Director: Ulli Lommel
EEUU
2004
Sinopsis (Oficial):
Joe Singer es un agente de policía perturbado que arresta mujeres para llevarlas a un almacén, esposarlas, torturarlas y matarlas. Pero una de sus víctimas está protegida por una maldición vudú, que hará que todas las víctimas vuelvan a la vida para dar caza a Joe…
Uno ve el póster y el título y piensa: otra película de zombis y una invasión de podridos… ¡SE EQUIVOCA! ¡ESTO ES UNA PELÍCULA DE ULLI LOMMEL! HOBRA MAESTRA monumental del cine cutre, nos encontramos ante una película psicológica con tintes lynchanos y del maestro del cine mierder por excremencia. Repasar una cinta como “Zombie Nation” pasa por atravesar varias películas en una y evidentemente el riesgo asumible y presumible de perder millones de neuronas en el proceso. Tenemos a un policía garrulo que secuestra a chicas para llevarlas a un almacén y, después de hacer supuestamente guadedias alemanas con ellas, las entierra mueltas. Mientras tanto, el cuerpo de policía se divide por tapar los delitos de uno de los suyos frente a los novatos, que son colocados junto al veterano sociópata para destapar sus crímenes evidentes debidos a su extraño y errático comportamiento. ¿Y no era más fácil poner a otro agente más antiguo como su compañero que hiciera la vista gorda? No, que esto es una película de zombis alemana…
Designada como una de las peores películas del Siglo XXI y una de las 100 peores de la historia según los usuarios de Imdb, no sabemos si estas zombis son fans de Siouxsie & the Banshees o una cinta tanto para psicoanalizar a sus sufridos espectadores como a sus protagonistas. Y es que tenemos un trasfondo psicológico con los traumáticos flashbacks que reflejan hechos aterradores y sesiones de diván que ni el mejor David Lynch hubiera podido conseguir. Todo ello para mutar todo el asunto en una película de zombis donde una de las víctimas estaba protegida por un hechizo vudú, volviendo a la vida junto a sus compañeras de crimen (y crímenes), y así culminar la venganza más estúpida, divertida y patética del cine cutre contemporáneo.
Me encantan los espectadores que analizan la película y sus fallos: que si los coches de policía no tienen ni radio ni equipos, que si en la comisaría utilizan editores de texto como bases de datos para localizar los antecedentes y las matrículas, que si los policías no leen los derechos, que si estamos en 2004 y utilizan ordenadores robados de un basurero del siglo pasado… Pues eso, que todo es muy WTF! En una película completamente WTF! Ulli Lommel simplemente es WTF! La canción, eso sí, es inolvidable como sintonía musical… pero, ¿es aterradora? ¿Tenía que ser chunga-de-la-muerte? “Zombie Nation” consigue que Wicked Boy de Robert J. Walsh se convierta en un tema de culto y ese comienzo a lo “Henry, retrato de un asesino” depare momentos inenarrables dentro de una HOBRA MAESTRA reducida a gran un chiste de hora y media. ¿Es malo el chiste cinematográfico o lo importante no es reír? ¿Importa a estas alturas para uno de las jo-joyas del cine cutre del Siglo XXI? Si la vio y ha quedado hondamente daño cerebralmente siempre le queda ir a un despistado grupo de vudú de apoyo a las víctimas de asesinos en serie (y de PEDAZOS de BODRIOS como el que nos ocupa) porque hacer cumplir la ley es una tarea difícil y compleja… pero con fe. Siempre con fe y con una sombra de ojos-topo-ochentera. Y es que la cinta de Ulli Lommel es capaz de masacrar a cualquier imprudente cerebro hasta el final. Triturarlo y sodomizarlo para el frenesí final. Festejemos TODO pues. Festejemos desde los títulos de créditos mostrados con la fuente a tamaño más tocho que han encontrado…
ZOM
BI
NA
TION
…hasta el chiste memorable del cine mierder. No grite y recuerde que Ulli Lommel es su maestro, el DIOS cuya foto debería constar junto a un diccionario que incluya la expresión WTF!
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