Páginas Bastardas

domingo, 22 de julio de 2012

Wilfred (2x05) Now: El Presente

Estar aquí ahora.
Ram Dass

En su primera temporada nos dieron los 13 siguientes pasos:

Primer episodio, “Happiness”, felicidad, segundo “Trust”, confianza, tercero “Fear”, temor, cuarto “Acceptance”, aceptación, quinto “Respect”, respeto, sexto “Conscience”, conciencia, séptimo “Pride”, orgullo, octavo “Anger”, ira, noveno “Compassion”, compasión, décimo “Isolation”, aislamiento, undécimo “Doubt”, duda, duodécimo “Sacrifice”, sacrificio y decimotercero y último “Identity”, identidad.

Y ahora, en esta segunda temporada:

Primer episodio “Progress”, progreso, segundo “Letting Go”, dejarlo estar, tercero “Dignity”, dignidad, cuarto “Guilt”, culpa y quinto “Now”, ahora.

«El próximo mensaje que necesitas escuchar esta en tu presente» dijo el maestro espiritual Ram Dass, cuya cita sobre el ahora es la elegida para el quinto capítulo de la segunda temporada de “Wilfred”. “Now” llega para reírse de aquellos que critican la zafiedad y escatología de esta peculiar sitcom.

Está claro que “Wilfred” es una de las comedias más inclasificables del panorama televisivo actual. Enmarcada como un remake y bajo la conexión y credencial de Jason Gann hemos visto toda clase de situaciones y tanteos con el humor con tema que no son proclives a tal fin. Que sea una serie original y tenga cierto halo de culto no significa que esté exenta de críticas. Muchos no conectan con su peculiar sentido del humor: demasiado grosero, zafio, machista y escatológico que convierte la serie que protagoniza Elijah Wood en un objeto peculiar y brillante pero al mismo tiempo casposo. Tal vez haya que seguir los consejos de su peculiar can protagonista y escarbar para hallar sus méritos.

En “Now” volvemos a una trama entre Ryan y Wilfred dejando apartados, como está siendo la tónica general de esta temporada, a Jenna y Drew. Ni siquiera aparece la novia de Ryan, Amanda (Allison Mack). Para la trama que conforma el episodio sí tenemos a Kevin (Rob Riggle), el compañero de trabajo de Ryan, del que observamos que pasa totalmente de su hijo al que ignora constantemente vía móvil. Kevin puede presentar a Ryan a un pez gordo llamado Warner (Bob Gunton) para realizar una importante inversión de futuro… Y precisamente “Now” contrasta el futuro y el presente de sus dos protagonistas.


Por un lado Ryan considera que es momento de pensar en el futuro: tiene novia y trabajo. Pero Wilfred y su sentido potentísimo del olfato lo catapultan al presente. Es interesante que en “Now” se juegue desde el primer instante con la escatología y el arte de la mierda, que se vomite y se alcancen cuotas del absurdo. El plan maestro y terapia de choque de Wilfred pasa por engañar a Ryan indicándole que puede oler que tiene un tumor cerebral. Incluso le llega a apuntar con una pistola para ayudarle a no sufrir… pero el tiro (nunca mejor dicho) le sale por la culata: ambos son atracados y Ryan se piensa que es un nuevo montaje de su peculiar y ‘peludo’ amigo. Wilfred es apuntado con una pistola y finalmente Ryan les entrega su cartera. El trauma ocasiona que Wilfred pierda su olfato y con ello su perspectiva del presente: empieza a replantearse su vida y a rellenar su tiempo libre al no perderlo olisqueando todo.


Las tramas Wilfred-Ryan funcionan siempre con la ayuda de un tercero. Tal vez Kevin (salvo algún esporádico gag) no esté a la altura y se eche en falta cierto poder femenino que desequilibre los golpes y efectos de los juegos mentales entre un perro y su mejor amigo. Wilfred deja la escatología y el orín y se dedica a cultivarse replanteándose su futuro y haciendo ver a su amigo que se inversión es completamente destructiva para otros. Realmente Wilfred quiere una caseta nueva como inversión propia… aunque parece que la pérdida de olfato es real, así como ese nuevo Wilfred filósofo y existencialista.


Lo interesante de “Now” es que finalmente Ryan descubre que no quiere un futuro como el de Kevin, que antepone sus inversiones y negocios ante su propio hijo y familia. Ryan acude a la enésima llamada de socorro de Wilfred que se ha convertido en un emo. Su look posiblemente y el cierre inteligente del episodio sean lo mejor: Ryan no le sigue el juego pero Wilfred se arroja desde la terraza del piso de su dueña y se ahorca. Ryan le descuelga a tiempo y entre el boca a boca y sus plegarias para reanimarlo el can vuelve con su sentido del olfato recuperado. Para romper el dramatismo y el bochorno sentimental, Wilfred rompe el hielo (y la cuerda) antes y después de los títulos de crédito. No hay nada para reírse de uno mismo y “Wilfred”, guste o no a sus detractores, tiene olfato para hacerlo. 

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