Páginas Bastardas

viernes, 11 de marzo de 2016

Madres Forzosas: La mejor serie de terror del siglo XXI

Serie de TV
“Madres Forzosas”
Título original: “Fuller House”
EEUU
2016

Sinopsis (Página Oficial):

Las aventuras de la familia Tanner continúan. DJ Tanner-Fuller comparte casa con su hermana Stephanie y su amiga Kimmy, que la ayudarán a criar a sus tres hijos.

Crítica Bastarda:

Existe un debate sobre la resurrección y spin-off de “Padres forzosos” para ubicar la propuesta como una serie que es mala, anacrónica o, en la peor de las variaciones, como mala y anacrónica. Apartémonos de desojar esta margarita cutre-seriéfila y discusión estéril. Creo que es un error polemizar sobre la forma y la nostalgia o respecto a la capacidad de empatía de la nueva serie de Netflix, ya que al final se acaba divagando sobre las emociones de esos espectadores que crecieron con D.J. o Stephanie y terminaron en clínicas de desintoxicación siguiendo su legado. Otros, con más suerte (?) fueron padres… forzosos o no. Para entender “Madres Forzosas” basta como imaginarse una sala de tortura en Guantánamo y un terrorista diciendo todo lo que sabe para evitar que le pongan otro capítulo… mientras que el Marques de Sade tiene una erección en su tumba. Con esa imagen en la retina, uno comprende inmediatamente que este drama hitchcockiano por el que mataría James Wan forma parte de palabras mayores. “Madres Forzosas” es, en definitiva y resumen, la mejor serie de terror del siglo XXI con total diferencia, dejando en paños menores y actos infantiles amateurs las percepciones de Sam Raimi, David Cronenberg o George Romero. Más allá de la mayor pesadilla que pudieran haber elaborado Wes Craven, Tod Browning y Jigsaw, el nuevo drama de terror de Netflix alcanza cuotas inimaginables en el género, desatando el pánico global gracias al modelo de los huevos fritos de Kimmy Gibbler, siendo uno de los homenajes más aterradores que se hayan concebido para unificar al payaso Pennywise y a Leatherface en un mismo encuadre. En el nuevo hogar de D.J. Tanner-Fuller suceden cosas tan brutales y enfermas que harían mudarse a Norman Bates de su motel a esa casa de los horrores y entendemos por qué el marido bombero de la protagonista se suicidó simulando un accidente como única salida para poder escapar de una familia que hubiera espantado a Ed Gein o Hannibal Lecter en menos diez minutos de convivencia.


Escrita y dirigida por un dios primigenio que desea destruir la integridad cerebral de la especie humana, “Madres forzosas” es un compendio del terror en distintos y terroríficos trazos, todos ellos espeluznantes y pesadillescos. Es complicado no desear arrancarse la piel o extirparse los ojos y la lengua tras el poso y final de cada episodio. No solamente la creación de Jeff Franklin es capaz de estremecer y hacer llorar de pánico a cualquier mortal, sino que es un drama tan duro y contundente que puede provocar desde nauseas hasta traumas incurables para cualquier persona curtida en el género de terror y que se consideraba capaz de devorar palomitas entre mutilaciones y secuencias desagradables. Con frases que ni hubiera imaginado H. P. Lovecraft («¿llevas un bolso de una tarta y te molestas por una vaca?»), “Madres forzosas” no solamente actúa como un compendio de todo lo ofrecido para oscurecer el alma del espectador sino que es equiparable a presenciar a ver cómo tu familia es desmembrada y eviscerada delante tuya mientras te encuentras inmovilizado y obligado a ser testigo de todo como Alexander DeLarge en “La naranja mecánica”. La experiencia de ver está serie es tan poco aconsejable (sobre todo en soledad) que solamente se la puedo recomendar a asesinos en serie con un mínimo de experiencia (y una docena de víctimas como poco) o a provectos médicos forenses que hayan visto todo en su profesión. Para el resto de mortales, “Madres forzosas” es una prueba demasiado peligrosa y desoladora para poder mantener tanto la integridad física como psicológica. Por ejemplo, cuando los personajes se abrazan (habitualmente en la serie cada diez minutos) el espectador siente la necesidad de salir a la calle para gritar insensatamente hasta escupir sangre y partes de su propio estómago: ¡¡¡EL FINAL DEL MUNDO ESTÁ CERCA!!!  ¡¡¡EL FINAL DEL MUNDO ESTÁ CERCA!!! 

¡¡¡EL FINAL DEL MUNDO ESTÁ CERCA!!! 
¡¡¡EL FINAL DEL MUNDO ESTÁ CERCA!!! 
¡¡¡EL FINAL DEL MUNDO ESTÁ CERCA!!! 
¡¡¡EL FINAL DEL MUNDO ESTÁ CERCA!!! 
¡¡¡EL FINAL DEL MUNDO ESTÁ CERCA!!! 
¡¡¡EL FINAL DEL MUNDO ESTÁ CERCA!!! 
¡¡¡EL FINAL DEL MUNDO ESTÁ CERCA!!! 
¡¡¡EL FINAL DEL MUNDO ESTÁ CERCA!!! 
¡¡¡EL FINAL DEL MUNDO ESTÁ CERCA!!!
...
EllllSJDASDJASdsdasaeAAAAGGHHH... 

Pues eso.

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1 comentario:

  1. Me la empecé a ver por nostalgia y la tuve que abandonar cuando me empezaron a sangrar los ojos ante semejante despropósito

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