“Tarde o temprano cada uno se sienta a un banquete de consecuencias.
Robert Louis Stevenson
En su primera temporada nos dieron los 13 siguientes pasos:
Felicidad, confianza, temor, aceptación, respeto, conciencia, orgullo, ira, compasión, aislamiento, duda, sacrificio e identidad.
En su segunda temporada nos dieron otros 13 nuevos:
Progreso, dejarlo estar, dignidad, culpa, ahora, control, evasión, verdad, servicio, honestidad, preguntas, resentimiento y secretos.
En su tercera temporada nos dieron otros 13 más:
Incertidumbre, confort, sospecha, sinceridad, vergüenza, engaño, intuición, perspectiva, confrontación, distancia, estancamiento, heroísmo y lamentos.
Y, ahora, en su cuarta y última temporada:
Primer episodio “Amends”, enmienda, y segundo “Consequences”, consecuencias.
El estreno de la cuarta temporada de “Wilfred” se elaboró mediante la emisión de dos capítulos que, en cierta medida, nos presentan las líneas de la presente temporada. Si en “Amends” (4x01) comenzamos a hallar respuestas sobre la mitología de Wilfred y esa secta que le considera un dios, en “Consequences” vamos a dar otro paso para esa parcela romántica que siempre ha estado presente en la serie desde su comienzo. Recordemos que todo empezó, en realidad, con esa nueva vecina (con perro) de la que se enamoró Ryan y que no encontró parangón en todas las féminas que han ido desfilando por su vida. La boda de Jenna y Drew alejó toda esa tensión sexual pero un beso, que mantuvieron la vecina rubia y Ryan en la tercera entrega, catapultó de nuevo a “Wilfred” a esa senda romántica. Pese a que el perro no toleró que su dueña y su mejor amigo pudieran iniciar una relación, su posicionamiento de deidad de la felicidad ha provocado que quiera unir a la pareja. ¿A qué precio?
Me gusta mucho la concepción final de la serie de ese DOG/GOD como juego de letras que presumiblemente va a ser la línea argumental de misterio y suspense de la temporada y que nos dé todo tipo de respuesta durante su última temporada. Si bien “Consequences” va a tener alguna aportación y giro al respecto, todo va a quedar abocado a que Drew, Ryan y Wilfred compartan una trama juntos para hablarnos de esas famosas ‘consecuencias’. Ryan comentará a Lonnie, la socia de su padre, el hallazgo de la foto que encontró y el asunto de El rebaño del Pastor Gris para confirmar si dispone de alguna pista. Lonnie no sabe nada al respecto. Ryan averigua que utilizaron una sociedad instrumental para comprar unos terrenos y hacia allí se dirigirán el perro-dios y su mejor amigo. ¿Los dos solos? No, Drew se apunta y da la impresión de que forma parte del plan canino para que Ryan confiese que besó a su mujer. Wilfred se siente a gusto en su nuevo rol de perro guía (hacia la felicidad) y no dudó en morder a la pequeña sobrina de Drew y Jenna para abortar sus planes de ir a Disneyland. Las intenciones de Ryan, no obstante, son tanto eludir cualquier tema referente al beso como localizar el desfiladero de la foto. Los guionistas van a servirse de las gansadas de Wilfred o la guitarra de Drew para forzar el humor e ir desmigajando la crisis que sufre el matrimonio y de la que Ryan no quiere saber nada. Un robo de mochila, una guitarra quemada en plena noche, un supuesto ataque de un oso y, por supuesto, Drew cayendo por ese desfiladero después de que Wilfred levantara la ira de las inquilinas de un gran avispero con aspecto de artefacto místico.
Drew está vivo pero no puede caminar y las picaduras de los insectos han provocado que Ryan no pueda abrir los ojos. Wilfred tendrá que ser su guía… un tanto juguetón y guarro, pero también condenado a llevarle directamente hacia su nueva y enésima catarsis. Con frases como «Si los dioses no tienen sentido del humor, ¿cómo te explicas lo de Stephen Hawking?», Ryan acabará confesando el asunto del beso desconociendo que se encontraba en el desfiladero donde cayó Drew y que éste escuchó todo. Con el rescate efectuado y ya en su casa, es momento de confrontar las famosas ‘consecuencias’ a las ‘consecuencias’. Drew vuelve a Wisconsin aunque se toma el asunto con madurez y no guarda rencor a Ryan, dejando claro que si las cosas hubieran estado bien en su matrimonio nunca se hubiera producido el beso de marras. Drew había notado que su esposa ya no le quería y gracias a tan traumático viaje con acampada ha entendido el asunto. Wilfred anima a Ryan a que entre en casa de Jenna pero ésta tiene otros planes y se encuentra haciendo las maletas para ir a Wisconsin y tratar de solucionar las cosas con Drew. Jenna culpa a Ryan de arruinar su matrimonio y el protagonista se hará cargo del perro en una ausencia tan prolongada como estimen oportuno los guionistas. Digamos que “Consequences” va a presentar la crisis y posible ruptura definitiva del matrimonio para abrir camino a Ryan a un supuesto final con boda como en la serie original australiana, si así lo consideraran los escritores de la serie. La cuestión es también dejarnos otra línea de misterio para el final con una extraña llamada de un hombre, que se identifica como aquel que robó la mochila de Ryan, amenazando con hacer cosas peores si vuelve a los terrenos que exploraron y (¡atención!) confirmando que la socia de su padre está siendo chantajeada conociendo mucho más de lo que afirma. El precio (¿por el silencio?) se ha duplicado así como el suspense de “Wilfred”, que con tanto misterio y lista de preguntas sin respuesta únicamente falta una isla y algo de humo negro. Todos acaban en un iglesia, tiempo al tiempo.
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