Páginas Bastardas

lunes, 11 de noviembre de 2013

Homeland (3x07) Gerontion: Saul Berenson

Con siete capítulos emitidos de la tercera temporada de “Homeland” es momento de analizar y abrir el tarro de las esencias de la serie de Showtime. Para algunos el tufo es tan pestilente que no volverán a lidiar de nuevo con la experiencia mientras otros hemos perdido el olor floral de nueva temporada que tanto nos engatusó tiempo atrás. En cierta medida estamos ante la crónica de una muerte anunciada que ya intuíamos desde que la serie, que inicialmente monopolizaban Carrie Mathison y Nicholas Brody, iba a ofrecer unas notables y sobresalientes tandas de capítulos a su comienzo para diluirse posteriormente al perder la capacidad de sorprender al rizar demasiado el ya rizado rizo. Muchos esperábamos que el argumento de su segunda temporada se desarrollara durante la tercera y que se dilatara la colaboración de Brody como agente doble, pero los guionistas de “Homeland” adelantaron la previsible trama para producir una ruptura violenta con un poderoso cliffhanger final. La serie ahora se está recomponiendo pero su orientación y actual resumen bien pudiera ser de un fallido punto de vista y paso en falso. ¿Tiene solución? Sí. Pero, ¿será demasiado tarde? Es momento de analizar “Gerontion”, séptimo capítulo de su tercera temporada. 

“Homeland” quiere ser noticia y, después de una supuesta tensión entre Damian Lewis y Claire Danes, un reportaje de Interview acapara todas sus miradas. ¡Y qué miradas! Claire deja de lado su tics de bipolar la taparse sus bi-polos en lo que algunos han definido como topless. Perdón, pero topless tapado con los brazos no topless sino postureo. Sensual, eso sí. Más maquillada y con más joyones robados que Carmen de Mairena en la boda de la Duquesa de Alba, Dustin Hoffman entrevista a la diva que ha marcado las diferencias con sus premios a su interpretación y personaje de Carrie Mathison. ¿Nos importa lo que ha dicho o lo que esconden esos brazos? En realidad pudiera servir de metáfora para el estado actual de la ficción: sabemos que no ha jugado su última carta y siempre queda... ¿la portada del Interviú como concesión a las masas? Y ese topless definitivo de la serie debiera quedar marcado con la fulminación de la detestada / odiada / despreciada / abominada / execrada / rechazada / aborrecida / hateada Dana Brody y la incorporación regular de su padre. Todo el mundo sabe que “Homeland” funciona con el dúo de amor/odio/deseo/peligro que componen Mathison y Brody. Lo sabe “Barrio Sésamo” y su parodia “Homelamb”, lo sabe el peluquero de Dar Adal, lo sabe el señor que afila los cuernos de Saul Berenson y lo sabe cualquier seriéfilo con dedos de frente. Esta temporada hubiera funcionado desde su arranque si la familia Brody hubiera sido omitida y si la aventuras y escape de Nicholas ofrecieran un contraplano (a lo Paul Greengrass) del juego de espías propuesto por Saul y Carrie para atrapar al responsable del atentado que debilitó a EEUU después del 11-S. Que hubiéramos llegado a elementos de Tower of David” (3x03) podría servirnos para enlazar con la nueva misión de Carrie: desvelar qué hombre de Abu Nazir que llevó los explosivos al coche de Brody y de esta manera pueda exculparle.


Si Carrie borda su personaje de bipolar y ahora mismo pudiera incitar al remarque y exceso, saber que está embarazada del enemigo número de EEUU bien pudiera ser un matiz interesante aunque peligroso. ¿Acabará haciendo un cruce de “24” y “Fargo” o los guionistas han pensado para la cuarta temporada en un plagio descarado de la primera entrega de la menospreciada Hunted? El futuro está por determinar pero hay brillo en un capítulo que se posiciona para aquello que veremos en los próximos cinco capítulos: Javadi va a convertirse en el agente doble que necesita Saul para dar el golpe de efecto y finalizar el juego de venganza entre Medio oriente y EEUU y va a servir en bandeja tanto al actual jefe de la CIA como a Carrie un dato revelador que confirma que Brody no estuvo detrás del atentando. Evidentemente Carrie conocía que su Nicholas es inocente aunque quedara la duda ovejuna ante tanto pelo de lobo, pero Saul ahora empezará atar cabos que puedan valerle contra la toma de poder del prepotente (y gilipollas integral) Andrew Lockhart. Carrie, además, podrá dar con la pieza que necesita para proclamar al mundo la inocencia de un Brody que volverá más adicto a la heroína que Poli Díaz. Oh, no... drogas en casa y un bebé con una familia disfuncional: ella ex agente de la CIA bipolar y él ex terrorista/militar/traidor/agente-doble y ahora drogadicto  Pero para llegar a ese camino tendremos trabas y cornamentas. Saul Berenson va a quedar como un héroe ante una jugada maestra que el propio Dar Adal se encargará de aplaudir y celebrar. Pero toda historia y triunfo tiene una contracrónica y los días del actual director de la CIA están contados… 


La policía se personará en el lugar del brutal crimen cometido por Javadi contra su nuera y ex esposa incriminado a Quinn por una cámara de seguridad cercana. Dar Adal se presentará en su casa para informarle que él es el principal sospechoso y protagonizar una secuencia con tensión sexual con el agente semidesnudo después de salir de la ducha. ¿Nadie más piensa que Quinn fue la ‘putita’ a todos los niveles de Adal? Además, Adal, está mosqueado con Saul porque se huele algo en todo el operativo y desaparición de su jefe… Saul tendrá que lidiar tanto con Adal y el pesado de Lockhart, con su adúltera mujer y, sobre todo, resolver su jugada maestra. Javadi piensa que el acuerdo será revelar información que comprometa el programa de armas nucleares de Irán y se quedará con su dinero mientras disfruta de su jubilación en Miami. Nada de nada. Tendrá que ser un activo en Irán por mucho que le pese mientras que Carrie se ocupará con sus contactos policiales de intentar cerrar la investigación sobre Quinn que destape la operación de Javadi y su cambio de bando. Las náuseas de Carrie en la escena del crimen, por su estado de embarazo, bien pudieran contrastar con el asco de ese detective (interpretado por Clark Johnson, el veterano periodista de The Wire”) y también con los remordimientos de Quinn confesando un crimen que no ha cometido que quedará como sus anteriores asesinatos bajo el ‘clasificado gubernamental’. Quinn ha llegado al final de sus creencias y considera que nada justifica el daño que producen pero Carrie, alentada por el chismorreo de esa víbora llamada Majid Javadi y sus posibles juegos y manipulaciones psicológicas, le necesita para demostrar la inocencia de Brody. ¿Confesará Quinn que está enamorado de Carrie, morirá en el intento o es simple masturbación profesional ante la mente pensante más en forma de la CIA? Sea como fuere, “Gerontion” se permite marcarse un momento digno de telecomedia con ese trío que componen Lockhart, Adal y Saul. Aunque se comporten como niños los tres dirigen el futuro de la inteligencia de los EEUU, que conste. Saul se dará cuenta que cuenta con un poderoso aliado en la figura de Adal, que queda encantando con el jaque mate sin que nadie haya anticipado uno solo de sus movimientos previos y con las caras y posturas de Lockhart al enterarse de todo el plan sobre Carrie y Javadi. ¿Pondrá orden el Presidente ante el chivato senador y pelota por excremencia? De momento, toca celebrar la victoria en el presente aunque el regusto amargo aparezca en el inminente futuro. ¿Nos pasará al contrario con esa temporada en la que parecía todo perdido o las tijeras de Fara tienen la última palabra?

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