“Blackthorn. Sin
destino”
(2011)
España
Director: Mateo Gil
Sinopsis (Página
oficial):
Tras haber huido de Estados Unidos, el legendario
forajido Butch Cassidy murió en Bolivia en 1908, tiroteado junto a su
amigo Sundance Kid. Esto es lo que dice la versión oficial.
En “Blackthorn (Sin destino)” veremos que lo cierto es que ha pasado veinte años escondido y ahora quiere volver a casa.
Sin embargo, pronto encontrará en su camino a un joven ingeniero español que acaba de robar la mina en la que trabajaba y que pertenece al empresario más importante de Bolivia.
Crítica Bastarda:En “Blackthorn (Sin destino)” veremos que lo cierto es que ha pasado veinte años escondido y ahora quiere volver a casa.
Sin embargo, pronto encontrará en su camino a un joven ingeniero español que acaba de robar la mina en la que trabajaba y que pertenece al empresario más importante de Bolivia.
Al terminar “Blackthorn. Sin destino” me he sentido como esos críticos norteamericanos a los que tampoco emocionó en demasía el western
sobre la leyenda de Butch Cassidy. Continuación o no de la referencial “Dos hombres y un destino” la idea es bastante interesante
pero su plasmación me parece irregular e incorrecta, sobre todo para Mateo Gil que solía medir mejor el tiempo en
sus guiones.
El jinete y su guitarra |
El escenario está claro que es Bolivia y
aporta un tono mucho más camaleónico al género pero lo que no está claro es a
lo que quiere jugar el director de “Nadie conoce a nadie”. Parece querer inspirarse en la
plantilla que le proporciona el filme de George Roy Hill para alejarse del mismo mediante una
pretendida aureola crepuscular sobre una leyenda que debe emerger por una serie
de acontecimientos. En ese punto Mateo Gil podría desembocar hacía una mirada
de ionización del mito que proporcionaba “El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford” de Andrew Dominik, donde el ritmo es marcado por el horizonte y
las nubes. También hacía el western tradicional mediante un argumento de huida y botín con nostalgia por el pasado y una vuelta al hogar. “Blackthorn. Sin destino” parece querer jugar a ambas bandas
pero quedándose en terreno de nadie. Pura sal y arena fundida al sol.
¡Los Lannister conquistan el mundo, el Oeste y Bolivia! |
Quien me diga que Eduardo Noriega actúa bien entenderé que es familiar o amigo
intimo. Sam Shepard aporta presencia, competencia y guitarra. La canción de Butch Cassidy y la refriega sobre el culito blando y prieto de Eduardo
Noriega, parecen ser las únicas concesiones. En “Blackthorn. Sin destino” me parece una gran parte un
desacierto, con momentos de buen cine dispersos y descuidos de ritmo notables
entre frotamientos sobre la amistad, el honor, el misticismo y las relaciones
interraciales. Jaime Lannister, eso sí, cabalga de nuevo…
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