(2011)
Reino Unido
Director: Paddy
Considine
Título
Original: “Tyrannosaur”
Sinopsis (Página Oficial):
Joseph (Peter Mullan), un
viudo alcohólico y dominado por la violencia, encuentra la esperanza de la
redención en Hannah (Olivia Colman), una trabajadora de la caridad cristiana. Joseph se burla
de la fe de Hannah y de su idílica existencia.
Sin embargo, pronto descubre que la vida de Hannah no tiene nada de plácida. Según avanza su relación, ambos llegan a darse cuenta de que, a pesar del dolor, el amor y la amistad pueden encontrarse incluso en los lugares más oscuros.
Sin embargo, pronto descubre que la vida de Hannah no tiene nada de plácida. Según avanza su relación, ambos llegan a darse cuenta de que, a pesar del dolor, el amor y la amistad pueden encontrarse incluso en los lugares más oscuros.
De la reseña para
Cinema ad hoc.
Las conversiones de premiados o reivindicables
cortometrajes en largos por sus propios creadores están generando interesantes
propuestas e incluso desviaciones y nuevas extensiones del material original. Desde “Electronic Labyrinth THX 1138 4EB (George Lucas, 1967), “Within the Woods” (Sam Raimi, 1984), “Joe’s Apt.” (John Payson, 1992), “Rare Exports Inc.” (Jalmari Helander, 2003), “Saw” (James Wan,
2003), “Peluca” (Jared Hess, 2003), “9”
(Shane
Acker, 2005), “The World of Tomorrow” (Kerry Conran, 2005) a “Repo! The Genetic Opera” (Darren
Lynn Bousman, 2005) se han creado nuevas obras que abarcan desde
cintas de culto a éxitos de taquilla. Antes de poder disfrutar de la revisión
animada de “Frankenweenie” (Tim
Burton, 1984) o que Jesús Orellana lleve
al largo el universo de su corto “ROSA”, el
actor y director Paddy Considine ha
conseguido expandir su premiada ficción “Dog Altogether”
(2007) para plasmar una de las cintas que ha cazado al vuelo premios y/o
nominaciones en Sundance como
premios de cine independiente internacionales. Curioso, además, que el
cortometraje consiguiera un BAFTA y el
largo fuera galardonado por la misma academia como Mejor debut
británico del 2011.
Rabia y dolor |
No obstante y pese a todo lo anterior, tal vez por
la incómoda violencia que muestra la película, su vocación de cinta
independiente o, simplemente, por no estar dirigida por alguien de renombre, se
ha encontrado con problemas de distribución. Añadiendo la demora en ver en
nuestras pantallas cintas británicas festivaleras y consolidadas por la crítica
internacional como “Shame” de Steve McQueen o “Tenemos
que hablar de Kevin de Lynne Ramsay,
podría dar pie a iniciar un debate sobre motivos y repercusiones. ¿Realmente
estamos condenados a asociar el cine de reino unido en taquilla con
producciones de época a lo
“Jane Eyre” después del cierre de la franquicia de Harry
Potter?
Redención |
Paddy Considine se
basó en su difunto padre para construir el personaje principal de Joseph y
repite reparto con Olivia Colman y Peter
Mullan para profundizar en el material dramático y
profundizar en esos personajes que ofrecía su cortometraje. La violencia parece
enfocada en “Redención (Tyrannosaur)” a
ser una especie de enfermedad, similar al alcoholismo, con la que tienen que
lidiar sus protagonistas. Una víctima y un verdugo que son puestos a
disposición del espectador para que los juzgue y se acerque a sus actos desde
una puesta en escena e interpretaciones realistas. El merito de la propuesta es
lanzar a los infiernos a su personaje principal delante de nuestros incrédulos
ojos para exponernos un alma torturada al límite, donde sus recaídas podrían tener
nefastas consecuencias incluso para seres cercanos y queridos. Podría jugar sus
bazas a una revisión de “Gran Torino” pero
su vocación es claramente intimista y existencial.
Muerto el perro... se acabó... |
El peor defecto es ese ‘tiranosaurio’, que ha sido
traducido con un flagrante avance de esa ‘redención’ a la que será sometido
tanto ese violento personaje principal como esa sufrida esposa, que es
cruelmente maltratada por un marido de buena posición y apariencias. El
encuentro entre ambos supone una onda en extensión para que encuentren una
salvación ante sus vacíos y oscuros interiores. El filme trata de dar
autenticidad a riesgo de ser dura y tremenda en su vertiente más violeta y
visceral. Su vocación es hacer que nazca el humanismo de situaciones límites,
opacas y brutalmente amorales. Pero más allá de ese tiranosaurio, su
explicación y motor de redención y perdón (a través del amor) la película no
olvida el título del corto en el que se basa (“Dog Altogether”).
Dos perros parecen otorgar el quiebro y metáfora de toda la cinta. Perros
ladradores y poco mordedores, flacos y con pulgas y, sobre todo, a perro muerto
se acabó la rabia. Un perro dócil, que acaba siendo víctima, y otro que ha sido
incitado a la violencia como único motivo existencial. Ambos, como los
protagonistas, parecen pagar por igual en un mundo en que la luz y la redención
es la única vía de escape para soltarse de esa durísima correa que es la vida.
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