Páginas Bastardas

domingo, 25 de agosto de 2013

Crazy on the Outside: Bodrio is the New Black

“Crazy on the Outside
Director: Tim Allen
EEUU
2010

Sinopsis (Página Oficial):

Tommy (Tim Allen) acaba de salir de la cárcel y está listo para una segunda oportunidad en la vida. Es alojado por su querida hermana Viki (Sigourney Weaver), su cínico esposo Ed (J.K. Simmons) y su familia. Tommy vive con ellos y, cuando trata de explicar a su abuela dónde ha estado durante los últimos tres años, Viki refuta la verdad con una nueva respuesta: ¡Ha estado en Francia!

Crítica Bastarda:

El debut en la dirección de Tim Allen podría ser la crónica alternativa a cualquier hiriente crítica que recibiera y que la situó entre las Peores Películas del 2010. Se estrenó en 75 cines de EEUU durante una única semana y cuenta con un reparto encabezado por el propio Allen, Sigourney Weaver, Ray Liotta, Jeanne Tripplehorn, J.K. Simmons, Julie Bowen o Kelsey Grammer como rostros conocidos. Me niego a buscar la información de la historia alternativa y el porqué le gusta al 0,01% de las personas que la vieron. ¡Me niego! ¡Suficiente tengo como recuperarme del trauma después de haberla visto! Contradictoriamente el protagonista no para de tener instintos homicidas en su imaginación y el 99,99% de los espectadores y el 100,00% de la crítica especializada pensó durante los apenas 90 minutos de su metraje en diferentes muertes para todo su reparto. Nunca un título (Crazy on the Outside, Loco en el exterior) había definido, metaficcionalmente, aquello que estaba ocurriendo con el cerebro de los sufridos espectadores.


Que un ex convicto busque una segunda oportunidad tanto en la vida como el amor y tenga el respaldo de su hermana mentirosa compulsiva, con los recursos sensibleros familiares de turno, no es que sorprenda demasiado si uno cuenta con un catálogo de chistes por los guionistas televisivos de “Coach”, “Todo va sobre ruedas”, “¡Dame un respiro!”, “No con mis hijas” o “Courting Alex”. Tan irritante como desacertada, los personajes que deberían tener mayor protagonismo como la abuela, engañada por la familia para que piense que su nieto ha estado en Francia en vez de la cárcel, pasan casi completamente desapercibidos. Da cierta impresión, además, que la idea pudiera ser el piloto de una sitcom y hubiera sido desarrollado como un largometraje empalmando elementos recurrentes sin sentido.


Posiblemente la sala de montaje y el acto final hayan dinamitado una ya inexistente película repleta de lagunas y absurdos. No entendemos demasiado ese cosmos de personajes estrafalarios que pasan del humor al drama o el backstory de ese pretendido villano interpretado por Ray Liotta que finalmente tiene de peligroso lo que auténticamente de pirata esa hamburguesería. Muchos menos esa amante putón en busca de una futura fortuna y el perdón de su novio de remplazo. Todo resulta al final tan inofensivo y todo el mundo es bueno en ese mundo de cartón que nadie entiende cómo pudo acabar el protagonista en la cárcel y no pintando la Casa Blanca a Obama. Ya puestos ante tan estupidez… 

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