Serie de TV
“Rabbids, la invasión”
Francia
2013-Actualidad
Sinopsis (Oficial):
Los Rabbids son unos conejitos blancos, inquietos, traviesos y curiosos que con esta serie saltan del mundo de los videojuegos a la TV. Para los Rabbids, todo es una fuente de asombro y diversión, y estas criaturas indestructibles e incontrolables no tienen ningún respeto por las normas sociales que rigen la sociedad. No hay leyes ni reglas de la carretera. Esta animación, dirigida a toda la familia, ya es un éxito de audiencia en USA, Canadá y Francia.
Repasemos:
✒ “Rabbids, la invasión” es francesa… y nada bueno puede venir de una serie de animación francesa.
✒ “Rabbids, la invasión” es un spin-off de un videojuego (‘Raving Rabbids’)… y nada bueno puede venir de una serie de animación realizada a partir de un videojuego.
✒ “Rabbids, la invasión” está protagonizada por conejos y todo el mundo sabe que los conejos son seres peligrosos capaces de devorar tus entrañas o arrancarte extremidades… salvo que estén en una cazuela con ajillo.
✒“Rabbids, la invasión” se centra en unas criaturas estúpidas, incontrolables e indestructibles, completamente anarquistas y anti-sistema que se rigen por una filosofía basada en la imbecilidad y estímulos básicos al ritmo dem «Bwaaaaaah».
✒“Rabbids, la invasión” podría ser un plagio bastardo de los minions de “Gru, mi villano favorito”.
✒ Resumen de cada capítulo de “Rabbids, la invasión”: Bwaaaah!!!!! Bwaah bwaah bwaah; bwaah bwaah. Bwaah bwaah bwaah, bwaah bwaah. Bwaah bwaah? Bwaa! Bwaaaah bwaah! Bwwwaaaaaah!! bwaah! Bwaah bwaah—bwaah. Bwaah, bwaah bwaah bwaah. Bwaah! Bwaah! Bwaaah, bwaah, bwaah!!!! Bwah?
“Rabbids, la invasión” tiene una historia oculta mucho más oculta que arruinará la perfección de la serie de todo aquel que la descubre. Por lo tanto, no siga leyendo si quiere ahorrarse un trauma. Por favor, le repito: NO SIGA LEYENDO SI NO QUIERE QUEDAR TRAUMATIZADO. La realidad de esta serie y personajes es aterradora. REPITO: NO SIGA LEYENDO SI NO QUIERE QUEDAR TRAUMATIZADO. Los creadores se basaron en una noticia sin apenas repercusión y de su cobertura en los medios. Se trataba del descubrimiento por parte de las autoridades de los abusos sexuales que sufrieron los conejos de una granja situada en un pueblo al norte de Francia por parte de su propietario. Fue una noticia publicada en un semanario de sucesos cuando no existía internet como lo conocemos, aunque causó auténtica conmoción (y arcadas) de todo aquella persona que la leía. Del mismo modo, la aldea trató de suprimir la asociación de la carne que habían comido durante años con la imagen mental de los atropellos innombrables cometidos por el granjero sobre los pobres animales. ¿Era el motivo por el que la carne estaba tan rica y tierna? Los vómitos y las miradas de complicidad y horror en el municipio desaparecieron con el tiempo: el pueblo decidió olvidar por no morir envuelto entre sus arcadas. Los medios nacionales no quisieron hicieron eco de esa noticia por presiones del sector alimenticio ante el temor de que la población generalizara y no consumiera conejo por un hecho aislado. Hay cosas que nunca pueden ser nombradas. Nunca.
Todo ese discurso sobre la invisibilidad es la propuesta de los creadores de “Rabbids, la invasión”, que lanzan una dura y afilada crítica sobre esas personas que utilizan las redes sociales para defender a los animales maltratados pero ignoran a aquellos que sufrieron abusos sexuales. Son parias, seres invisibles condenados a la hipocresía de aquellos dicen amparar a los seres desfavorecidos que no pueden hablar para protegerse. Hagan la prueba: pongan en su muro de Facebook la foto de un animal abandonado después de recibir abusos sexuales y ratificarán todo aquello que les cuento. Es más, la foto será denunciada y retirada. La sociedad no quiere saber nada de esas víctimas de segunda. “Rabbids, la invasión”, por lo tanto, es una sátira para aclarar por qué ‘los rabbids’ son ignorados normalmente en los capítulos por los seres humanos. También se explica así por qué son tan blancos y tontos, cercanos al monguerismo. Fueron violados tan duramente por todos sus diminutos orificios que su cerebro quedó completamente dañado por las atrocidades y violencia a las que fueron sometidos. Sin contar con todos los traumas derivados por tan despiadados e indescriptibles abusos.
Ya lo sabe gracias a ‘La Verdadera Historia de los Rabbids’. Cada vez que uno de estos conejos llenos de ‘lefazos’ haga su «Bwaaaah!!!!! Bwaah bwaah bwaah; bwaah bwaah. Bwaah bwaah bwaah, bwaah bwaah. Bwaah bwaah? Bwaa! Bwaaaah bwaah! Bwwwaaaaaah!! bwaah! Bwaah bwaah—bwaah. Bwaah, bwaah bwaah bwaah. Bwaah! Bwaah! Bwaaah, bwaah, bwaah!!!! Bwah?» recordará los terribles traumas y ‘desfloraciones’ a los que fueron sometidos.
¡NO A LA INVISIBILIDAD DE LOS ANIMALES MALTRATADOS VÍCTIMAS DE ABUSOS SEXUALES!
¡NO!
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