El regreso de “Utopia” y su segunda temporada han quedado marcados por la emisión en menos de 48 horas de sus dos primeros episodios. En esta nueva entrega, Dennis Kelly ha decidido potenciar el halo de culto después de las dudas generadas con esa recta final iniciada con el camino de la renovación. Se dejaron tramas abiertas, se produjeron giros de guión y ciertos cliffhangers bajo la sombra de la trama argumental. El creador de la serie fue consciente de dichas consecuencias y el capítulo, que ha abierto la vuelta de “Utopia” a nuestras pantallas, ha dado las correspondientes explicaciones a toda la mitología de la cromática ficción con ese santo y seña en su característica puesta en escena. Todo ese viaje al pasado a modo de proyectado found-footage nos aclaró toda la historia alrededor de Philip Carvel y Milner pero nos dejó una línea abierta y misterio jugoso para propulsar toda la segunda temporada: ¿cuál es el ajuste de ‘Janus’ realizado por Carvel? La vuelta al presente de la propia serie nos lleva a retomar a sus personajes con muchas sorpresas y dando la bienvenida a esos colores tan expuestos y retocados, desencadenando una artificialidad digna de un universo paralelo. ¿Qué ocurrió con Jessica Hyde, Arby, Michael Dugdale, Wilson Wilson, Ian, Becky o Grant? ¿Cuáles son los planes inminentes de La Red para manejar la crisis de la ‘gripe rusa’ e infectar al mundo de ‘Janus’ a través de su vacuna? Nos interesa el punto de partida y esa conexión de Carvel con nuestro presente en la forma de sus hijos. Recordemos que Jessica fue capturada por Milner y, ahora, el Sr. Conejo cree que la hija de Carvel conoce el ajuste realizado por su padre que contó a Christos. Jessica permanece encerrada en una especie de piramidal castillo cual princesa custodiada por un terrible dragón cuyo tormento se verá alterado con la llegada de un nuevo interrogador llamado Ross… que no torturador.
A través de toda esa relación e interrogatorios con la llegada del ‘poli bueno’ después de las cicatrices por las torturas producidas sobre el cuerpo de Jessica, sabemos que estamos en un punto psicológico en el que Ross se quiere meter en la cabeza de su objetivo… aunque los impermutables ‘morros’ que siempre luce la actriz Fiona O'Shaughnessy nos indican un doble juego dentro de un mind-game. Jessica pide una biblia, se altera emocionalmente con el recuerdo de amor de su padre o pide el regreso a esa ‘habitación’ con vistas. La cuestión es que, en realidad, Jessica Hyde no sabe el ajuste que su padre hizo en la proteína y ha soportado las torturas para tratar de ganar tiempo y seguir con vida. Todos los elementos (incluida esa arma de corriente) van a llevarnos a un cambio de situación: fue Jessica aquella que se metió en la cabeza de Ross. Con la biblia confeccionó una soga con la que dejar ahorcado (y con vida) a su interrogador pero amañando el circuito para que nadie pudiera interferir, abrir o cerrar la puerta. Milner sabemos que no se va a andar con minucias en este punto para poner fin a la vida de Ross pero se muestra preocupada por esa Jessica que parece haber tocado fondo en su grado de locura. ¿De verdad? El bolígrafo de Ross sin muelle y de nuevo esos carnosos morros nos van a dar una pista del juego de Jessica para poder huir del castillo y su más terrible dragón en formato conejil. Eso sí, ya sabemos a qué huelen las nubes: ¡A After Effects!
La idea del regreso de “Utopia” es formalizar un reboot con esos auto-homenajes a su primera temporada. De este modo, llegamos a comprobar que Arby sigue vivo… es el ‘padre’ vocacional de una niña y el ‘esposo’ de una madre soltera. Arby ahora es Pietre y ha alcanzado aquello que siempre había soñado: rellenar sus carencias afectivas y familiares y que hemos ido comprobando capítulo a capítulo. Arby mantiene su bolsa amarilla aunque en su interior esconda ahora ‘amor y peluches’ y se dedique a la fontanería para dar sentido a su mente meticulosa. Sabemos que es un espejismo y que Arby, por mucho que quiera ser Pietre, va a tener que volver a la realidad. La cuestión es que una bolsa verde y brillante (¿a modo de semáforo?) se tope en su camino y su portador eleve de nuevo el reciclado y el guiño interno de la serie. Se trata de Lee que esta vez luce un traje amarillo y sobrevivió a la bala que le dejó dañando un pulmón. Obviamente ha encontrado a Arby para sumarle a su causa y que regrese al ‘trabajo’… enseñando, cual carta boca arriba, sus armas. Arby accederá a reencontrarse con Milner y en esa secuencia hallamos gran parte del entramado referencial de “Utopìa”. El reencuentro entre Wilson Wilson y sus torturadores y asesinos de su padre nos lleva a la conversación que mantuvo con Milner. Wilson Wilson —también sigue vivo y su nuevo parche es mucho más cool— ve al Sr. Conejo como una gran asesina pero comparten su visión de futuro y ese V-Day en el infectarán a la humanidad con ayuda de grandes fortunas y esa Fundación Rochane con la peculiar Leah (Sylvestra Le Touzel) al frente. ¿Y el resto a nivel político? Geoff igual de pelele que siempre y Michael Dugdale tan patoso como de costumbre y bastante solitario sin familia que le respalde. La idea es que la parte burocrática también dé paso a la conspiración que hay detrás y donde Arby debe asesinar a Christian Donaldson que ‘sabe algo que no debe saber’. ¿Les suena ese elemento tan hitchcockiano? Queda en evidencia que Dennis Kelly se ha buscado una vía de encadenar a todos los personajes pero también de revelarnos la verdadera naturaleza de los villanos. Tal y como indica Wilson Wilson, Milner es la imagen de una persona que ha matado a miles, que asesina, tortura o ejecuta niños inocentes sin vacilar… por ese bien común para la humanidad que vio en el futuro junto a la visión de Carvel y por la que Wilson Wilson no reclama venganza por su ojo, padre y amigos perdidos. Arby va a poner las cosas más difíciles a su antigua jefa cuando revela a aquel que pudo ser su hijo político lo increíble que fue su padre. Nos viene esa imagen del primer episodio de esta segunda temporada en la que el pequeño Pietre elevaba sus brazos buscando el afecto de su padre… y ese conflicto de amor con su hermana. ¿Recuerdan que el pequeño Pietre masacró y despedazó a ese inocente conejo tras los experimentos de su padre para modificar su comportamiento? ¿Hubiera hecho lo mismo con su hermana Jessica? Da la impresión que no… y he ahí el conflicto interno de Arby, que ha cambiado su alimentación después de las críticas de su hermana y ahora va a ejercer de Jessica Hyde salvando a los protagonistas de un aprieto.
Y es que Ian y Grant nos van a dar el punto de vista de esos héroes que fueron engañados por la gran villana de “Utopia”, dejándolos apartados —y pudriéndose en la vida real (y cutre)— de la última fase de su plan. Ian está tan aburrido con aquella que fue su vida que quiere graparse la lengua ante tanto sopor. Para justificar su ausencia y aventuras —mientras fue perseguido por una oscura organización que controla gobiernos y que quiere esterilizar al mundo— se sacó de la manga un intento de suicidio y un ingreso hospitalario. Grant nunca pudo volver y perdió su vida al ser dado por muerto. Ahora ‘vegeta’ con Ian no sin tensiones físicas entre ambos. Cabe destacar el ‘estirón’ de Oliver Woollford que ha dejado de ser ese niño que vimos en la primera temporada y se dirige hacia la adolescencia. Está claro que ambos quiere volver a sus días de salvar el mundo y vivir las más peligrosas aventuras y el eslabón perdido en sus vidas (Becky) va a generar el encuentro al ser localizada por el seguimiento identificativo por cámaras de vigilancia realizado por Grant. ¿Y qué pasó con Becky? La joven tiene cierta esperanza dentro de la calidad de vida de su enfermedad debido a la intervención de Donaldson (objetivo prioritario de La Red) aunque tenga que hacer ciertos trabajos para ganarse sus medicinas y ayuda. Donaldson era el hombre para el que trabajaba Becky y ahora le promete un año de vida para escapar de ese suicidio al que parece condenada. La idea es ganarse a golpe de canalillo la confianza (y deseos) de Tony Bradley, un científico mediocre que ha escrito un libro brillante sobre el síndrome de Deel. Como a Donaldson no le cuadra no duda en utiliza a Becky y algo de violencia para hallar la identidad de las ideas de su libro… en forma de un vejestorio que habla una lengua desconocida y donde dejan claro que no hubo sexo entre captor y cautivo. La idea es que Ian y Grant sigan la pista de Becky y acaben todos juntos en un abandonado lugar donde un equipo de operaciones especiales va a dar caza a Donaldson por orden de La Red. Para consolidar el cambio de roles, Arby va a ejercer de Jessica Hyde y va a salvar a todos ellos del aprieto para dejarles atados de nuevo y a la deriva buscando muchas respuestas como los espectadores. Donaldson evidentemente no sabe qué sabe y por qué le quiere muerto La Red. Nosotros tampoco, pero a estas alturas de conspiración y belleza gráfica, ¿importa?
La segunda temporada de “Utopia” nos ha puesto al día aumentando poco a poco la tensión y marcando desde el principio un gran resumen que nos ubique en una cadena de misterios y futuros giros. Hemos pasado de aquel ‘¿Dónde está Jessica Hyde?’ que nos dejó el pasado a ‘¿Podrá escapar Jessica Hyde?’ de nuestro presente. Aunque la pregunta sea otra para los espectadores que seguimos esta brillante serie: ¿podremos escapar del influjo, magnetismo y morros de Jessica Hyde?
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