Después de que se haya acabado “Dexter” y unos días antes de que
finalice la leyenda catódica impuesta por “Breaking Bad” existía otra fecha marcada en el calendario de cualquier seriéfilo con
gusto. Y es que el pasado 27 de septiembre se emitió en Channel 4 la despedida de
una de las series de culto y destacadas comedias del Siglo XXI que nos dejó con un mal
sabor de boca al enterarnos, allá por 2011, que no habría una quinta temporada.
Sí, hablamos de “The IT Crowd” y de
las declaraciones de su creador, Graham
Linehan, que confirmó desde entonces sus intenciones de continuar (y
concluir) con el universo iniciado con un especial… e incluso un largometraje
si la idea merecía la pena. Pasó el tiempo, creció la preocupación ante la
posibilidad de una falsa promesa, pero “The
IT Crowd” ya confirmó hace unos meses la reunión de Roy (Chris O’Dowd), Moss (Richard Ayoade) y Jen (Katherine Parkinson) para despachar ¿y despechar? el
último bocado (y byte) juntos en Industrias Reynholm, gobernadas por Doug
Reinlholm (Matt Berry). Todo se inició
en un sótano en “Yesterday's Jam”
allá por principios de 2006 y una ficción británica comenzó a despuntar a golpe
de clichés mitificados de la profesión como «Intenta apagarlo y encenderlo otra
vez» o una sucesión de grandes capítulos con “The Work Outing” (2x01) y “The
Speech” (3x04), posiblemente sus dos aciertos más destacados. Es cierto que
la cuarta temporada no estuvo al nivel de las anteriores, pese a brindar algunos
geniales momentos y algún capítulo remarcable como “Bad Boys” (4x05), y la decisión creativa de Linehan de no continuar con una nueva tanda de episodios sorprendió
a todo el amplio número de seguidores de su serie. ¿Hubo algo más en la
cancelación? Al parecer, Channel 4 no tuvo nada que ver y
prueba de ello pudiera ser la realización de este especial —que en algunos
lugares del inframundo de internet han titulado como ‘The Last Byte’ pero en
realidad lleva el nombre friki de ‘The Internet is Coming’—. Es momento de
repasarlo sin llorar tanto de la emoción como de la risa… o por culpa del
espray pimienta.
El invierno se acerca definitivamente a
“The IT Crowd” y no será el último
guiño a “Juego de Tronos”. Tras los
geniales e icónicos títulos de crédito con la incorporación de un piexelizado Matt Berry, volveremos a ese mágico
sótano como si fuera ayer el día en el que los chicos nos dijeron adiós… pero
ha pasado ya bastante tiempo. Chris
O'Dowd ha ido cuesta arriba trabajando en televisión (“Moone Boy”, “Girls” o “Family Tree”) y ganando protagonismo en la gran pantalla gracias a la factoría Apatow con “Si fuera fácil” y sobre todo con “La boda de mi mejor amiga”. Richard Ayoade lo intentó con el
remake norteamericano de la serie haciendo el mismo papel —que se quedó en un
piloto y bien merece una reseña bastarda en este blog y con una teoría adjunta
escrita por Abed de “Community”— y tanto
en televisión (“Noel Fielding's Luxury
Comedy”) como en la gran pantalla (“Los amos del barrio”). Y Katherine
Parkinson… lo intentó… en la televisión… británica… o eso… consta… en su…
biografía… Ahora es momento de decirles adiós aunque Graham Linehan sea capaz de continuar todavía
con su palabra y ofrecer otra nueva reunión en un largometraje o un crossover
con la película que “Big Bang” tiene
pensado hacer y así que Sheldon
Cooper no esté tan-tan-tan-tan-tan-tan-tan-pero-que-tan solo… Y nos riamos
algo, claro.
Hay demasiadas referencias internas y
metaficcionales en “The Internet is
Coming” para que cualquier espectador las deje pasar por alto. Desde el ‘Game
Over…’ —que luce Roy en la primera de sus camisetas—, pasando por la famosa máquina
que ‘gobierna’ Internet, hasta el apagado y salida de los personajes del mítico
sótano, dando un sentido cíclico con la primera frase que allí se pronunció: «¿Intentó
apagarlo y encenderlo de nuevo?». Antes de que Moss apague el interruptor que
nos ha iluminado durante 24 capítulos y el presente especial, van a ocurrir
muchas cosas y todas buenas; todas divertidas. Hacía tiempo que no me reía tanto
y, además, Linehan no se olvida el
factor geek poniéndose al día con los juegos de mesa de estrategia, ‘Chitter’
(sí, ‘Friendface’ ya pasó de moda), con las ondas virales de youtube, las estrambóticas animaciones
orientales de noticias —que bien pudieran estar firmadas por David O'Reilly—, Anonymous y sus
reversos paternales, un cameo de Matt
'Super Hans' King, la vuelta de Richmond y el mondo absurdo habitual en la
serie con esos cafés-retrato, ‘El Millonario Secreto’ o los pantalones de mujer
como nuevo traje de los superhéroes nerds… entre muchos más detalles
insertados. Realmente Linehan tenía
aquí la suficiente materia prima para haber gestado una quinta temporada de
seis nuevos capítulos pero este especial ofrece una sobredosis de
entretenimiento, sobre todo en sus primeros 20 minutos para ir remontando, poco
a poco, tras un diarreico anticlímax basado en el humor absurdo, a un desenlace
digno para un broche final perfecto y nostálgico que contente a todos con una
de esas ‘soluciones finales y giros de última hora’ habituales en la serie.
Todo se podría resumir en el siguiente diálogo:
—¿Qué hacemos
normalmente cuando nos metemos en un lío?
—Normalmente hacemos las cosas peor y
peor y así acaba.
—No, no lo hacemos. Permanecemos juntos.
— Eso no suena a nosotros…
Los chicos van a seguir la regla
anterior pero esta vez permanecerán juntos… Orientémonos dentro del organigrama
que propone el especial: Roy ha encontrado (por fin) a su media naranja pero su
daltonismo emocional puede provocar su ruptura, Moss no tiene confianza en sí
mismo, Jen está locamente atraída por el camarero que le prepara sus deliciosos
cafés y Douglas sigue siendo… ¿Douglas?, pero está vez se encuentra ¿ocupado?
protagonizando un ¿reality? llamado ‘Millonario encubierto’. Todo se complica: Roy
quiere un café como los de Jen pero es atendido por un enano provocando su ira —para
añadir al catálogo de humor negro y mala leche de la serie entre difuntos,
gays, minusválidos, funerales y un largo etcétera—, Moss recibe un consejo de
Douglas para aumentar su confianza en sí mismo —vestir pantalones de mujer— y una
buena acción de Jen sobre una indigente se convierte en su infierno personal…
pasado por café, claro. Entre una queja por escrito que planta Roy al enano, la
compra de los pantalones de mujer por parte de Moss y su momento ‘Superman’ y el
desequilibrio del camarero entre las miradas de Roy y Jen generan un momento tróspido
callejero con Jen lanzando el café por error sobre la indigente y Roy
recriminando al camarero enano su Café-FAIL para ser atropellado por una de las
500 furgonetas con tetas que el cameo de Matt
'Super Hans' King nos había presentado. ¿Y la gracia? Todo será grabado y
el vídeo viral hará que tanto Roy como Jen sean enemigos declarados de TODA LA
HUMANIDAD. Bienvenidos al humor absurdo de “The
IT Crowd”. ¡Te echábamos de menos!
‘La Zorra tira-cafés a indigentes’ y el
‘Personajillo Racista’ (Roy nos recordará que los enanos no son una raza porque
no estamos en “Juego de Tronos”) están
siendo identificados (¡ni qué fueran Snowden!) mientras que Moss ha recobrado
su confianza y su canal de vídeos con sus amigos friki-nerds ahora es un éxito.
Roy tendrá que asistir al funeral del abuelo de su novia Alice y recibirá de
Roy un espray de pimienta suave para que así pueda llorar… aunque, como
siempre, se le olvida mencionar que tenía que mezclarlo con agua. Después de
delirio con colirio llegará el transporte del ataúd más brutalmente ¿racista?
de la sitcom con autocensura interna gracias a una elipsis. Después del ‘pollo’
que se montó con “Life's too short”
de Ricky Gervais desconozco el
número de quejas que recibirá Channel 4 por este capítulo… aunque
lo mismo es un guiño y apoyo de Linehan
al creador de “The Office”. Internet is coming, tal y como avecinaba
su título friki y Jen y Roy serán desenmascarados y conectados a Reynholm
Industries. Sus tweets —perdón, chitts— en Chitter empeoran todo y se han convertido
en los seres más ofensivos del planeta Tierra. ¡Y Roy pierde a su novia! Tampoco
una aparición en un vídeo del canal de Moss ayuda y reciben las amenazas de Anonymous
para que Jen desempolve una vieja gloria llamada ‘El Internet’ y descubra que
no es internet… porque nadie se lo había dicho. ¡Qué hijos de fruta que son
Moss y Roy! Mientas que Douglas protagoniza ‘El Millonario Secreto’ en una
trama un tanto desigual, los chicos tendrán que buscar un plan para limpiar su
imagen. ¿Lo conseguirán o harán las cosas
peor y peor y así acaba?
La presentación de un espray de
pimienta de auto-defensa para mujer es una gran idea para que Jen deje ser
considerada como una ‘Odiadora de
mujeres’ y Roy pueda reconciliarse con su novia gracias a una palabra tan
romántica como ‘Eartha Kitts’ (glándulas mamarias en la jerga callejera) pero
se les escapa un detalle: lo presentan en unas elegantes botellas de perfume…
generando un drama… aunque forje que Roy pueda reconciliarse con su ‘Eartha
Kitts’ con piernas por la llorera del momento. Con todo ¿solucionado? descubriremos
que Douglas tiene que utilizar su disfraz de vagabundo para ocultarse tras un
delito de corrupción de menores por dar a uno una cerveza… El sótano es el
lugar perfecto y los chicos le sustituirán para ocuparse de los negocios
mientras que Anonymous es finalmente ‘desenmascarado’. Eso sí que es solucionar
todo en tres minutos y no los finales de “Dexter”
y “Lost”. ¡Qué aprendan YA a hacer
finales improvisados y que queden de fruta madre! Puede que por mucho que intentemos
apagar y encender “The Internet is
Coming” no consigamos resucitar a “The
IT Crowd” de nuevo pero, aparte de dar un final feliz a los personajes —mostrando en los créditos finales que Industrias Reynholm ha
cambiando y es un lugar mejor gracias al canje de caras y dirección—, nos
muestra un reverso resplandeciente y sentimental. Y lo hace, como siempre,
rizando-el-rizo y con la voz en off ¿tan alegre? de Richmond como nueva prueba
de fuego y lección de optimismo. Da lo mismo la forma sino el fondo: el fanservice está servido en este último
bocado y cada personaje coge un recuerdo de su estancia en ese sótano mágico
dejando un microcosmos y millones de recuerdos allí. ¿Para el resto de fans? ¿Cuál
hubierais cogido vosotros antes de que Moss apague el interruptor físico y se
encienda otro más poderoso y emocional? Otro botón que nunca dejará palpitar
junto a nuestros ya pixelizados corazones.
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