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lunes, 5 de julio de 2010

The IT Crowd (4x02) The Final Countdown: It's the Final Countdown...

Nota del autor: Esta entrada, en solidaridad con el nombre del episodio, ha sido escrito en una cuenta atrás mientras bebía té de una tetera extra-nerd

Si tuviera que describir con una sola palabra el último episodio de “The IT Crowd”, el segundo de su cuarta temporada, sería genial… pese a que los primeros treinta votos de imdb no han sido demasiado ‘positivos’. “The Final Countdown” poco tiene que ver con el multitudi-hyper-chirriante-conocido tema de Europe, ideal para cerrar karaokes a lo gang bang musical, sino que desde uno de sus primeros planos anuncia lo que vamos a ver. No es otro que Moss corriendo con su mochila por las calles de Londres. Este episodio posiblemente sea el más alejado del concepto de sitcom tradicional ya que vamos a ver numerosos exteriores o planos de estudio creados especialmente para este capítulo; la mayoría del episodio se centra fuera del cuchitril subterráneo donde trabajan y hasta veremos la decoración cool-friqui de la casa de Roy.


Moss ha sido elegido para participar en el “Cifras y Letras” inglés que se llama  “Countdown” e incluso cuenta con un cameo de la misma presentadora, Rachel Riley. Seguramente las multitudinarias apariciones del episodio se tratan de numerosos guiños a personajes reales que desconocemos al no ser lo suficientemente british.

Ay, la tetera de la cuenta atrás… es el objetivo que al parecer te da la entrada a una misteriosa puerta. Y es que The Final Countdowntrata sobre puertas que uno nunca debe abrir o tal vez arriesgarse para pasar a planos desconocidos. Aunque una puerta cerrada es una puerta happy. Sobre todo en Londres, donde si alguien te trajese una tarta estaría hecha con caca de perro y cuchillos. O al menos eso cree Moss.

Roy, por ejemplo, nunca tuvo que abrir la puerta a ese inoportuno e impertinente inmigrante del este de Europa, limpiador de ventanas ¡de casas e incluso baños!, que parodia el acoso rumano (ya se ven menos) de los limpiadores de cristales de vehículos. Al pobre le enchufan, por ese lost in translation, la bicicleta, escalera y material para limpiar cristales. 


Jen odia asistir a las reuniones de empresa… hasta que la excluyen de una de ellas. Ni siquiera su excusa de ‘emergencia de RAM’ le sirve. Todo es bastante misterioso por parte de Douglas por lo que Jen es víctima de una doble obsesión por ver que hay detrás e interior de esa puerta cerrada a la que no ha sido invitada. 


Moss recibe en la sala de espera del estudio de “Countdown” una misteriosa visita oriental a lo “Matrix” que le da una tarjeta con ‘8+’ mientras Roy se encuentra con un tal Alistair, compañero de clase que va muy bien acompañado y vestido, y que no quiere saber nada de la vida de Roy… La secuencia es genial con esos silencios que invitan al pobre Roy a preguntar sobre la vida de Alistair. Es programador jefe de “Shotgun Games”. Vamos, la repanocha para un nerd. Y es ahí donde los brillantes guiones de Graham Linehan cobran forma uniendo elementos expuestos. Obviamente al inmigrante le atropellan y Roy tiene que llevarse el ‘equipo’ por las calles londinenses. ¿Adivinan a quién encuentra? Obviamente Roy no puede dejar que el engreído y triunfador Alistair crea que es un limpia-ventanas del montón. Pero el programador no ha dejado rastro de su vida ni en Friendface ni en Chitter... ¿Le dedicarán episodio a esta última 'red' social como hicieron en la parodia de facebook?


Moss, por curiosidad, entra en ese nuevo universo-paraíso nerd llamado 8+ (Eight Plus). Pero la fama cuesta… y hay que llegar a la planta de rigor por las escaleras. Ese detalle será fundamental  para un giro final… pero he ahí ese oasis del participante ganador de teteras del concurso en un desierto de perdedores. Moss lleva hasta Roy a ese club elitista donde ¡no hay cerveza ni nada con alcohol! y donde Moss utiliza el sobrenombre de Word, Palabra. Todo ese universo sugerente de dobles identidades y rivalidades en plan “8 Mile”, versión gafas de pasta gruesa, con un Street-Countdown a lo “Fast and Furious” incluido. Roy, por ser la novia que se va al baño, se queda encerrado en la azotea y es ayudado por un… limpiador de ventanas. Mientras desciende lentamente, ¿adivinan a quién encuentra? Bueno, lo ve desde la distancia pero Roy le grita a los cuatro vientos que él no es un limpia-ventanas pero obviamente la situación que nos plantea Graham Linehan es hilarante. Sensacional cuando Roy se mete con la noble y arriesgada profesión y tiene que seguir con esa final countdown hasta llegar a suelo con la mirada de odio del limpiador de ventanas. ¿Quién no ha pensado que le iban a partir la cara a Roy?


Moss se enfrenta a su rival, Uno Negativo, un cruce entre el Duende Verde y Eminem en plan empollón, en esa peligrosa pelea callejera improvisada en los aparcamientos a vocales y consonante en una tensión in crescendo hasta ¡las dieciocho letras! Obviamente cuando Roy llega lo flipa, sobre todo con los coros musicales de las groupies, y presencia el desenlace. ¡Moss, o mejor dicho, Word tiene dieciséis letras! Y, además, humilla a Uno Negativo gracias a su boina roja, todo hay que decirlo. 


Jen, mientras tanto, sigue con su obsesión y sigue el consejo de Moss. Se pondrá un albornoz, requisito al parecer fundamental para entrar en el despacho de reuniones de Douglas, y accederá… infiltrada... ¡a una pesadilla! ¡Douglas, su ropa y contoneos sexuales para hacer aerobic merecen una portada del Coure ya!
Efectivamente, hay puertas que uno nunca debe abrir y nunca le digas a un programador que trabajas sólo con windows y ¡no con mac


La mejor frase deThe Final Countdown:
«Buenos días, eso es un bonito TNETENNBA.»

1 comentario:

  1. Como mejor frase, también añadiría esta de Moss: "I came here to drink milk and kick ass. And I've just finished my milk."

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