Si existieran los poetas del humor Louis C.K. sería su rey. “Bobby's House”, cuarto capítulo de la quinta temporada de “Louie”, articula unos versos a modo de actos y acontecimientos para narrar el dolor físico, emocional, la muerte, el amor y, por supuesto, la ruptura y la alegría de vivir. A su modo y estilo, claro. Cada historia que se desarrolla en un episodio de la comedia de FX siempre supone un gran e inabarcable mundo en apenas 20 minutos. De hecho, en “Bobby's House” nos olvidamos de la stand-up comedy habitual y de su protagonista sobre un escenario con resplandecientes focos y carcajadas de sonido de fondo. “Louie” es un show que siempre se ha basado en la auto-humillación de su personaje principal, en someterle a todo tipo de desastres y calamidades para exponerle públicamente y que caiga a los infiernos del ridículo. A partir de ese punto y extremo se construye la comedia, se retuerce el tabú para exprimir los límites del humor y someter a la burla cualquier concepto supuestamente intocable. ¿No hay nada como la transexualidad para hablar da la violencia de género o cambiar los roles a tal efecto? Repasemos “Bobby's House”.
Comenzamos con el encuentro de Louie con su hermano Bobby. La premisa es reunirse para ir al velatorio de su tío Jack y Louie será despertado con una noticia que desconocía. Louie recogerá a su hermano en Jersey y descubre que éste se enteró por los obituarios. Tal y como pasó en “Pot Luck” (5x01), una confusión les lleva al funeral repleto de asiáticos… Jack luchó en Vietnam… pero no entierran a nuestro Jack sino a un anciano asiático y Bobby no preguntó a ningún conocido. En resumen, desastre. Bobby fuerza a su hermano a visitar su casa. Siempre hay el consuelo de que a otro le va peor y Bobby le recuerda que, al menos él gana dinero con aquello que ama, que tuvo una hermosa mujer y, pese a divorciarse, mantiene la custodia a tiempo parcial de sus dos hermosas hijas. Bobby no tiene nada: ni dinero, ni talento, ni cuenta de Twitter… Ni siquiera su esperma tiene espermatozoides ‘vivos’. Louie es tremendamente cerebral: ¿por qué alguien que no se encuentra en una relación ni busca tener hijos comprueba su esperma? Desconocemos la parte de improvisación de Robert Kelly al variar su edad aunque la familia de Louie es uno de los grandes misterios de la serie. ¿Mayor, menor, importa? Ese apagón programado se convierte en la alegoría de una relación familiar a la que le falta electricidad y comunicación.
Vayamos a la paliza y al tabú. Louie se mete en la discusión de una mujer con un hombre y ésta le propina una soberana lluvia de hostias. ¿Usted qué haría si una mujer le agrede en plena calle? Louie aguanta el chaparrón e incluso inútilmente trata de responder a esa señora (y acto de agresión) que acaba siendo una excusa a otro tipo de poesía argumental. Si alguien creía que no se podía hacer un sketch sobre la violencia de género en televisión “Bobby's House” es la prueba de que Louis C.K. puede romper todo tipo de tabús y salirse con la suya. Veremos a Louie tocar fondo en el sentido físico y literal, quedando devastado en el suelo y sumándose a ese esperpento y chiste cogiendo del pavimento un trozo de hielo para llevarse a su sangrante cara. Louie tendrá que explicar los moretones de su magullado rostro a sus hijas y saldrá el tema del género sexual: él era ella y Lilly y Jane no podrán evitar descojonarse de su maltrecho padre. Algo parecido sucede en ese juego de roles y cambio de sexos en su encuentro con Pamela. Louie quiere que su novia ‘a la carte’ le maquille ya que tiene dos actuaciones esa noche y no puede salir así al escenario. Para Pamela esa petición se convierte en la mejor noche de su vida ya que ruega a Louie que permita una transformación en una dama… para tener el mejor sexo de toda su vida a base de cierta transexualidad.
“Bobby's House” acaba en ese juego de roles sexuales entre Peter (Pamela) y Jornatha (Louie). ¿Jornatha? ¿De verdad? La secuencia y fornicación es una excusa para profundizar en ese poema sobre los sentimientos antes de una ruptura. ¿Lo de que tu novia te dé por culo tuvo algo de sentido metafórico? Y es que en esa relación Louie siempre fue la damisela sentimental y Pamela el hombre que no quería comprometerse. Pamela quiere volver a su vieja amistad sin sexo por medio y “Louie” profundiza en la repetición de los errores de su protagonista, que busca una buena y dulce mujer para poder casarse de nuevo… y engañarla. Pamela no quiere jugar con su amigo ni tampoco quiere hacerle daño. Ese fin de la relación conlleva el recopilatorio de todo lo vivido en el capítulo, como si todo el conjunto condujera a ese momento y memorable instantánea: Louie maquillado como una mujer llora haciendo que por sus mejillas corra el rímel. Si Bobby pensaba que se podía caer más bajo gracias a la historia de su hermano tiene un camino y vía de avance. Siempre hay alguien más débil, siempre. Louie es y será el chiste viviente, el poeta de carne, escroto y hueso. Y el tío Jack sigue vivo. Siempre hay algo que celebrar.
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