“Boardwalk
Empire” alcanza
en “Gimcrack and Bunkum”, quinto
episodio de la segunda temporada, un ansiado clímax que nos preparará para el
inmediato futuro de la misma. Si en la primera temporada la serie de Terence Winter tuvo que quitarse el
polvo del notable piloto dirigido por Martin
Scorsese esta segunda parece querer desarrollar a otros personajes
aparentemente secundarios pero para nada intrascendentes. Los puntos de apoyo
venideros hacen que la serie cuente con un cruce de serie política, policial,
criminal y social a partes tan iguales como divergentes. El inicio del episodio
pone a Nucky Thompson en un
escenario en la playa ante una multitud:
«Atlantic
City fue construida para pasar buenos ratos, así la gente podía dejar sus preocupaciones atrás. Ver un espectáculo,
bailar en el muelle, construir un castillo en la arena. Atlantic City fue
construida para ayudar a la gente a olvidar. Pero este día, el Memorial Day… es
para recordar».
Ampliemos
la vista y que digamos que “Boardwalk
Empire” en el anterior párrafo es esa Atlantic City construida para pasar
buenos ratos pero también ese Memorial Day para recordar…
El
Memorial Day es un día dedicado a los caídos al servicio de una nación llamada
EEUU. Este episodio va casi prácticamente dedicado a ellos y en especial a los
presentes en la serie (aunque se mantengan todavía en pie). Son Jimmy Darmody y Richard Harrow. El segundo piensa suicidarse en el bosque pero
finalmente una serie de encuentros le proporcionan una catarsis que su único
amigo Jimmy le confirma. Ante la ausencia de Louis Kaestner, el Comodoro y su
principal, el Fiscal General de los Estados Unidos, Harry M. Daugherty, parece el hombre de renombre y al que Nucky necesita. Al pasar a ser su caso
federal tiene los apoyos que proporcionaron ayudas anteriores aunque no tiene las garantías previas que
quisiera. Se la tendrá que jugar y dar a esos hombres todo lo que quieran (en este caso entretenimiento carnal y etílico) mientras espera la jugada que lo salve. Precisamente la ausencia del Comodoro ha sido una de las causas de su
velada enfermedad. Pocos los saben… pero todos están nerviosos y más con la
explosión del almacén con todo el alcohol. Jimmy
recibe un golpe moral y físico de uno de sus vetustos inversores y la venganza
se sirve fría y en formato indio.
El Bosque de la Muerte y de la Vida |
Pero
el que está realmente nervioso es ‘Eli’
Thompson que intenta reconciliarse con su hermano. Nucky no sólo no le perdona sino que juega con él. La explosión es
de violencia y luchan a muerte. Margaret
y una escopeta (descargada) invitan a
Eli a salir de su hogar. Pero el
intercambio no ha sido sólo de puños sino
de información. Por un lado Eli le
suelta a Nucky el estado del Comodoro pero por otro Nucky le indica a Eli su estratagema para no ir a la cárcel. Pero no será el último
desgraciado encuentro que se produce al recibir al Jefe de Distrito O'Neill que ha escuchado los rumores sobre el estado
de salud del Comodoro. Ya sea por la bebida o porque Eli quiere hacer un futuro chiste a costa de Mary Pickford se lo carga… Primero por accidente y segundo para
que no sufra. ¿Sufriremos hasta la muerte nosotros también hasta el nuevo
episodio?
Reflexionando en los planes de futuro. |
Ahora mismo el futuro presente es el de Nucky y Jimmy. El primero es el rey de la ciudad y el segundo aspira a serlo. La contradicción es que Nucky siempre lo ha querido pero Jimmy ha optado por seguirle la contraria: se alistó en el ejército para escapar de la universidad y ahora se ha convertido en su verdadero enemigo. Jimmy tiene su primera prueba de fuego y precisamente es en territorio enemigo: tiene que hablar en público y pese a su pulso palpitante sale con éxito. Nucky echa humo. Es normal, cada episodio vemos que Jimmy es un brazo criminal con cerebro y autoridad. Juntos serían invencibles pero, entonces, no tendríamos nada parecido a esta excepcional serie.
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