Mad Men (5x10) Christmas Waltz: Vals navideño

Como quien no quiere la cosa… “Mad Men” llega ya al décimo capítulo de su quinta temporada, “Christmas Waltz”. Y es que la serie de Matthew Weiner avanza invisible como la vida. En breve habrá acabado la temporada y vendrá la sexta y tal vez la última que llegue a continuación. Las negociaciones y el mundo sin “Mad Men” pasaron delante de nuestros ojos sin darnos cuenta. Actualmente se han desarrollado las motivaciones de todos los personajes que forman la plantilla oficial y protagonistas de la serie. Seguimos viendo que no han logrado esa felicidad más allá de los muros que forman sus oficinas. La metáfora con escaparates y nuestros televisores siguen siendo un atractivo punto de vista para maniquíes que intentan rellenar su vacio interior. Nos aproximamos al desenlace de la temporada pero también al desenlace que señalará la serie que ha conseguido una hegemonía total hasta que llegaron las nuevas obras de arte de la HBO. El propio Weiner ha señalado que la serie sabemos cómo acaba ya que nos encontramos en el 2012, aunque pretende no ofrecer el mismo fin que otras series. Queda mucho… ¿o queda poco? El tiempo medido por el entretenimiento es efímero y pasajero.

Lane Pryce recibe una llamada nocturna desde Inglaterra por problemas de impuestos: o paga cerca de 8.000 dólares antes del jueves o podría ir a la cárcel. Lane necesita efectivo y se reúne con el banquero de Sterling Cooper Draper Pryce para ampliar el crédito en otros 50.000 dólares ya que el informe de Harry Crane indica buenas previsiones para el primer trimestre. Con esos 50.000 dólares Lane presenta un excedente para permitir un reparto en forma de paga extra navideña como incentivo laboral. Aunque todos están de acuerdo (Roger Sterling está de borrachera por el aniversario de Pearl Harbor) al final no se firman los cheques en ese momento. Lane empieza a tener más estrés y no sabe cómo resolver la situación.

Buscando una motivación laboral

Harry Crane va a visitar a un viejo compañero y amigo… al que conocemos. “Mad Men” siempre tiene la capacidad de sorprender al espectador y jugar con la comedia sin caer en el ridículo. Paul Kinsey es ahora Hare Krishna y Harry accede a quedarse en una reunión (incluso a cantar) ya que la novia de Paul, Lakshmi, le atrae bastante. Paul quiere dejar la secta pero quiere darle una vida a Lakshmi, ya que considera que no accederá si tiene que volver a la subsistencia que llevó de alma errante sin casa, drogas y prostitución. Sus sueños pasan por un episodio para “Star Trek” que ha escrito. Harry lo lee y le parece mediocre pero Paul le había convencido para mostrarlo a los productores de la cadena. Todo se enmaraña cuando Lakshmi se persona en la oficina para seducir a Harry y chantajearle (a golpe de puño si es necesario) para que haga desistir a Paul: es un excelente reclutador y le quieren en la secta. Finalmente Harry decide hacerle el mayor bien a su amigo y le da un sobre con 500 dólares para que se vaya solo a Los Ángeles a continuar con su carrera de guionista.

Nuevamente sola

Uno de los momentos de esta temporada fue la pelea entre Lane Pryce y Pete Campbell en “Signal 30”, donde también conocimos a Edwin Baker, vicepresidente de relaciones públicas de Jaguar. Con su ritmo de vida ha sido despedido (vomitó incluso en las rodillas del jefe de la Asociación de Comerciantes) y eso ha puesto de nuevo a la que podría ser la primera compañía de coches de Sterling Cooper Draper Pryce en la mirilla. Megan lleva a Don a ver una obra de Broadway de Jean Claude Van-Itallie: ‘America Hurrah’. Se trata de una sátira sobre la vacuidad del consumismo que no agrada para nada a Don y provoca una discusión en silencio entre ambos cuando llegan a casa. De nuevo, las motivaciones laborales asolan la relación. Joan, a la mañana siguiente, también está deprimida ya que Roger insiste en que quiere cuidar económicamente de su hijo y, para colmo, recibe los papeles del divorcio en la oficina. Joan pierde los papeles con la recepcionista y Don, salvador, se la lleva de allí. Ambos se dirigen a probar un Jaguar y fingen ser un matrimonio con cuatro hijos que buscan coche. Finalmente se llevan un Jaguar XKE para probarlo (solo pueden ir dos y no quiere que vaya el vendedor) y dejan un cheque de 6.000 dólares (el coche valía 5.600) como aval. Si algo interesante tiene “Mad Men” es que es capaz de dejar pequeñas semillas para poder recoger sus frutos en el futuro. Es inviable una relación entre Joan y Don en estos momentos pero ambos confiesan (sobre todo ella) sus motivaciones y temores actuales y el pasado entre ambos. Nunca tuvieron una historia junta porque Joan imponía mucho a Don. Tanto, que incluso nunca se antevió a mandarla flores. No ocurre nada, obviamente, pero Don vuelve borracho a casa y allí le espera una Megan cabreadísima con los espaguetis preparados para cenar. Sale el tema laboral: antes Don disfrutaba con su trabajo y ahora parece que con ella no se deleita de la misma manera.

Lane se cuela por la noche en las oficinas y falsifica la firma de Don en un cheque. El problema es que al final en Mohawk van a ir a la huelga indefinida y eso supone que suspenderán temporalmente todos sus negocios, incluyendo las campañas con la agencia. Todo el destino de la agencia está en manos del contrato que intenten firmar con Jaguar… Don ha encontrado por fin su motivación personal. Los socios consideran que lo mejor es renunciar a sus pagas extras y dárselas, eso sí, a sus empleados. El problema es que ahora Lane no podrá justificar el ingreso que se hizo a sí mismo… Joan, eso sí, recibe las primeras flores de Don.