Ser la serie más vista en EEUU pasa factura. Por un
lado, existirán más personas que puedan criticar y recordar tu pasado y tu
venta actual —de parejitas— al por mayor
y a precios de calidad de saldo y al por menor. Por otro, un gran número
incondicional de seguidores te catapultarán al Olimpo catódico… Pero la
popularidad provoca que cualquier caída de bragas, abroche de sujetador y
meneillo sea noticia. Ya sea un flashmob viral o una demanda, “The
Big Bang Theory” es noticia. Cuentan que Kunal Nayyar (Raj
Koothrappali) ha sido demandado por su antigua agencia por no pagarle
comisiones desde finales de 2011, que Mayim Bialik se
divorcia, que Mayim Bialik está
rodando ¿embarazada? [no sé si fiarme de esto último o es un bulo de lenguas viperinas de mal-amigos] y que Regina
King será la directora de Recursos Humanos en la universidad donde trabajan
los chicos para regañar a Sheldon. Ahora es momento de la review del noveno
capítulo de la octava temporada titulado “The Parking Spot
Escalation”.
Esta sexta temporada va a ser la más ampliamente
criticada. Podríamos salvar de la quema “The 43
Peculiarity”, donde la serie volvió a esquemas clásicos apartándose
de la sombra de Bernadette y Amy, los disfraces de “The Holographic
Excitation” y algunos momentos contados de “The
Re-Entry Minimization” y “The Habitation Configuration”.
Ver una serie perdida no debería constarse como entretenimiento, aunque
la adicción y virus cuente con millones de pacientes en el globo terráqueo. “The
Parking Spot Escalation” va a tener sus momentos frikis como puente de
salvación aunque volvamos a un enfrentamiento de los chicos (y sus parejas)
como único recurso episódico. Howard y su nuevo coche ocuparán la que fue la
plaza de Sheldon produciendo una serie de catastróficos enfrentamientos. No
sólo entre los chicos sino entre sus chicas…
Como estamos en el capítulo (de la temporada) 6-9(º
episodio), se van a poner muy eróticos con la entrada de las chicas. Amy se ha
hecho la depilación brasileña y ha perdido dos kilos con la protuberante
cabellera que debería tener entre sus piernas. Realmente lo interesante, más
que las comparaciones de Raj y galletas de Leonard sobre momias y zombies, es
la sucesión de venganzas que acometerán Sheldon y Howard por conseguir la
plaza. Todos sabemos que Sheldon ni conduce ni tiene coche pero dicha afrenta y
ninguneo a favor de Howard sacará la dura realidad. El Dr. Cooper no puede
soportar la idea de que un ser inferior intelectualmente a él sea más popular y
tenga mayor repercusión científica. Realmente Howard es el primero del grupo en
hacer algo remarcable y no teórico. Su enfrentamiento digno de un recreo de
parvulario salpicará directamente a Amy y Bernadette que sacarán sus trapos
sucios: una achaca que sus relaciones sexuales están vinculadas a su amor
matero, mientras que la otra ataca con su sexo teórico. Al menos, Amy en este
capítulo aprovechará para enseñar a su novio su depilación…
El toma y daca está servido: yo te robo tu casco de
Iron Man, yo me pongo desnudo en tu asiento preferido desnudo y pasando mi
cebolleta por tu portátil, yo dejo el coche de mi novia en tu aparcamiento para
que la misma lo ralle y llame a la grúa, yo me pongo en el aparcamiento en plan
okupa y finalmente me intentas atropellar para que acabe desnudo en el interior
sobre tu nueva tapicería. En fin, a palabras y actos vengativos necios… oídos
sordos. Al final todo queda como tenía que quedar pero Penny acaba con la nariz
rota: cosas de ponerse en medio de dos gatas con un alto coeficiente
intelectual. Eso sí, Sheldon intentará vender su portátil a buen precio por
estar en contacto escrotal con un astronauta… ¿La teoría de vender a precio de
oro algo sobrevalorado?
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