Páginas Bastardas

martes, 23 de noviembre de 2010

The Walking Dead (1x04) Vatos: Las apariencias engañan

“The Walking Dead” ha demostrado ser una serie que, pese a sus innumerables puntos y nexos comunes que la atan al género que representa, era lo que necesitaba una amplia mayoría de público. No existen ínfulas de generar adicción al público adolescente con ‘cazadoras’ rubias de zombis que van al instituto ni de vender el morbo vampírico en ráfagas sexuales y sensuales que desequilibren lívidos en post-púberes. La AMC ha dado en el clavo bajo la batuta del material orquestado por Robert Kirkman, Tony Moore y Charlie Adlard para conquistar un vacío provocado, tal vez, por el pavor de ver al otro lado de la pantalla el lado más muerto y voraz del ser humano en formato serial. Lo que habitualmente sucedía en el movimiento de neuronas por parte del televidente acostumbrado a series que daban por tal a su cerebro. “Vatos” viene para sentar las bases de una serie que se va a quedar corta… como la vida de mucho de sus protagonistas secundarios porque los verdaderas estrellas de “The Walking Dead” son la muerte caminante digna de un anuncio de la DGT. Lenta pero segura… sobre todo mordiendo.

Empieza en un día soleado con una apacible tranquilidad alejada de demonios que realmente se encuentran demasiado cerca pero resultan imperceptibles. “The Walking Dead” funciona mejor como serie de entretenimiento combinada con dosis drásticas y dramáticas para el desarrollo de sus personajes. Seguimos introduciendo su historial a modo de pasado narrado. Demasiados traumas que encierra una Apocalipsis que ha devorado todo… y a parte de ellos mismos. A su propia y desaparecida familia. Andrea y Amy pescan en una barca en el embalse. Hablan… y muchos espectadores huirán despavoridos… ‘¡Esta es una puta serie de zombis, ¿o qué?!’.Otros, como un servidor, pensarán en el momento en el que emergerá de las profundidades del ‘lago’ un Baby-Jason-zombificado para agarrar del pescuezo a una de las rubias. Nada de eso. Viejos traumas y heridas. Dos hermanas diferentes y unidas en la tragedia. Ambas fueron adoctrinadas por su padre para pescar… aunque con métodos diferentes: nudos simples o triples, cebos vivos o artificiales… una, al fin y al cabo, para ‘sobrevivir’ y la otra… para… Bueno, para… algo. Una iba a pescar peces y la otra a devolverlos. Ley de vida. Un amigo me comentó que Andrea en la novela gráfica es francotiradora. No sé si creerle porque prefiero no saber nada al respecto. No quiero leer el cómic hasta que no acabe la serie… o ir evolucionado con el mismo en pasado… como el que acomete sobre sus personajes. ‘No te encapriches con los personajes’ me dijo ese amigo. Y es que sobre “Vatos” planea oscuros presentimientos de tragedia. Esa aparente tranquilidad e infelicidad, únicamente dramática sobre familiares en paradero desconocido y ese padre que seguramente no vuelvan a ver las hermanas, se traslada a un juego de miradas a través del montaje. Dale les observa desde su caravana pero enseguida se centra en otra figura alejada que cava con su pala. Es Jim, que excava frenéticamente en suelo numerosas tumbas. Comienza el cuarto episodio de la primera-mini-temporada de “The Walking Dead”.

De pesca y Pescadas
Creo que la serie funciona mejor sobre dos tramas paralelas que se acoplen en un clímax. Posiblemente en “Tell It to the Frogs” a muchos espectadores les causase bostezos al tener una estructura ideada para la evolución y presentación de los personajes del campamento. Eso era que se utilizaba un inicio y desenlace alejado de su trama principal pero en nudo se alargaba y extendía sobre un único punto de acción: el campamento.  “Vatos” funciona porque de nuevo se ajusta a la estructura que ‘mejor está optimizando el formato’ pese a la escasez de episodios. En el piloto observamos la evolución de la tragedia mediante la elipsis y la recreación de un mundo muerto ceñido a la Apocalipsis. El calor humano familiar y el ansia de encuentro con la misma cernían el destino del personaje principal. En su segunda entrega se desarrollaba en paralelo la frenética lucha por la supervivencia en un escape en la ciudad frente a la ansiedad por el regreso de los ausentes en el campamento. Su tercer episodio se sostenía sobre el drama del regreso del ‘caído’ y los conflictos morales de sus protagonistas. Ahora el episodio se sumerge en dos tramas paralelas sobre el campamento y la misión en la gran ciudad. Toca rescate redneck

Operación Redneck 2.0
Pero antes… movida con Jim. Su frenética excavación provoca el terror entre los más pequeños. Como si estuviera enfermo y a pleno sol continua su rabiosa lucha contra la tierra. Es momento de que el grupo se plante allí y le pida explicaciones. Por supuesto es Shane el portavoz y líder del grupo. Vemos alguna persona que no habíamos visto en el campamento en anteriores entregas… lo que nos denota que son más que un grupo de veinte personas. Yo, llevaba contado a la familia Grimes (dos adultos, un niño y amante); a las hermanas A (Andrea y Amy), la familia Morales (dos adultos, dos niños); familia de Ed (dos adultos, una niña), Dale, Jim, Jaqui… Glenn y T-Dog se encuentran con Rick y Daryl buscando a su hermano redneck Merle en la ciudad. Veo a un viejo al fondo y a otros supervivientes. Si los sumo me salen más de veinte e incluso dos docenas. Un grupo demasiado grande si la serie quiere ser más activa… y un grupo con muchas caras anónimas que podrían ser carne de… Otro factor a tener en cuenta son los núcleos familiares que ya habíamos presenciado en el primer episodio, “Days Gone Bye”, con Morgan Jones y su hijo Duane. La familia puede ser aquello que aleja la locura de tiempos del fin del mundo.

Lynchamiento!
Jim cava y Shane pregunta. No hay respuestas, sólo temor. Temor por todo lo ocurrido y todo lo que podría ocurrirle. La paliza a Ed es alargada pero lo que es más prolongado es la sombra de la guadaña por la muerte de su familia. Jim explica, ante el horror de Lori mientras es reducido por Shane, que él pudo escapar porque los zombis que les atacaron estaban demasiado ocupados devorando a su familia. Realmente si se observa al grupo de supervivientes uno piensa en todo su pasado para llegar allí… pero realmente se instaura más el cómo que el por qué. Muchos parecen débiles, otros no aguantarán… y la legión de los caminantes cuentan un hándicap que les dota de ventaja: son más y son eternos salvo que una bala en la cabeza diga lo contrario.
Jim es atado a un árbol al ser un peligro por los demás… y en su ya instaurada sensatez empieza a plantearse el motivo de cavar esas tumbas. Todo era un sueño… donde aparecía Rick

¡Rupert te necesito!
En la ciudad, una vez seguido el reguero de sangre que ha dejado Merle, observamos que ha sabido cauterizarse su herida a fuego lento y huir a la ciudad… Antes vemos que Daryl Dixon es tan impulsivo como su hermano aunque menos imprevisible. Coherencia bajo circunstancias que hacen que abandone su idea de liquidar a T-Dog. Un pañuelo (seguramente de mamá) servirá para guardar la reliquia de la muere de su hermano… aunque hubiera quedado mejor si su dedo corazón se alzase sobre el puño cerrado. Queda únicamente recuperar las armas en la bolsa cercana al tanque. Glenn tiene un plan. Un buen plan. Tan bueno que el propio Daryl se plantea si se encuentra ante un agente secreto chino. Las apariencias engañan: ¡es repartidor de pizza! Claro, así se conocía todas las calles. Otro dato muy relevante: ¡no es chino! ¡Es coreano! Oh, my god! La sombra de los Kwon de “Lost” es muy alargada. Con el plan en mano Glenn consigue las armas pero aparece otro ser que no está muerto: un joven hispano. Por sus pintan sabemos que forma parte de una banda y enseguida comprendemos que no está sólo. Los golpes que recibe Daryl hacen que el intento de hurto de la bolsa quede en un secuestro de Glenn. Al menos, tienen un rehén… para negociar. El chico, después de las amenazas de tortura de Daryl, les lleva al escondite hispano de la mafia. Son recibidos por el jefe. Guillermo (aka G… ¿de guay?) es el mandamás y la negociación es fútil y finalmente no deja contenta a ambas partes. Guillermo exige la bolsa de las armas y a Miguelito a cambio de Glenn. ¿¡Dónde está el trato!? En ningún sitio desde luego. Rick no quiere dejar en la estacada a la persona que le salvó la vida durante su breve estancia en el tanque… y empleará la violencia si es necesario. Toca vendetta.

¡No soy familia de Bin Laden!
Se abren las puertas y va a comenzar la matanza… Lo normal sería una secuencia espectacular que convirtiera “The Walking Dead” en una prolongación zombificada-tarantinista que saciase la sed de sangre del televidente… pero los giros del guión se tiñen y condimentan aquí por el absurdo. ¿¡Qué pinta una anciana saliendo a buscar a su nieto en una pelea a muerte entre gallos!? Esa humanidad frente a la barbarie es el mejor símbolo y metáfora de la salvación frente al absurdo. La ley de la vida es más fuerte que dos manadas de lobos enfrentadas. Las apariencias engañan… y se destapa toda la verdad: no es la primera vez que Guillermo y Felipe tuvieron que proteger la comida, las medicinas, a su gente, a las personas mayores que fueron abandonadas a su suerte. Felipe es un enfermero de cuidados especiales, Guillermo el guarda. Todo me recuerda a “Mad Max III, más allá de la cúpula del trueno” y a ese personaje que interpretaba Tina Turner y que no era nadie hasta que llegó el final del mundo. Los roles cambian y la imagen vale más que mil palabras. Las apariencias engañan, sí. Los chicanos vinieron para ver cómo estaban sus padres y sus abuelos y se quedaron… Era necesaria cierta fortaleza frente a ladrones y asesinos. Recordemos que aquí no sólo los devoradores son los zombis sino que el enemigo más peligroso es otro ‘lobo’ que arrebata la carne al más débil. Toca reparto y regreso al ‘hogar’… pero alguien se ha llevado la furgoneta. ¿Merle? ¿Venganza contra aquellos que le negaron el auxilio? Hay que llegar rápido al campamento…

Vatos!
En el campamento es de noche y todos se encuentran alrededor de la hoguera. Ed pasa de todo. El resto pre-celebra el cumpleaños de Amy. Se cita a William Faulkner y se habla de tiempo y relojes. Muchos espectadores huirán despavoridos… ‘¡Esta es una puta serie de zombis, ¿o qué?!’.Otros, como un servidor, pensarán en el momento en el que emergerá de las profundidades del ‘lago’ un Baby-Jason-zombificado para agarrar del pescuezo a una de las rubias. Y llegó el momento. Un ataque brutal de zombis asola el campamento pero Rick y los suyos llegan a tiempo para finiquitar a los muertos. ¿Quién los guió? ¿El escaso alimento que queda en la ciudad tal y como vimos en el episodio anterior? ¿O fue un vengativo y anónimo manco?

Bajas (a bocados): Ed, Amy y gente anónima. Bastante gente anónima. ¿Carnaza?

Jim, en su ya instaurada memoria, empieza a plantearse el motivo de cavar esas tumbas. Todo era un sueño… donde aparecía Rick… un sueño hecho pesadilla y realidad. 

2 comentarios:

  1. Este episodio lo salva la recta final y la vieja pidiendo limosna.

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  2. Hay diferencia de opiniones. Un detalle y guiño surrealista para salvar los muebles no está mal pero debería ser la matriarca de todos esos mafiosos de medio-pelo.

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