La segunda temporada de “Orphan Black” se está afianzando y sus dos primeros episodios ya han mostrado de nuevo los dientes. Desde sus notables críticas y esa camaleónica y siempre genial Tatiana Maslany sus señas de identidad son cada vez más sólidas y gratificantes. No se trata ya de una sorpresa o revelación sino de un hecho: la serie de Graeme Manson y John Fawcett ha llegado para quedarse en nuestros televisores. BBC America está viendo también reflejada la buena sintonía de su serie y contemplando unos datos que reafirman su acierto en plasmar un thriller futurista repleto de intrigas, giros, conspiraciones y cliffhangers. El juego de cajas chinas llega “Mingling Its Own Nature with It”, tercer capítulo de la segunda temporada de “Orphan Black”, y nosotros encantados de disfrutarlo.
Sarah parece tener claro hacia donde escapar junto con Kira dentro de esa faceta de road movie de la serie y los sufridos (y cagados) pies de Felix tendrán un alivio. De esta manera, Sarah llevará a su hija y a Felix a una casa aislada cuyo dueño parece estar de viaje… Nada en “Orphan Black” va a ser causal porque aquí se aprovecha todo. Por ejemplo, ese frente policial que desplegó en la primera temporada ahora sirve a la serie para reciclar a Art y Angela. El primero va a dar con el paradero de los señores cowboys fanáticos religiosos y la segunda va a tratar de inmiscuirse en la vida de una angustiada y paranoica Alison a punto de tocar fondo. Los frentes ahora mismo están posicionados en los márgenes del enfrentamiento del ‘Neolution’ (y el Instituto Dyad) y los ‘proletheans’ (o proleteicos) que lidera Henrik Johanssen y cuyos planes, tras ver imposible la vía de conseguir a Sarah y Kira, pasan por ‘casarse’ con Helena para que sea la madre de sus hijos. El episodio dirigido por T.J. Scott cede en esas secuencias oníricas, distorsionas visualmente e incluso pesadillescas a ese tono de monstruosidad de los planes ‘divinos’ que tratan de hallar la intersección entre ciencia y religión.
“Orphan Black” siempre es capaz de sacar algo nuevo de su chistera sin que se note la trampa o el truco. En “Mingling Its Own Nature with It” se van a abrir un par de cajas chinas aunque evidentemente (o de momento) una es más jugosa que otra. Aquella que parece menos importante y que simplemente da la impresión de ser una línea para que Cosima investigue la cura de la propia enfermedad que la afecta a ella y a sus ‘hermanas’, pasa por desvelarnos la identidad de otro clon. Se llamaba Jennifer Fitzsimmons, profesora y entrenadora de natación, de la que veremos en un video-diario el rastro y ascensión de la enfermedad respiratoria que acabó con su vida. Jennifer fue la primera en mostrar síntomas seis meses antes que Katja Obinger, el Dr. Aldous Leekie se hizo cargo evidentemente de su tratamiento y Cosima va a hacer una autopsia para tratar de dar con el motivo de su enfermedad y su propia cura, aunque también aparezca el tema de la fertilidad de los clones. El otro frente (más fuerte a nivel dramático) es que la cabaña seleccionada por Sarah realmente pertenece a Cal, una de sus víctimas en el pasado y que resulta ser ¡el padre de Kira! “Orphan Black” no necesita más allá de la inocencia de una niña (aunque Kira últimamente está en plan anticristo) y una secuencia para soltar la bomba.
Alison va a seguir con la tortura de haber ‘asesinado’ a Aynsley y descubrir que Donnie es realmente su monitor. Para colmo ella ocupa el puesto de su difunta vecina en ese curioso (y metafórico) musical del que vamos a ver su decorado. ¿Ideado por Dexter Morgan? Que la sangre corra en ese musical que realmente es otra de las apuestas de los guionistas para dejar en evidencia que pueden lidiar con cualquier género que se precie. Todo se define en ese detalle del guardarropa donde han tachado el nombre de Aynsley y colocado el de Alison y una secuencia de montaje (a golpe de pastillas y alcohol) va a determinar que nuestra folclórica y ama de casa caiga delante de sus infiernos personales… textualmente (y metafóricamente) hablando. ¿Cuidado con el escalón, mamá? ¿Has vuelto a beber, Amparo? Allí estaba Felix que tuvo sus diferencias con Sarah, ya que su ‘hermana’ nunca le habló de Cal y no quería ser un simple niñero. ¿Realmente estaba también enamorado de los músculos de su ‘cuñado’ o los dramas de su vida como el musical de Alison son de mayor interés? Digamos que Felix es un personaje comodín y funciona con cualquier clon y trama de complemento. De hecho, si se hiciera un spin-off de esta serie debería ser de Felix aunque nos tememos que como pasó en el caso de Lafayette Reynolds en “True Blood” se puedan diluir sus virtudes. ¿Y el papá de Kira? Cal se dedicaba a diseñar los microópticos para aviones polinizadores teledirigidos para áreas donde la población de abejas hubiera descendido. Fue expulsado de la empresa por sus socios y el proyecto acabó vendido para tecnología al ejército matando ahora a personas desde bases de Virginia con el mismo. No sé si aquí la serie quiere dejar claro ese horizonte de moralismo, evolución científica y esa incapacidad humana de utilizar sus progresos con buenos fines para la humanidad. La cuestión es que Daniel Rosen va hacerse pasar por un detective para dar con el paradero de Kira, asesinar al oficial de policía local y amigo de Cal y llevarse a Sarah en su furgoneta. Si no era suficiente cliffhanger, Daniel verá la foto del Proyecto LEDA, informará a sus superiores y el impacto de otra furgoneta en su fuga nos deja impactados como su carrocería. ¿Ha vuelto la Señora S? ¿No viene aquí idóneo el título del musical de Alison, ‘Lazos de sangre’? ¿O en el Día de ‘Star Wars’ soltar aquello de ‘Kira, soy tu padre’?
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