Arranca ‘Un príncipe para Corina’ con el regreso de la trospidez

El mundo tróspido-catódico está de enhorabuena. “Un príncipe para Corina”, nuevo reality dating de Cuatro, quiere rellenar los huecos anímicos, kilotones de neuronas, vergüenza ajena y pérdida de grasa por las carcajadas estomacales que nos proporcionó “QQCCMH”. A Corina se le acercaron en una disco unos caza(teta)talentos y le hicieron LA proposición indecente: que su nombre se asociara a la golfería Real y a la trospidez televisiva en un territorio friki-oscuro-e-inexpugnable. La belleza de Corina Randazzo pretende ser su luz de salvación ante los 24 príncipes más tróspidos de esa galaxia que llamamos reino. El apoyo familiar será determinante: un padre que se hará pasa por psicoanalista para sacar los sucios secretos a los candidatos, una hermana entregada llamada Nahir y un mejor amigo de nombre Javier que intentará quedarse con las mejores sobras del festín de boda. ¡Que comience el espectáculo! ¡Que comience “Un príncipe para Corina”!

Con un 7% de share y 1.355.000 espectadores, “Un príncipe para Corina” no marcó los números tróspidos que tal vez se esperaban en la cadena con una competencia devastadora marcada por “Salvados” y el desenlace merengue de la Final Four. Eso sí, #Corina1 dominó como hashtag de la noche. Al ser completamente inabarcable la tróspidez que instaura el reality, he decidido dedicar un post semanal con los descartes de la tal Corina y su constadada falta de gusto. El formato de Cuatro quiere continuar con la estética y legado que ha impuesto Eyeworks España: ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo tróspido?’, ‘Perdidos en la tribu’, ‘Perdidos en la ciudad’… Presenta Luján Arguelles y su montaje y sonorización nos remite a los mejores instantes cómicos del formato con un casting que pretende superarse a sí mismo. Los 24 competidores han sido divididos en ‘guapos’, ‘únicos’, ‘simpáticos’ y ‘nerds’ y el programa rodado en Tenerife, donde los sapos tendrán que superar pruebas y el duro sabor de la convivencia en un juego de tronos y troneras. La joven de 21 años tendrá que ir dando calabazas a sus pretendientes y es momento de repasar sus cuatro primeras… ¿A quién eligió? ¿A algún guapo? ¿A algún freak? ¿Al entrenador y modelo? ¿Al chino vasco adicto al porno? ¿Al boxeador filosofal? ¿Al muñeco Ken? ¿A algún nerd? Estos fueron los primeros cuatro elegidos:

Pau Montaner. Aquí nos han vendido que Corina se equivocó y yo digo que no. ¡Qué feo! De hecho, el grupo de guapos debería ser rebautizado como feos. ¡Qué feos, por Cthulhu! Pau es modelo de profesión y residente en Barcelona. Desear saber a qué olía Corina fue su perdición y a sus 22 años recibió uno de los más duros golpes que el destino le ha reservado en su vida: ser expulsado junto a gente más guapa que él en un reality que encima no es ni de Telecinco. Su ego descomunal y su fragancia a Dolce&Gabbana provocaron que Corina le eligiera frente al entrenador y modelo. Las manos de Guillermo Torre del Amor ganaron a las patorras de Pau y Corina recibió la primera desilusión del programa. Lo sentimos Pau, este programa no es para feos egocéntricos que no huelen a aquello que tiene que oler los hombres. ¡Y no vuelvas!

Pau Montaner: demasiado feo

Arnau Esteve. El gran primer desacierto de Corina fue deshacerse de Arnau sin ni siquiera mirarle directamente a los ojos. Hay que reconocer que tampoco pudo cuando lo tuvo delante, todo sea dicho. Este joven de 22 años tiene una mirada muy penetrante y sensual. Cualquier persona puede sentirse violad@ si Arnau la mira fijamente. Es normal que Corina tuviera que expulsarle instintivamente sin verle… Su amor al reino de Prusia y su necesidad de mirar a todas las esquinas superiores de las habitaciones provocaron que ya no tengamos que mirarle nunca más a sus agraciados ojos. ¡Menos mal! Yo me hubiera arrancado los míos al ser deslumbrado por la mirada más sexy de “Un príncipe para Corina”. 

Arnau Esteve: una mirada seductora e irresistible

Resti Valverde. ¡Guapo, guapo, guapo y mil veces guapo! Seamos sinceros, Corina está en este reality para pasar el rato y hacerse famosa. La primera vez que vio a Restituto, un bróker barcelonés de 34 84 años adicto al lujo y a la exclusividad (facial), se desplomó rendida a sus pies… ¡Vaya hombre!, dijo para sí misma. Corina sabía que si Resti permanecía en el programa acabaría enamorándose de sus rinoplastias y operaciones en los pómulos. A Resti no le gustan los feos… ¿¡A quién le pueden gustar los feos!? Al parecer a Corina… que decidió quedarse con 23 feos al expulsar injustamente a la incuestionable belleza de Resti. ¡No llores Resti! ¡No llores! ¡No llores por esa enemiga de la belleza! Que se mueran los feos... que se mueran. Ups, ¿por qué me ha caído un rayo encima? 

Resti Valverde: el más guapo del reality con mucha diferencia

Pedro Garcés. Entre las decisiones pésimas de Corina durante su primer programa estuvo deshacerse del vampiro romántico de la edición. Y yo me digo, ¿no estaban de moda los vampiros entre este tipo de niñatas? ¿No pedían uno cada noche antes de hincar sus cabezas en sus almohadas? El barcelonés de 43 843 años no dudó en exhibir su naturaleza frente a sus competidores y princesa. El beso ‘especial’ que le dio, ¿no fue acaso especial? El desprecio de Corina por los vampiros y el mundo de la noche me parece completamente inaceptable. Cualquier mujer mataría por tener a Pedro como pareja. ¡Cualquier mujer! Veamos, por la mañana duerme… y por la noche te hace la colada y la casa… ¿¡Y el precio!? ¿Un litro de sangre cada quince días? ¿Una visita romántica al cementerio cada mes? Y, además, convivencia... cuasi-cero. ¡Un chollo! Cualquier mujer en su sano juicio consideraría a Pedro una primitiva de seis aciertos… pero Corina, al parecer, no es ni mujer ni tiene plena posesión de sus facultades mentales. Lo dicho: una vergüenza. Esperemos que Corina no nos dé tantos disgustos en el próximo programa. ¡Qué vergüenza! Además, que tal y como vemos en la foto, era clavadito a Edward Cullen.

Pedro Garcés: vampiro y amo del castillo, ¡un chollo!