Confirmado, al cuarto programa de “Un príncipe para Laura” no le ha ayudado ni su retraso de horario —con el mejor lead-in de la noche gracias al partido de ida de semifinales de la Europa League entre Sevilla y Valencia— para mejora unas cifras que seguramente marquen que el edit-reality-dating de Eyeworks España —y serie de ficción de comedia nacional más acertada— comienza a perder fuelle. “El jefe infiltrado” es la nueva moda y el adiós de la trospidez parece certificarse. ¿Falla algo? ¿No habíamos quedado que la Bruján es más Bruján que nunca y que los efectos digitales, junto a un planteamiento guionizado más esmerado, daban más brillo? ¿Qué falla? Seguramente el casting es más homogéneo pero se ha perdido ese puñado de personajes freaks & frikis como un chino vasco o un vampiro costurero junto a la perfecta trospidez de Álvaro Colina o David Pedre. Es momento de ratificar parte del declive del formato (esperemos temporal) y repasar #Laura4. He aquí el resumen del capítulo cuarto:
Nos anunciaron con la sintonía de “Juego de Tronos” de ‘El Desembarco del Rey’… pero, ¿qué rey si ya tenemos a Cesar Rey? El coplero soltero lleva buscando novia desde el pleistoceno (busquen en youtube y lo comprenderán) y no estaba conforme con la llegada de… ¿JuanCarggg? Después de un debate sobre la monarquía y la república protagonizado por tres neuronas en diez minutos, proseguimos a la llegada del Rey… y del shock brutal. No es Juncarggg sino Herminio Gil, el padrastro de la princesa, empresario y fundador de Air Europa y Air Madrid. ¿Y no pasaría por la isla para robarle la corona a Laura Parejo o para marcar el territorio ante tanto machuno y futuro nuero? Herminio ancló en el lugar con cuatro calabazas y siendo un maleducado integral. Que si no voy a dar la mano a ninguno de los pretendientes porque lo mismo se ensucio de trospidez. Que si voy a criticar a todos, todos porque todos, todos son todos, todos. Que si quedo en evidencia cuando no sabía ni quién era tu ex novio ése del que hablas de vez en cuando pero no me importa nada y una mielda… En resumen, no le gustó nadie y pensaba que era el presentador de un concurso cutre de Telecirco o algo parecido e incluso en muchos especulábamos en el Reino que “Un príncipe para Laura” iba a rendir tributo a “Game of Thrones” dando veneno al Rey torturador… pero sus planes pasaron por reunirse con todos los grupos para ‘invitar a irse’ a cuatro pretendientes, uno de cada. ¿Quiénes serían el nerd, guapo, único y simpático elegidos? Pero, ¿quedaban guapos? Herminio se informó de los candidatos favoritos tanto de su hija —y de cómo su ex novio Berto zumbó a su amado surfero llamado Pablo— como de sus asistentes de ‘mustiedad’: Sira mojaba sus bragas de MILF por el diablo de Bruno, Ana era fan de Carles Pons y el ano de Mateo chorreaba por Manuel Álvarez. Herminio lo tuvo claro: este niño necesitaba lo primero un corte de pelo. Yo añadiría también un par de hostias… cada vez que se ríe como una hiena que se acaba de esnifar un par de rayas de coca.
El Principado de Laura fue revolucionado y algunos candidatos tuvieron una oportunidad de que la princesa les conociera. En el caso de Dani Navidad protagonizó la velada navideña más rockera y repleta de vicio y terror del show. Laura pensaba que era un oso amoroso pero acabó citada con un muñeco diabólico erecto, salido y que se bebió toda la cerveza de Madeira, isla de Parla (Portugal). Dani seguramente acabe poniéndose una máscara y trabajando en las bukkakes de Torbe para poder costearse las altas facturas de cerveza. De hecho, la teoría de su participación en “Un príncipe para Laura” es que iba a tener birras gratis y algo de papeo con lo que llenar su protuberante buchaca. La princesa no entró al trapo y el cambio de opinión nos hacia presagiar un futuro pop sueco para uno de nuestros favoritos el programa después de su «Navidad ha pasado de ser un osito de peluche a un macarra que me da miedo».
Teníamos tramas (y traumas) pendientes como el enfrentamiento final de Ana y su peor enemigo. David, el bailaor ‘MUSTIO’ más hueco que un huevo kínder der' Metadona, trató de arreglar la situación con la asesora de la princesa. «Para mí una persona mustia es una presona fría y mustia ¿me entiendes? Entiendo que te duela que te llamen mustia y me perdones pero no olvides». Expresándose así lo normal es que te metan en un calabozo y no te suelten en 50 años así que ya también contábamos en ese punto con dos posibles expulsiones… y un FAIL mustio al canto. Como hay que meter relleno, Sira se fue a hacer deporte con los nerds y demostrarnos que es una MILF en potencia. Se notó, por el contrario, en este cuarto programa (y más que nunca) que estaba todo demasiado descompensado y que por mucho que trataron esos genios de la edición musical y montaje televisivo, no tuvieron un material a tono con sus intenciones. ‘El Show de Herminio’ en plan talk-show empapado de rancio-facts, fue lo peor de lo peor, y es el claro ejemplo de aquello que tenían que evitar. El año pasado el padre de Corina se hizo pasar por psicólogo y expulsó a Yong Li, el puto-amo desde que se inventó el término puto-amo. ¿Qué nos haría Herminio? Mejor dicho, ¿cómo iba a hacernos sufrir con un recital de preguntas mientras que su hija proponía proteger y cuidar un huevo, que representaba su fragilidad? ¿Desde cuándo los príncipes tienen que cuidar los huevos de la princesa del cuento? Demasiadas preguntas para tan poca chicha.
Herminio quedó como un pedazo de troll: los simpáticos no le hicieron gracia, los guapos no le gustaron por ser guapos y ganar 2.000 euros al mes no le sirve, los nerds son caquita y los únicos más únicos se hicieron un hueco en su ‘corasón’. Manu se erigió como el nuevo favorito de Laura mientras que Berto perdía enteros con Herminio, ya que consideraba a los únicos como los únicos de los únicos de los únicos… Hubo muy poco más en ‘El Show de Herminio’ y de verdad que descifrar que uno puede perder 50 kilos… dejando de comer… no compensaba. Los chicos trataron de ganarse al suegro y mientras se sucedían las ‘entrevistas’, Laura pasaba más tiempo con el resto de candidatos y daba citas a sus preciosuras con los que no había pasado demasiado tiempo. ¿Y qué pasa con uno de nuestros favoritos, Ángel el luchador? ¡Hasta El Coplas peleó por su huevo y HAMOR gracias un acto de fe (sin sexo ni alcohol) con unas cabras de un parque de atracciones que parecía ‘Silent Hill’! Cidoncha también trató de erigirse como macho aspañol no-navarro. Yo a ese chico tan feo le deportaría a su país. O sea, a Marruecos y que desde allí saltara la verja para ver si quiere ser español de verdad o no. Marc y Laura protagonizaron otro de esos diálogos de besugos aunque cualquier parecido con la verdad es mera trospidez:
—¿Eres gay?
—No.
—¿Eres bisexual?
—Noooo.
—¿Has venido a por mí?
—Por supuesto y darte un cojín... gay.
Antes de las expulsiones nos informaron que sólo aquellos que salvaron el huevo de la princesa optarían a la inmunidad. Ángel, Cidoncha y David fallaron… Y llegaron las eliminaciones de Don Herminio. De los simpáticos expulsó a Dani ‘Navidad AKA ‘Princese’ de barrio, cañas, buen rollo y cochinillo; de los únicos decretó que su favorito era Manu y expulsó a Guido y su calva; a Carles ‘Vegeta’ de los nerds ya que le veía como amigo de su hija; y, para terminar, cedió la última expulsión a su hija Laura… para que pudiera elegir nuevo grupo al estar mermados los guapos que no son guapos, son inmigrantes ilegales o son gays. Laura, por lo tanto, decidió eliminar al bailaor David Gutiérrez, ya que no le ha gustado nada-nada-nada su comportamiento mustio con su amiga mustia Ana. Y colorín colorado, Carlos Vegeta plantó por fin su mojón y el cuarto capítulo del cuento y su participación se ha acabado. ¿Tiramos ya de la cadena y nos vamos antes de nos asfixie el tufo?
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