Páginas Bastardas

miércoles, 19 de abril de 2017

Agents of S.H.I.E.L.D. (4x18) No Regrets: El maestro de marionetas


Un remordimiento puede cambiar toda una vida. Una persona en tu vida, una decisión, una frase tiene el poder de cambiarte para siempre. Una única frase como «Te amo», «Vamos a tener un hijo», «Ella se ha ido»… 

¿Qué es aquello que cambió “Agents of S.H.I.E.L.D.” para siempre? Tal vez ese pequeño detalle fuera su inicio tremendamente dubitativo que espantó a su millonaria e inicial audiencia. Ya nada fue como siempre y toda esa eterna reinvención del espectáculo de ABC ha acabado en un desangrando de espectadores y un cambio de horario que tampoco ha favorecido a una serie que está ofreciendo su mejor versión en la presente temporada. Y eso que su tercera entrega ya era sumamente completa y notable... Sería bastante extraño, salvo un repunte final en lo que ratings se refiere, que “Marvel, Agentes de SHIELD” consiguiera una quinta temporada salvo que un milagro o trasvase a Netflix salvara a la ficción de Coulson y los suyos. Quizás el planteamiento, visto lo visto en esa fragmentación en tres actos dentro de una temporada de 22 episodios, sería una concepción de entregas más cortas y temáticas. “No Regrets”, decimoctavo capítulo de la cuarta y presente entrega de “Agents of S.H.I.E.L.D.”, nos adentra dentro del Framework para seguir desarrollando “Agents of HYDRA” tras las parcelas dedicadas al Life Model Decoy y el Motorista Fantasma. Es evidente que el conjunto ha ido de menos a más y las posibilidades de la introducción del Darkhold han quedado a merced de un planteamiento de realidad virtual en el que únicamente tendremos una breve secuencia de ese otro mundo en el que varios de los protagonistas se encuentran bajo el control de la pérfida AIDA. Y pocas series son capaces de cambiar tan radicalmente en cuestión de una secuencia para dictar el rumbo del regreso tras su hiato. Repasemos el episodio. 

Vayamos a lo más impactante del capítulo que no es otra cuestión que la muerte de Jeffrey Mace dentro de unos márgenes épicos y esos reflejos y contraposiciones que han sembrado los escritores gracias a la llegada de Patriot (Patriota) al espectáculo de ABC. Esa realidad virtual, tremendamente realista, ha permitido desarrollar multitud de guiños y autohomenajes en los que se esperan numerosas sorpresas y reencuentros. “No Regrets” se ciñe al monólogo de Holden Radcliffe en las que mínimos detalles pueden convertir a héroes en monstruos y viceversa. Ya conocíamos que el regreso de Grant Ward vino enmarcado por un concepto de redención mientras que los caminos de May y, sobre todo, Fitz son mucho más oscuros. En el caso de ese nuevo consorte de AIDA aka Madame Hydra descubriremos que fue seguramente su padre (encarnado por David O'Hara) aquel que sentenció al protagonista al lado oscuro. “Agents of S.H.I.E.L.D.” siempre se ha caracterizado por reinventarse a través de sus personajes y esta nueva vuelta de tuerca supone un nuevo giro global para todos. No solamente Coulson ha recuperado su brazo (y el sentimiento por el que se unió a las filas de la organización secreta) sino que la idea es enfrentar a los protagonistas a sus demonios y deseos. Madame Hydra, por ejemplo, tentará a Daisy con el retorno de Lincoln Campbell y una vida idílica que revela que tal vez los reveses de la vida sean parte de su propósito. AIDA necesita conocer la ubicación de Simmons y Daisy para quebrar definitivamente ese intento de revolución que, contrariamente, ella misma está dejando que los rebeldes (a través de Patriot y las cenizas de SHIELD) crezcan. Ese doble juego puede que tenga su sentido y porqué dentro de sus ansías de proponer elecciones a otros para cobrar una posibilidad humana en su interior llamada albedrío. 


Es interesante que “No Regrets” se adentre en los conflictos de los personajes y, por ejemplo, May va a tener que darse cuenta de que HYDRA está experimentando y condicionando a niños sus campos de prisioneros. Allí también se encuentra Antoine Triplett y la épica esperando a Jeffrey Mace para dar sentido a su círculo vital y, además, “Agents of S.H.I.E.L.D.” da la impresión de cerrar un ciclo en este arco argumental conclusivo en los márgenes de un cosmos virtual distópico. Entre contextos políticos y sátiras sociales similares a las planteadas en el universo de los X-Men, el episodio se centra también en cuestiones éticas en las que pequeñas decisiones y remordimientos pueden moldear el comportamiento del ser humano. También seguimos insistiendo, como en el caso de Mack, si esa realidad impostada puede ser el perfecto placebo para hallar la felicidad siguiendo la estela de San JuníperodeBlack Mirror”. ¿Podrá ser reconducido el Framework hacia algo menos oscuro o, por el contrario, aquello que separa el cielo y el infierno es un simple matiz en la vida de una persona? No es que “Agents of S.H.I.E.L.D.” vaya a centrarse en la metafísica pero sí desea dar significado a todas las réplicas y articulaciones del espectáculo de ABC. De este modo, May ayudará finalmente a la todavía apresada Daisy para convertirse en Inhumana y ejercer a partir de ese momento bajo su auténtica naturaleza. Tal vez la idea sea que cada personaje se encuentre consigo mismo en ese Framework, que se refleje en un espejo distorsionado que simplemente revela su oscuro interior y se propulse hacia el crecimiento y la redención. Quizás Simmons tenía que escuchar por boca de Ward una sincera disculpa por todos sus horribles pecados en ese otro mundo que parece incluso lejano dentro de las actuales mecánicas de series. Que tengamos una breve secuencia del plano real, en la que AIDA ‘libera’ al fallecido Mace, demuestra nuevamente esa constante reconstrucción de un espectáculo que parece infinito. Es curioso que Mace, con sus poderes Inhumanos, se enfrente a una ‘dopada’ May para revelar la oposición de elementos entre realidad/mentira. Incluso Chloe Bennet consigue regalarnos una sugerente actuación entre heridas y cuantiosa sangre en su rostro como parte de esa marca de calidad dramática. Fitz seguramente tenga que enfrentarse a su padre y distanciarse de los ideales que éste ha impuesto y que la han transformado en un monstruo. Todos los personajes, en definitiva y resumen, han de hacer frente a sus anhelos, deseos y demonios y “No Regrets” se mueve estupendamente entre golpes de efecto y su habitual construcción de entretenimiento y recurrentes guiños y autoreferencias. ¿Qué nos queda por descubrir a estas alturas? Tal vez el Darkhold esconda más secretos y la vuelta del Motorista Fantasma cierre una temporada en la que su presencia fue algo controvertida y cuestionada. ¿O cuál será esa arma que HYDRA desea utilizar frente a los Inhumanos? ¿Qué hará ese maestro de marionetas llamada AIDA para frenar una revolución en la que Radcliffe también tiene la última palabra? 

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