Páginas Bastardas

martes, 7 de septiembre de 2010

De-Gilipamplinas-Tronchantes

Antes del verano:

Canillejas y su valla… Su valla y Canillejas. Lleva un mes destrozada y con cintas amarillas del ayuntamiento y un tal Segul… creo, ya que lo he leído por detrás… Lleva varios meses así de triste. No sé si es que no hay dinero en el ayuntamiento o es que simplemente Gallardón quiere realizar concesiones artísticas en puntos significativos y negros. 

Al parecer un kamikaze se empotró allí una noche. Cierto es que es un punto nuevo dentro del tráfico madrileño. Este año inauguraron esta rotonda que dividía la N-II o Carretera de Barcelona y el acceso al Barrio y singular Metro. En principio se pretendía evitar un punto negro en cuanto atascos, malos rollos e intentos de suicidio de conductores que tenían que ver morir su tiempo en una infinita cadena de coches. Ahora funciona mejor salvo si vas en autobús y es viernes. El atasco en esa rotonda puede ser tan monumental que ir con prisas se convierte en un motivo de paro cardíaco. 

Un coche opinó lo contrario y se empotró unos escasos metros antes de llegar allí. 

Después del verano:

No hay cintas amarillas pero ¡tampoco valla! Y no me refiero a esa improvisada y quebrada escultura del destino automovilístico sino a que directamente la valla ha sido erradicada. ¿Qué significa eso? Que si un coche decide empotrarse lo hará con algún viandante o incluso con el hormigón que le separara de un descenso a la N-II en plan película de acción de Hollywood. 


Las campañas de tráfico son siempre trágicas y nos muestran siempre los peligros de la no-precaución. Este año recurre directamente a otro tipo de daños colaterales, evitando a las víctimas del propio accidente. El ramal de la consaguinidad estable a esos familiares que atienden la llamada de la lamentable noticia. Su hijo, hija, marido o nietos han sufrido un accidente... El dramatismo es tal que el móvil se convierte en el leitmotiv principal de la campaña. De hecho, parece un nuevo anuncio de móviles. Descubra como la han palmado sus imprudentes (al volante) familiares gracias a Timo-star, Naranjito o Garrafone. Esos mismos que dieron cuarenta vueltas de campana en la campaña anterior. Los mismos que fueron sodomizados en el infierno de los malos y mediocres conductores que provocan víctimas morales en accidente de tráfico.


La fatalidad siempre en estos casos ha estado ligada a excesos de velocidad, impaciencia y despistes monumentales. Yo veo que la gente sigue usando móvil al volante aunque en el tema del cinturón ya existe unanimidad. Puede que los nuevos inventos técnicos nos permitan conciliar nuestros despistes y nuestros defectos. Eso es el adaptador bluetooth para el móvil, el GPS (Gilipolleces-Por-Satélite) o el no va más, el PDP (Por-Donde-Puedas). Todo para decirnos lo rápido que vamos y que dentro de un kilómetro hay un radar aunque le falta un chivometro instalado de fábrica en los coches que conecte directamente con tráfico. Esa es la única manera de que el ojo que todo lo ve o El Gran Hermano Tráfico y esa DGT nos conduzca a una campaña efectiva de verdad. Si el terror y el tratamiento de choque no funcionan habría que pasar a la psicología conductiva. 


Si van a joder que se maten y uno menos. Eso es que si vas con exceso de velocidad, piruelas y pones en peligro al resto te mereces que tu coche explote. “¡Muérete ya y déjanos en paz!” Sería un excelente eslogan. “Si bebes y conduces… ahógate con tu vómito y el aribag” o “Con el dinero del seguro por tu muerte haremos hospitales y colegios. ¡Quítate del medio cuánto antes capullo!”. “Las imprudencias se pagan… pero las tuyas que hagan a tu familia vivir en una chabola el resto de su vida. Les demandaremos y te haremos regresar con una médium para que lo veas, cabrón.”


Entrada programada ante la muerte de mi equipo. Seguiremos informando.
Gracias ordenador de mi cuñada...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lea antes los Mandamientos de este blog.