—¿Cuál es su razón para entrar en el país?
—Matt LeBlanc.
‘Pucks!’ ha vuelto a nuestra vida y también —y muy a su pesar—a la de sus protagonistas, condenados a tener que engendrar la serie más repudiada posiblemente de la historia ficticia de la televisión. A todos los niveles. El público la aborrece, los ejecutivos de la cadena que la emite la odian y, evidentemente, sus responsables creativos han encontrado el infierno. Por el contrario, nadie puede matar a ‘Pucks!’ y su renacimiento obedece a una maniobra de Elliot Salad —informado por el vengativo Merc— para que Leblanc no protagonice un piloto de la NBC. ¡Todo el mundo odia a la NBC! ¡Incluso más que a ‘Pucks!’! La tercera temporada de “Episodes” nos dejó también la huida de Beverly y Sean Lincoln hacia su amado Londres incluso con el interés de diversas cadenas en un nuevo show que han escrito. ¿Por qué irse cuando todo el mundo te quiere? Beverly nos dio la respuesta: «Es el momento perfecto. Hemos pasado un año sintiéndonos completamente impotentes. En cuanto le digamos que sí a alguno de estos cabrones, volveremos a estar igual, pero si nos vamos ahora, con todos ellos peleándose por nosotros, es lo mejor que podemos conseguir en esta ciudad». Es obvio que el regreso de Sean y Beverly y su reencuentro con ese diablillo llamado Matt LeBlanc era esperado por los seguidores de la serie. ¿Qué nos ha ofrecido “Episodes” en sus dos nuevos y primeros episodios de su cuarta entrega?
‘Pucks!’ ha resucitado… al igual que Jesús aunque la comparación engendre un chiste blasfemo. Sí, nadie ni nada está a salvo del afilado aguijón de David Crane y Jeffrey Klarik. Se respira el odio hacia esa ciudad y método de producción, hacía los muertos o incluso la serie es capaz de esquematizar un chiste sobre violaciones mientras se relativiza con las fortunas de los millonarios y sus pérdidas. ¿Sobrevivirán Beverly y Sean Lincoln a Matt LeBlanc y Hollywood? El monstruo tiene razón y lo único bueno que tiene estar atrapados allí es que pueden vender su nuevo proyecto para empezar a hacer dinero… porque, en realidad, es lo único que se puede hacer allí… aparte de chistes ácidos sobre su caída al infierno. Que Wendy —la peor secretaria de la historia de la televisión— todavía estaba disponible y marca ese tono perverso en el regreso a Hollywood de la pareja de guionistas. La cuarta temporada de “Episodes”, por lo tanto, va a jugar bastante con la creación de esa nueva serie… ¿que dará una definitiva muerte a ‘Pucks!’ y conclusión a la comedia? ¿Conseguirá LeBlanc tener un papel digno en televisión aunque tenga que vender su alma a la pluma de Andrew Lesley?
El otro foco de la temporada son las finanzas de Matt LeBlanc y un reajuste en su modo de vida excéntrico y a la deriva. Larry Penzel, su contable durante toda su carrera, ha muerto y su suicidio ha sido debido a una investigación del FBI por robar dinero a sus clientes. LeBlanc era uno de ellos. Da lo mismo que se ahorcara en su garaje y su hija de nueve años quedara traumatizada de por vida porque aquí únicamente importa el ego y el (gran) pito de aquel que interpretó a Joey Tribbiani. “Episodes” en el sketch que cierra su capítulo 4x02 nos revela cómo ha funcionado la crisis financiera y quién realmente la ha pagado. Brutal y sin concesiones en esos márgenes egocéntricos de una estrella que no piensa sacrificar nada propio para mantener su nivel de vida y que es capaz de incentivar a que su ex mujer siga su relación con un posible maltratador a cambio de ‘no perder’ más dinero en manutención.
Tras ser convencidos por LeBlanc de que deben vender su nueva serie, Eileen Jaffee hace los preparativos para sus reuniones con los ejecutivos de las cadenas interesadas. La llegada de Helen Basch como nueva jefa que sustituya al loco de Castor Sotto —y su pasado con Carol Rance— son el germen perfecto para presentar al primer personaje positivo y hada del cuento para Sean y Beverly. Los elementos quedan claros y la pareja es más sabia tras sus aventuras televisivas en ese 'show business' televisivo-hollywoodiense, donde las sonrisas son tan falsas como las intenciones de los ejecutivos por fusilar cualquier atisbo artístico. Volvemos al recordatorio habitual de esos créditos de la serie. El nuevo guión de Beverly y Sean Lincoln se va a topar con esos problemas pero Helen Basch ejerce como hada madrina (y primer ser inteligente) para que la pareja no cambie de canal ni cadena. Como siempre, la comedia es conocedora de no tomarse demasiado en serio para tejer esa capa —a base de mucha inconsciencia y estereotipos— un discurso más afilado y ácido sobre el mundo de la televisión y la fama. No sabemos si ese viaje a los Globos de Oro será el soborno perfecto pero sí podemos confirmar que “Episodes” sigue siendo grotescamente divertida y perfecta para formalizar una burla sobre famosos ególatras, narcisistas y materialistas y esa gente incompetente y neurótica que nos brinda nuevos shows televisivos a los pobres mortales que desconocemos el proceso. La edad de Morning Randolph sigue siendo el secreto mejor guardado del show… aunque en estos nuevos capítulos nos dan evidentes y monstruosas pistas a tal vez. Sí, la comedia de Showtime trata sobre los afamados monstruos que habitan en Los Ángeles. Ríase y tómeselo con humor antes de que le devoren, pues.
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