Confirmado, “The Scavenger Vortex” quedó como un paso en falso e islote
dentro de esa dicotomía de decadencia y éxito de “The Big Bang
Theory”: cuánto más
popular es la serie y más idiotizado y estenotipiado ha quedado su estructura y
humor, más premios y menciones recibe del universo catódico. “The Raiders Minimization” no cubrió las expectativas mínimas que le pedimos a
cualquier nueva sitcom y es evidente que si una audiencia millonaria se persona
cada jueves en sus televisores constata que somos animales de costumbres. Podríamos
ponernos a experimentar a los sujetos y televidentes como realiza Amy Farrah
Fowler con sus simios (y su novio físico) para destripar sus reacciones y su
adicción entre otras catástrofes. ¿Tiene cura ese juego de parejitas e
imitación nerd de “Friends”? ¿Desea CBS la vacuna de una enfermedad que realmente le ha perpetuado
en los televisores de medio mundo? Ahora ha llegado “The Workplace
Proximity”, quinto capítulo de la séptima temporada de “Big Bang”,
para revelar que Chuck Lorre y Bill Prady son los camellos de la
comedia más intrascendente pero adictiva y social.
Volvemos a lo peor de “The Big Bang Theory” con el peor capítulo de esta temporada y presumiblemente
no será el último. No se trata de cagar donde un come o que Sheldon con su
protuberante coeficiente intelectual tome los refranes por su significado
literal, sino de tomar ese juego de parejitas que gangrenó la serie tiempo
atrás al pie de la letra. Nada nuevo. Sheldon y Amy discuten por la
imposibilidad de socializar del físico y normalizarle. Bernadette y Howard
también discuten porque tienen que discutir… ya que los guionistas no saben
nada más que hacer o proponer con esos personajes que no aportan ya nada. Y al
final, todo (y todos) siguen igual. Nada nuevo. No hay catarsis ni evolución
porque no puede haberla hasta el grifo de audiencia se cierre o Johnny
Galecki, Jim Parsons y Kaley Cuoco pidan tanta pasta por capítulo
que ya no salga rentable el invento. Nada nuevo. Nos conocemos este juego que
propone tanto la serie con su audiencia como los personajes de la serie entre
sí. Nada nuevo. Y no me rió, y apenas siento simpatía por una sitcom que ha
quedado ya para el diseño y, al parecer, para la integración social y el
pensamiento único. Nada nuevo.
Con Amy haciendo una investigación en la universidad de los chicos, la neurobióloga
se plantea si Sheldon se pudiera sentir incómodo por trabajar juntos. Sabemos
que al físico todo le da lo mismo menos que su novia le violara encima de la
mesa del restaurante donde trabaja Penny y donde no ha conseguido ascender en
siete años de duro trabajo. Hija, eres rubia, estás buenas y tienes un móvil
inteligente que compense las dos neuronas que se agitan en tu cabeza. ¡Tírate
al dueño ya! Howard y el resto de chicos le meterán pájaros en la cabeza a
Sheldon y el ataque picudo de Amy y Bernadette no ser hará esperar con las declaraciones
incendiarias del físico y el judío. La prohibición/permiso para que Amy trabaje
en CalTech se salda en sentido contrario: Sheldon será
el que ponga en compromiso a Amy delante de sus compañeros de trabajo y Bernadette zumbará fuera de casa a su esposo para
descubrir que Raj es su perfecta esposa. Nada nuevo… porque aquí nada
evidentemente puede cambiar a estar alturas.
Con Sheldon volviendo al uso del bus y sin pedir ayuda o respaldo por
WhatsAPP, llega la catarsis pero nunca la redención. Es cierto que Sheldon casi
se disculpa (o se disculpa a su modo) con Amy antes de recibir un portazo en su
¿ardientes rostro? La reconciliación entre Howard y Bernadette también
falla y si tiene que ser Leonard aquel que incite al encuentro con sus globos y
láseres todos van apañados. Esta serie también. Progreso cero y nada nuevo…
Como simios después de una traumática foto, pasarán a la siguiente para olvidar
la sensación/reacción anterior. Nada nuevo. No entiendo, además, que Amy no
utilice definitivamente a Sheldon como sujeto de experimentos tal y como ya la
vimos hacer al comienzo de su relación. “The Big Bang Theory” sigue temiendo pasar al siguiente nivel que pasa por un embarazo de Bernadette
y sexo entre Amy y Sheldon. Entiendo que alargarán todo lo que puedan el
momento y lo mismo cierran esta temporada con la ¿sonada? evolución y ansiado coito.
¿Nos queda hacernos los listos como Penny con nuestro smartphone hasta que llegue tal momento y hacer como que seguimos
una serie que poco nos importa? ¿Nos volveremos unos simios sujetos al experimento
emocional de Chuck Lorre y Bill Prady que den las mismas y exactas
respuestas independientemente del tamaño de cerebro? ¿Repetiremos tres veces Amy, Bernadette, Penny antes de confesarnos por
nuestros pensamientos homicidas? ¿O simplemente nos quedará hacernos adictos a
las pastillas (Tums) de sabor tropical? No entiendo la moraleja de este refrán
y es que realmente no hay nada que entender. Nada nuevo.
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