En un alarde de post-futurismo he viajado en el tiempo retro-inyectándome mentalmente y después de tres cuartos y medio de flashes lo he conseguido. También rodeándome de un campo electromagnético con cientos de imanes para neveras y atándome en una silla del IKEA, que son más baratas en caso de accidente, por si la liaba parda. Lo he visto todo. He estado allí, el 23 de mayo a las cinco de la mañana (hora local) delante de un televisor y lo he visto. He asimilado el último episodio de “Lost”, “The End” y los resúmenes de los dos anteriores, “Across the Sea” y “What They Died For”. Pensaba que el destino estaba escrito, que las calles no se podían cambiar y que Vicent era una perra en celo. Pero nada es lo que parece y con una bomba de hidrogeno se consigue hasta hacer flipar a millones de friquis y sacarse de la manga una realidad alternativa. Nada es comparable a lo que voy a contar y nombraré la palabra innombrable, el Voldemort del friqui, el Némesis del Génesis. Sí, eleven la voz al infinito y témanme, ¡S-P-O-I-L-E-R!
Será un hito en las series de TV ya que por primera vez en la historia (y dos episodios antes del cierre) nadie se ha atrevido a realizar un episodio sin ninguno de sus protagonistas principales. Se explica cómo es posible que en vez de latín se hable inglés newyorkino (no tiene glamour para ser dickesiano) en el año 23 D.C. y cómo las preñadas tienen contratos y condiciones laborables más blindadas que en la actualidad.
¡Por fin, nos indican qué es la isla! Realmente Dios estaba hasta los güitos de soportarnos y mandarnos diluvios cada tres mil años así que decide cagarse en todos nosotros. La idea, al parecer, se le ocurrió a J.J. Abrams cuando en plena grabación de la primera temporada le entró un apretón brutal. Tanto, que tuvo que plantar el pino en la misma playa y set de rodaje. Mientras sonreía a los actores, de cintura para abajo, se encontraba cagando en el interior del mar. Al terminar, el pecado salió al flote ante el hedor y el escándalo colectivo. En ese momento, para salir del paso, se le ocurrió la brillante idea de decir que ese mojón que veían flotar era la isla. El episodio que lo explicaría todo sería en una hipotética sexta temporada y se llamaría “Across the Sea”, por la facilidad que tuvo el mojón gracias al oleaje para atravesar la playa. Abrams pensaba que ni de coña llevan a una tercera temporada así no tendría que comerse el tarro ni dar más explicaciones. Al ver el éxito colectivo entre los friquis se volvió a cagar pero esta vez en un guión tras otro, que le entregaban los guionistas, hasta ver todo blanco y negro. Vamos, a su gusto.
Y llegó el episodio explicativo-boñiga-chorizera antes de limpiarse el culo. También se habla de cómo los aborígenes de la isla montaban macro-orgías, el temario de la oposición para ser el ‘jefe de todo esto’ con una única plaza, las reglas del Pre-Munchkin, la loca historia de una loca (de las galaxias) y multitud de cosas intrascendentes como el origen de Jacob, su hermano malo-maloso y la madre que los parió. Igualmente se descubre como un miembro de “Caiga Quien Caiga” se acerca a la isla para entregar las gafas al malo-maloso y que sea Men in Black chungo-de-la-muerte pero Jacob le hace el cambiazo y le deja una cutres de papel de la Teleindiscreta.
Se dilucida, no obstante, que el humo negro no es más que un pedo de Dios con mucha maldad olfativa y mucha mala hostia. Si el pedo sale del mojón, o sea de la isla, nos atufa a todos y la palma la humanidad. Asimismo el mojón no ha sido escupido del todo por el culo de Dios y de vez en cuando la Tierra tiembla por las inestabilidades diarreicas. Los aborígenes colocaron una rueda para regularlo y cerrar la puerta a las ‘ventosidades’ divinas ya que en aquella época no estaba inventado el Activia®.
También nos advirtieron con la estatua más fea que pudieron espanta-turistas que mejor no parar por allí porque lo normal es palmarla o la verdad jode un güevo y parte del otro cuando llevas la tira de temporadas haciendo el gañan «pa’ na’». Y encima los papeles que te dan para películas son un bluff.
Finalmente también los guionistas aclaran que Adán y Eva de la primera temporada, para clarificar que lo tenían claro desde el principio y que el mojón no estaba tan suelto como parecía, son Marujita Díaz y Dinio que se reconciliaron en un salto temporal para morir juntos en la playa al emular a Burt Lancaster y Deborah Kerr en “De aquí a la eternidad” con un morreo monumental y morir ambos asfixiados por atorarse la dentadura postiza de la actriz y cantante. Vamos, una auténtica cagada.
La semana que viene sigo ‘depositando’ género a granel con el adelanto spoileado de “What They Died For
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