida por duro que sea el obstáculo. Se siente que “Mad Men” quiere escribir su carta póstuma con una gran lección y vital existencial para la audiencia. Al fin y al cabo, nosotros somos parte de su legado. 

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3 comentarios:

  1. Fantástico análisis. He alucinado con cada una de tus palabras. Felicidades.

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  2. Estimado Maldito (o Bendito) Bastardo,
    Estoy agradecido por las palabras mostradas en esta crítica y comparto absolutamente esas palabras, sobre todo, los matices y guiños que nos da esta serie en cada capítulo. Por otro lado, lo que me tiene desconcertado es su final, más allá de las teorías hechas sobre el mismo, creo que nos encontramos desolados de alguna forma, como Don, ante el final que nos espera. Difícil sacar conclusiones absolutas, pero independientemente de ello ¿cuál piensas que será el final de Don Draper?
    Espero respuesta precisa, y felicidades por el artículo y por el blog.
    Un cordial saludo. :D

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    Respuestas
    1. Hola Anónimo,

      En primer lugar, gracias por el comentario y, en segundo, es complicado vaticinar qué se encuentra en la cabeza de Matthew Weiner. Con la muerte de Betty puede que Don encuentre un sentido a su vida personal: ser el padre de sus hijos y guía. Otra cuestión es saber cómo va a poder lidiar con su vacío interior. Debe reinventarse y nos lo podemos imaginar convirtiéndose en un gurú como Jordan Belfort al final de "El lobo de Wall Street" o simplemente dando muerte a Don Draper. Tendría cierto sentido que se entregase a la justicia y pusiera punto final a esa farsa aunque tampoco Dick Whitman existe ni tiene ningún lugar ni hogar donde regresar. Creo que esa idea siempre ha quedado clara e incluso muy remarcada en el último episodio. Por lo tanto, entiendo que Don Draper está condenado a ser Don Draper y volver a emprender el vuelo en un negocio que le permita esa libertad creativa y volver a soñar. El resto, de momento, es humo. :D

      Un saludo.

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